gasteiz - En Zabalgana, los vecinos que resultaron agraciados con un trocito de terreno para cultivar su huerta en los ratos libres preparan ya las parcelas para producir berzas, coles, guisantes y otros productos típicos de la huerta de invierno para el autoconsumo. Será su segunda cosecha tras la recolección del pasado verano. Y mientras unos labran ya la tierra, otros esperan su turno. Animados por el buen ambiente generado en el barrio y por el de momento exitoso arranque de la iniciativa, medio centenar de ciudadanos se reunió el sábado en el gimnasio del colegio para empezar a organizarse en un segundo grupo con el fin de hacerse también con un pedazo de tierra.

La lista de espera de demandantes crece día a día, así que “vamos a pedir al Ayuntamiento la cesión de una segunda parcela para cubrir la demanda existente”, explica Juan Ibarrondo, uno de los promotores del proyecto bautizado como Zabalortu que gestiona los huertos urbanos del barrio. Antes de acudir a la Casa Consistorial, no obstante, buscan una parcela apropiada para el cultivo de alimentos. “Con todos los solares vacíos que hay en Zabalgana no creo que tengamos ningún problema, pero sería mejor un terreno orientado al sur, protegido del viento y cercano al lugar de residencia de los usuarios teniendo en cuenta lo amplio que es el barrio”, detalla con optimismo Ibarrondo. Aunque parezca mentira, dada la cantidad de pisos vacíos que hay, en Zabalgana aún hay parcelas destinadas a la construcción de viviendas que habría que recalificar para su uso como huertas, así que su búsqueda se centra en aquellas otras que el Ayuntamiento reserva para futuros equipamientos, pero que pasarán años antes de que sobre ese suelo se edifique una residencia de ancianos o un polideportivo por citar dos ejemplos.

Ibarrondo no se atreve a cuantificar exactamente el número de personas que conforman la lista de espera, pero calcula que tantos como los que ya disponen de un huerto. “Muchos se quedaron sin plaza en el primer sorteo; otros se han ido sumando a raíz de la exitosa experiencia y del boca a boca”, indica. Su perfil es variado, desde jubilados a familias pasando por cuadrillas de amigas. “Más o menos el perfil de vecinos que vive en el barrio, sobre todo parejas jóvenes con niños”. El objetivo es que ahora se forme un segundo grupo capaz de gestionar la puesta en marcha de esta segunda parcela. De momento ya cuentan con la experiencia de Zabalortu, que guía sus pasos.

A pesar de las dificultades y superados los retrasos iniciales que sufrió la iniciativa hasta que el Ayuntamiento les cedió de forma oficial el terreno, los huertos de Zabalgana siguen dando sus frutos: “Va todo muy bien, las expectativas están de sobra cubiertas”, valora este miembro de Zabalortu. “Se trata de una experiencia muy bonita, sobre todo, por el buen ambiente y las relaciones que se han creado entre los participantes que, además, cumplen con las tareas comunes de limpieza y mantenimiento de los espacios compartidos. Su prioridad pasa ahora por acondicionar la caseta en la que guardan los aperos y ayudar a que florezcan aquellas huertas que van más retrasadas. Se refiere Ibarrondo a las que cultivas colectivos con algún tipo de discapacidad, a los que el roce con la tierra también les sirve de terapia, o incluso los escolares del colegio que, claro, llevan otro ritmo.

A día de hoy, unas 250 personas trabajan en las huertas de Zabalgana situadas entre las calles Naciones Unidas, Salvador Dalí e Iruña Veleia. Una parcela dividido en 53 huertos desde los que sus cuidadores impulsan la agricultura ecológica y la alimentación saludable en un terreno de propiedad municipal, cedido por el Ayuntamiento a Zabalortu para su gestión. Los socios, por su parte, aportan una cuota de cinco euros al año, además de otro dinero que ponen para pagar los gastos comunes que vayan surgiendo. De las 53 parcelas, 49 están destinadas a grupos (familias, parejas, amigos...) y tres a asociaciones, ya que una quedó desierta, aunque la idea es darle utilidad comunitaria. El plazo máximo de explotación es de cuatro años para quienes disfrutan de esta experiencia en la que los productores van de la mano del Centro de Estudios Ambientales (CEA) en la organización de otras muchas actividades paralelas al cultivo de los huertos urbanos y que también sirven a los vecinos de Zabalgana para estrechar relaciones.

estrategia alimentaria Otra fórmula para fomentar la agricultura y la alimentación saludable en la ciudad, ésta de la mano del Ayuntamiento, es la que hoy se lleva al consejo del CEA: el Plan municipal de agroalimentación. En 2014 se elaboró un diagnóstico previo para conocer la situación actual del sector agroalimentario en el municipio de Gasteiz. Ahora, se pretende que este diagnóstico sea validado por el conjunto de actores implicados en toda la cadena agroalimentaria y que, a partir de esta validación, se redacten unos objetivos específicos que más adelante se puedan concretar.

Y para facilitar la participación ciudadana en este proceso, el Ayuntamiento va a contratar a una empresa externa con experiencia en el desarrollo de procesos participativos. Entre todas las ofertas recibidas, el CEA tiene previsto adjudicar hoy este trabajo a la firma GEA21 (Grupo de Estudios y Alternativas 21), por un importe de 18.953 euros. Una labor que consistirá en la realización de un proceso participativo sobre la estrategia agroalimentaria de Vitoria.

En marcha. Los primeros huertos urbanos de Zabalgana se preparan ya para cultivar la huerta de invierno con coles, berzas, guisantes etc., tras la primera cosecha del verano. Una experiencia, la de las huertas ecológicas, calificada de exitosa por sus promotores.

A futuro. El éxito de la iniciativa ha hecho que en Zabalgana ya se esté creando un segundo grupos para solicitar al Ayuntamiento la cesión de una segunda parcela en la que cultivar más huertos urbanos.