la primera partida acabó en tablas. Cuatro semanas de negociación dieron para mucho, pero no tanto como para un acuerdo entre el gobierno foral y la fuerza política de la oposición que mayor predisposición ha mostrado para el diálogo, EH Bildu. La foto del apretón de manos no ha llegado -de hecho, es muy probable que la instantánea como tal no llegue a producirse- pero tras la presentación el viernes del proyecto presupuestario foral las piezas están de nuevo sobre la mesa para la segunda partida, ahora con vistas al 11 de diciembre, cuando tendrá lugar el Pleno en el que se votarán las enmiendas a añadir al nuevo presupuesto. Después, el 29 de diciembre, se celebrará el Pleno de ratificación.

A partir de ahora las enmiendas entran en juego, y si ni con esas se produce la entente, Álava no tendrá más remedio que prorrogar los últimos presupuestos, prolongados a su vez del año pasado y diseñados por el anterior ejecutivo del Partido Popular. Dejando a un lado los números presentados el viernes, con un proyecto de 438 millones de euros basado en la reactivación económica, la recuperación de las políticas sociales y el equilibrio territorial, la trastienda presupuestaria tiene aún mucha tela que cortar, especialmente -o únicamente- entre PNV y EH Bildu. La opción popular se da por perdida. La de Podemos, poco probable.

Desde el próximo jueves, los distintos diputados desgranarán en las Juntas Generales las partidas concretas correspondientes a cada departamento, prácticamente al mismo tiempo que Ramiro González y el portavoz juntero de la coalición abertzale, Kike Fernández de Pinedo, se encuentren en plenos contactos a la caza y captura del consenso.

En EH Bildu tienen claro, de cualquier forma, que su voluntad seguirá siendo, incluso con acuerdo de por medio, ejercer de oposición. El más que posible pacto se circunscribirá sólo a las Cuentas de 2016, nunca a uno global de legislatura, y por encima de todo quieren que los presupuestos, al menos las partidas que logren incluir en el mismo mediante enmiendas, tengan la marca de su partido, según incidieron a este periódico fuentes de la coalición soberanista. Buscan inyecciones económicas con nombres y apellidos, no limitarse a introducir partidas genéricas e incrementos fijados más o menos a ojo.

Por el momento, el plan presupuestario puesto sobre la mesa el viernes por Ramiro González fue, como el propio Fernández de Pinedo admitió, “un buen punto de partida para seguir negociando”. El enfoque social y por el empleo de las Cuentas forales supone así un férreo pilar sobre el que ambos partidos pueden seguir edificando la catedral presupuestaria después de que Ramiro González y el diputado de Hacienda, José Luis Cimiano, desgranaran las líneas básicas económicas en rueda de prensa.

El portavoz de la coalición abertzale enumeró, de hecho, más puntos a favor que en contra a la hora de escudriñar las Cuentas jeltzales. En Servicios Sociales agradeció que “la partida será ampliable” y que queden recogidas inyecciones como 900.000 euros “para la aplicación del convenio de intervención social o el aumento y descentralización de los recursos de valoración de a la dependencia”.

En Empleo, EH Bildu valora positivamente que “se fomenten los contratos relevo a menores de 35 años y la reserva de contratos para personas mayores de 45 años que sean paradas de larga duración”, además de que “se recojan también las cláusulas sociales y la contratación responsable y se mencione la reconversión de Álava Agencia del Desarrollo en una oficina de asesoramiento para empresas que están en crisis”.

También alzan su pulgar hacia arriba con la “eliminación del desdoblamiento de la carretera N-124 a su paso por Zambrana” y aplauden decisiones como “la inclusión de una partida de 50.000 euros para llevar a cabo una campaña contra la xenofobia, que se dedique el 0,7% del presupuesto propio a cooperación al desarrollo, que se haya incluido una partida para subvencionar proyectos de memoria y derechos humanos o una financiación adecuada para los medios de comunicación en euskara del herrialde”. En el otro lado de la balanza, piden dar estabilidad a la red de técnicos de euskera en las cuadrillas con una partida de 65.000 euros y que la Diputación se implique en las reformas de la ikastola de La Puebla de Arganzón.

Incluso en temas que hasta la fecha distanciaban notablemente al gobierno PNV-PSE y EH Bildu, como la fiscalidad, la coalición estima detalles como que el texto presupuestario “recoja cuestiones relevantes como el cambio en el impuesto de plusvalías para solucionar los problemas de la dación en pago, la publicación de la lista de morosos antes del 31 de marzo del próximo año o el aumento de la plantilla de inspectores de hacienda”. Eso sí, Fernández de Pinedo aclaró que dicho incremento “es todavía insuficiente”.

más trabajo por hacer Aunque el nuevo plazo para las negociaciones parece arrancar con buena parte del trabajo ya hecho y una notable predisposición de ambas partes, hay temas que aún van a tener que reconducirse y plasmarse negro sobre blanco en los presupuestos, aunque otra cosas es cómo y con qué cuantía. Por ejemplo, la coalición quiere ver “pasos efectivos” en la consideración de Trebiño como la octava cuadrilla de Álava, e intentará incorporar más partidas a las Cuentas de 2016, y otra de los temas clave será la puesta en marcha de un centro de transformación agroalimentaria en la Llanada alavesa. Para su impulso EH Bildu reclama, primero, el compromiso de elaborar en 2016 un estudio de viabilidad y el desarrollo del proyecto, cifrado en unos 50.000 euros a incluir en los presupuestos de 2016, y 500.000 euros en créditos de compromiso para la ejecución y gestión del centro agroalimentario durante los primeros años. La idea comparte muchos puntos de vista sobre el sector primario alavés con la propuesta lanzada por el diputado foral de Agricultura, Eduardo Aguinaco, que en una entrevista concedida a este diario apuntaba también a la puesta en marcha de un polígono agrolimentario en Agurain.

La inclusión en las cuentas forales de una partida para realizar una campaña de publicidad y promoción del vino de Rioja Alavesa dentro de Euskal Herria, líneas de crédito a bajo interés para explotaciones agroganaderas en situación de crisis y la realización de un estudio sobre el tratamiento de los residuos orgánicos en las granjas se unen de igual modo a otras peticiones puestas sobre la mesa, como que todas las cuadrillas cuenten con su técnico medioambiental, un plan para apostar por la biomasa y que Álava Agencia de Desarrollo vuelva a formar parte del Departamento de Medio Ambiente.

Al mismo tiempo, otro de los ejes de la coalición, Hegaraba, proyecto con el que buscan revitalizar el Parque Tecnológico de Miñano y el aeropuerto de Foronda como centros punteros en el ámbito de la aeronáutica y los drones civiles, ha marcado también parte de las negociaciones. En este caso EH Bildu establecía como punto de partida económica una inversión de 800.000 euros durante cinco años y una inyección total que “no superaría los seis millones de euros”. Habrá que ver si el acuerdo entre jeltzales y abertzales incluye finalmente alguna partida que cuadre con el proyecto Hegaraba, aunque que el gobierno foral lo asuma en su totalidad se antoja improbable.

También con nombre propio, sobre Arabatran, el proyecto con el que EH Bildu plantea el uso de la red ferroviaria de Vitoria, la coalición reclama, al menos por ahora, no tanto un apoyo estricto y claro del gobierno foral, pero sí al menos un análisis serio al respecto. Muchos son todavía los temas por abordar. Sin prisa, pero sin pausa.

Días 19 y 20. Será el turno de las comparecencias de los distintos diputados en la cámara foral para explicar los pormenores de su presupuesto ante los grupos junteros.

11 de diciembre. Una vez finalizados los tiempos que marca la legislación, tendrá lugar el Pleno en el que se discutirán y votarán -si es que las hay- las enmiendas a la totalidad del proyecto presupuestario del equipo de gobierno.

Día 29. Será el Pleno de ratificación de los presupuestos -si es que hay acuerdo-.