vitoria - Con 4.100 alumnos matriculados en enseñanza reglada -ESO, Bachillerato y FP- y alrededor de 3.000 más en cursos de formación para el empleo, el proyecto educativo nacido en 2013 de la fusión de Diocesanas y Jesús Obrero cuenta con el volumen más grande de toda la CAV. Pero tal y como remarca su responsable, que hoy mismo cumple 52 años, al menos en este caso “el tamaño no importa”, dados los excelentes resultados que el centro atesora en todas sus etapas educativas y el alto grado de inserción laboral que registran sus alumnos. Urrutia llegó a Jesús Obrero en 1991 y desde entonces ha ocupado distintos puestos en el centro, descontando un paréntesis de ocho años en su Bilbao natal. Accedió a la dirección general en abril de 2013, en un momento de graves dificultades económicas y altísima demanda de FP.
La gestación de Egibide ha coincidido con un momento económico crítico, que ha abarrotado sus aulas de FP. ¿Ha sido fácil dar respuesta a tanta demanda?
-Justo en el momento de la integración, hicimos una reestructuración de la oferta formativa que ha tenido muy buena respuesta. Ahora estamos en un nuevo periodo de reorganización de cara a los años 2016-2020 y vamos a hacer algún ajuste más para acomodarnos a las demandas. Tenemos las aulas de FP llenas, sobre todo en diurno, y por suerte ya no tanto en nocturno. Digo por suerte porque quizá parte de esa demanda provenía de un problema laboral. Sigue habiendo una demanda fuerte, pero ya no está tan a tope, como hace dos años. Se dio respuesta a esa demanda y la vamos a intentar seguir dando en los próximos cuatro años, porque estamos reestructurando la oferta y viendo si hay especialidades que en este momento no se cubren suficientemente en Vitoria y Álava. El ajuste es una labor continua, porque hay sectores empresariales emergentes a los que hay que echar un cable. Pero no sólo hay que responder en FP, sino desde abajo. Ya en la ESO, acabamos de hacer un despliegue de una wifi abierta para todo el alumnado y el profesorado de Egibide que permite tener acceso a Internet desde cualquiera de los cinco campus con una clave personal. Vemos que la conectividad en el aula es importante, porque esto te lleva a que haya una buena respuesta en otros temas. Eso también nos permite orientar a los chicos y chicas a especialidades que están teniendo su demanda.
La relación con las empresas siempre ha sido estrecha, ¿pero todos estos condicionantes han obligado a potenciarla más?
-Tenemos una estrechez muy fuerte porque hay que estar con el cliente, que es la empresa, al igual que el alumno y su familia. Y tratamos de adecuarnos siempre a sus demandas. El conocimiento técnico se da por hecho, pero tratamos de formar a hombres y mujeres que sean capaces de empujar, de tener valores, de tirar hacia delante y que demuestren capacidad de liderazgo. Tenemos múltiples relaciones con las empresas por muchas cosas. Incluso tenemos proyectos para intentar resolver pequeños problemas en las pymes. En este momento, tenemos también 65-70 chavales en diferentes empresas en FP dual, una de las áreas punteras.
En líneas generales, ¿hacia dónde quiere caminar Egibide en el ámbito de la FP?
-Estamos intentado responder a demandas que hemos visto en este periodo de tiempo en la sociedad vitoriana y en el alumnado, y sobre todo que luego tengan una inserción laboral. Lo importante es hacer personas que encuentren trabajo, no hacer trabajadores. Pero la persona, para ser feliz, tiene que ser libre para encontrar ese trabajo.
Hablando de este tema, el empleo está mejorando, pero la tasa de paro joven sigue siendo alarmante. ¿Le preocupa la fuga de conocimiento, de esos chavales tan bien formados aquí?
-Un alumno que haga un estudio en Egibide, normalmente científico o tecnológico, no va a ir al paro ni se va a tener que ir fuera si no quiere. Pero el ideal es que vaya fuera, para que vuelva después aquí con el conocimiento que haya tenido allí. Lo ideal son los programas de Erasmus. No es malo salir de casa, es bueno. Pero hace falta que luego vuelvan a Euskadi con el conocimiento que tienen. Hoy por hoy, por suerte, en los ciclos industriales el índice de inserción laboral es ya casi del 100%. Los alumnos que han terminado la FP dual, de la misma se han quedado el 70% en su puesto de trabajo. ¿Qué problema hay aquí? Que la mitad de la población no se entera, y aquí voy a ser un poco bruto. ¿Por qué todavía hay mujeres que creen que no pueden hacer robótica? ¿Por qué a los padres de una chica no se les ocurre que puede hacer delineación? Este problema que es social está en la cabeza de las familias, porque las especialidades están ahí. Tenemos que hacer hincapié. Hay trabajo, hay salida para todos y para todas y no debemos seguir encasillados.
Sin embargo, el empleo sigue siendo precario en muchos casos.
-La demanda es mucho más fuerte en la industria, es verdad que hay movimiento, pero como nos pasa en todas las casas las empresas se han endeudado mucho y mientras no cubran ese músculo no va a ser tan fácil que hagan un tipo de contratación indefinida. Pero por suerte, la tendencia va hacia delante.
¿Qué supondría para Álava que Mercedes traslade aquí parte de su I+D, como propuso el lehendakari recientemente?
-Todo lo relacionado con la formación y la generación de nuevos nichos de negocio es fenomenal. Y además, creo que Vitoria y Álava cuentan con una red muy buena de FP, universidad y de know how para poder entrar en todo esto. La decisión va a ser de Mercedes evidentemente, pero sería una muy buena noticia, desde luego.
Pese a que siempre se tiende a relacionar Egibide con la FP, también tienen una oferta muy potente de ESO. ¿En qué ámbitos están trabajando para mejorar?
-Estamos muy metidos en introducir innovaciones educativas, pero que ya estén probadas. Es intentar nadar y guardar la ropa. Ya hay una experiencia muy positiva de los colegios de Jesuitas en Catalunya, con los que tenemos ligazón. Hace unos días, hemos ido a ver cómo funcionan en Barcelona y llevan allí más de tres años con un recorrido importante en métodos innovadores en el aula. Sobre todo están trabajando en primero y segundo de ESO. Fruto de esta visita y de otros trabajos previos, ya para el curso que viene, probablemente en primero de ESO, vamos a introducir algunos cambios. Vamos a entrar en la pedagogía por proyectos, que rompe esa idea de aula tradicional, de mesas, y vamos a intentar traer experiencias que hemos visto allí. En este momento, a esta hora y en este campus, tenemos un equipo trabajando en cómo llevar esto adelante. El proyecto se llama Horizo 2020. Hemos venido gratamente sorprendidos y vemos que se puede hacer aquí.
A grandes rasgos, ¿en qué consiste esa pedagogía por proyectos?
-Tú puedes agarrar alumnos de dos aulas, los juntas, y con ellos pueden estar al mismo tiempo dos o tres profesores. Después les presentas un proyecto, por poner un ejemplo los superhéroes. Y sobre esa base, tú puedes trabajar Física, las fuerzas, Matemáticas, el cálculo, Diseño o temas de arte, como el color. Pueden salir también temáticas sociales, que vienen dentro del temario, pero bajo un paraguas de proyecto en el que metes muchas áreas. También introduces los idiomas. Así, rompes la idea del alumno de que a primera hora tiene Sociales, después Matemáticas... ¿Esto cómo se trabaja? Hay un material, con el ordenador y con una serie de fichas, y el alumno aprende y va sacando sus conclusiones en grupos de cuatro o de cinco. Todo esto requiere un equipo que lo quiera hacer y un trabajo previo de preparación. Luego al alumno se le evalúa igual, a través de esas fichas, y no quita para que luego también tenga exámenes. Al final, ha aprendido igual, aunque lo haya hecho a otra manera.
¿Y qué hay del rol del profesorado?
-Cambia totalmente, porque ya no es tanto el que explica, sino el que resuelve dudas. Pero ésa debe ser su verdadera labor. Hoy en día, toda la información está en Internet, y de esa forma estás introduciendo las asignaturas de una manera distinta. ¿Esto se puede hacer con el 100% de las horas? Tampoco se debe. Tú puedes plantear dos o tres asignaturas por proyecto. En Barcelona, estuvimos en dos aulas y vimos que los chavales aprendían y además te lo contaban. Se expresaban y eran capaces de comprender textos con mucha fluidez. Hacen falta horas de dedicación y preparación, pero esto viene ya. El profesorado va a decidir cómo empezar, con qué grupos, verá qué dificultades hay... De momento, no va a ser general.
¿Tienen previstos más cambios en esta etapa escolar?
-Esta próxima semana abriremos un debate y una reflexión con la comunidad educativa sobre cambiar el horario de ESO para acabar las clases al mediodía. Vemos que en la pública se ha generalizado, porque todos los centros públicos menos uno están con ello, y es una reflexión que hay que hacer. Esta próxima semana vamos a consultar a las familias, al profesorado y a los alumnos para saber su opinión. La idea es que las clases terminen todos los días a las 14.15 horas. Ahora están de mañana y tarde tres días a la semana, y dos sólo por la mañana. Vemos que por ahí va la sociedad y hemos decidido consultar. Si sale que sí, arrancaríamos el próximo curso con el nuevo horario. De momento hemos consultado a las AMPAS, al comité de empresa y al consejo escolar y todos han dicho unánimemente que sí. Parece que va por el buen camino.
Cambiando de tercio, uno de los temas ‘estrella’ de los tiempos recientes ha sido la polémica Ley Wert. ¿Cómo está afectando la aplicación de la Lomce a su centro?
-El Gobierno Vasco hizo el proyecto Heziberri que, evidentemente, tiene que adaptarse a la ley, y todos entendemos que la legislación básica hay que aplicarla. Lo que pasa es que la puedes aplicar intentando sacar de ella el mayor efecto positivo. Y con Heziberri creo que se está haciendo. Hay un cambio en algunas cuestiones relacionadas con los contenidos, como algunas materias que suman o pierden horas. Pero en el resto, no nos hemos visto muy afectados, aunque probablemente todo dependerá de si se acaban aplicando las reválidas. Estamos un poco a la espera con este tema, porque no es para este curso. Pero de momento no estamos notando un estrés.
De todas formas, cada vez que hay un cambio de gobierno en Madrid deberán echarse las manos a la cabeza... ¿Qué le pediría al nuevo gobierno español que pronto saldrá de las urnas?
-Lo que le pediría a todos los partidos políticos, sean del que gobierno sean, es que se pongan de acuerdo en unas bases mínimas para una ley educativa. Tiene que ser una ley de consenso entre los partidos mayoritarios y minoritarios, donde participen las comunidades autónomas, porque las competencias educativas están muy transferidas. La educación la hacemos personas, y las personas transmitimos lo que llevamos. Las leyes intentan llevar hacia un lado u otro, pero la importancia al final está en los educadores. Yo les pediría consenso a todos, me da igual el tinte de cada partido. Y también altura de miras.