Nanclares de la Oca - Eduardo Fernández de Pinedo, actual teniente de alcalde de Kuartango y previsible alcalde, ya que el actual, Iñaki Guillerna, aceptó la responsabilidad de ser director de Equilibrio Territorial en la Diputación Foral, se ha fijado como uno de los objetivos prioritarios al frente de la Cuadrilla de Añana el acercar la institución a los vecinos y convertirla en una referencia de servicios y de identidad.
¿Cómo surgió la propuesta para ser candidato a la presidencia de la Cuadrilla de Añana?
-En estos cuatro años anteriores fui juntero en la Cuadrilla y había estado en las reuniones que celebrábamos cada dos meses para tratar los temas de la comarca. Por ello, había comprobado que el funcionamiento de la institución era mejorable. Que la gente funcionaba muy bien pero que los servicios que presta no se proyectaban en la sociedad. Al fin y al cabo, la Cuadrilla es una mancomunidad de servicios entre ayuntamientos y nosotros sabemos muy bien cuáles son los servicios que nos presta y funcionan muy bien, pero nos cuesta mucho que se conozca fuera.
¿Qué fue lo que le animó definitivamente a implicarse?
-Hablando en muchas ocasiones con otros junteros veíamos que era necesario hacer un poco más por la institución, darla a conocer fuera, porque al final es tan cerrada en ella misma que muchos vecinos no conocen ni su existencia. Y la gran mayoría la reducen a que es la entidad que les pasa el recibo de la basura. En el momento en el que me plantearon ser presidente les dije que me parecía un reto bonito e interesante y que me motivaba, porque ves que tienes un camino por recorrer, que hay un trabajo que hacer y que podía intentarlo.
Se decidió rápido.
-La verdad es que no tardé nada en decidirme. En el poco tiempo que llevo estoy encantado porque lo he dedicado a conocer a la gente que trabaja en la Cuadrilla y he visto que hacen una labor impresionante, que hay un nivel de profesionalidad muy alto, un ambiente muy bueno. Todo eso hay que aprovecharlo para que la gente conozca mejor lo que es la institución.
Además de la comunicación con la sociedad a la que se debe, ¿qué otros diagnósticos se puede hacer de la comarca?
-El punto más débil de la Cuadrilla es el de la financiación. No gestiona tributos ni impuestos y toda su financiación es externa, bien de la Diputación o de otras instituciones o de los servicios que presta, que prácticamente se reducen a tasas con lo que el dinero que entra es el que sale. El problema es no contar con una financiación fija y que esté dependiente de temas como el Fofel (Fondo Foral para la Financiación de Entidades Locales), que son cifras variables. Eso ocasiona que plantearse proyectos a medio y largo plazo sea complicado, porque se vive económicamente al día.
¿Qué problemas concretos ocasiona esta situación?
-Para empezar, que el tema económico te lleva a que el tema laboral no sea lo seguro que le gustaría a cualquier trabajador: tener una seguridad para desarrollar su trabajo y eso incide en que el trabajo se haga muy bien pero sin garantías para el trabajador. A esto se suma que también nos ocasiona un déficit de personal porque al final lo que estamos viendo es que muchos servicios que hace la Cuadrilla a ayuntamientos se quedan cortos en tiempo. Más tiempo es más dinero. Y ése es un bien escaso en estos días.
Una de las competencias de la Cuadrilla es la gestión de la promoción turística. ¿Qué solución se dará a las tensiones generadas entre la Cuadrilla y la Asociación de Empresarios de Valdegovía a cuenta de la oficina de turismo?
-Lo tenemos que plantear bien porque es un tema que no tiene mucho sentido, que en una Cuadrilla de nuestras dimensiones haya dos oficinas y que no trabajen conjuntamente es una duplicidad. Valdegovía es un municipio grande, con atractivo turístico, con personalidad propia y debemos conjugar eso con la eficacia de los recursos. La idea parte de crear una comunión y habría que reunir en ese sentimiento a todas las energías que pueden estar dispersas. A día de hoy no nos hemos planteado todavía el cómo lograrlo, pero creo que unificando más ese sentimiento tenderán a desaparecer las duplicidades.
La Cuadrilla de Añana es grande y con núcleos muy dispersos?
-Es cierto, somos la Cuadrilla más extensa de Álava, aunque no es ni mucho menos la más poblada pero sí la que más núcleos de población tiene. Desde Kuartango hasta Zambrana y desde Iruña Oka hasta Valdegovía hay una distancia amplia.
Esta situación plantea retos.
-Es que nos ocasiona dos problemas muy claros: por un lado el del transporte que, aunque a nivel de territorio es común, aquí, por la dispersión o por la dimensión de los núcleos, es algo que implica una solución difícil. Tenemos que conjugar los planes de transporte forales, con transportes más locales como los taxis a la demanda para tratar de lograr que en una comarca tan extensa el equilibrio sea el mayor posible. Como extensión de este problema se añade el servicio de recogida de basuras que, a mayor distancia, costes más elevados. En este tema está muy candente la situación con el pase de Gardelegi a Jundiz, que nos eleva la tasa de basuras.
¿Se impulsarán políticas de empleo en la comarca?
-Sí, ya se han hecho planes de empleo con Lanbide y aquí se nos reproduce de nuevo el problema de nuestra escala. Los requerimiento de Lanbide para estar en estos planes de empleo están más pensados en zonas con amplia densidad de población y no se tiene tan en cuenta zonas con baja densidad de población o de población más envejecida que la urbana. Por eso nos encontramos que en los planes de Lanbide son muy pocas las personas que se pueden aprovechar y casi siempre sólo están en los núcleos de población más grandes, como es el caso de Iruña de Oca y demás.
¿Qué medidas tomarán?
-Ya hemos empezado a hablar con la Diputación para ver cómo se pueden adaptar estos planes de empleo a situaciones distintas a las que están planteadas en la normativa. Aquí hay posibilidades de empleo medioambiental.
Añana cuenta con una variedad importante de recursos turísticos y naturales, pero casi con una única estrella en cuanto a promoción: el Valle Salado.
-Precisamente acabo de mantener un primer encuentro con Andoni Erkiaga, el nuevo gerente de la Fundación Valle Salado y, aunque ha sido un encuentro básicamente protocolario, lo primero en lo que hemos coincidido ha sido en que tenemos que unir más el destino de Salinas con el de todo Añana. Que tenemos que hacer una especie de paquete uniendo la estrella, que lo es, pero con todo lo que le rodea porque le dará mucha mas potencialidad a todo el conjunto.