laguardia - El debate abierto en torno a la diferenciación de los vinos de Rioja Alavesa tuvo su primer punto de inflexión reciente en junio de 2012, durante la entrega de los premios de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA) celebrada en Villabuena de Álava. Allí, la gerente de la entidad, Inés Baigorri, puso en valor el trabajo de las familias de la comarca, que generación tras generación han hecho posible que el producto que con tanto mimo elaboran en sus pequeños negocios haya logrado cruzar fronteras, colocando a su vez al territorio en el mapamundi y ayudando al progreso común. “Cuando un vitivinicultor de Rioja Alavesa desarrolla su proyecto familiar aquí, busca su rentabilidad, pero también busca la rentabilidad de la comarca, de su comunidad, porque si no lo sabe porque lo lleva en los genes, ni sus hijos ni sus nietos podrán disfrutar de ella”, aseguró.

Aunque la responsable de ABRA no realizó una mención expresa al deseo de muchos vitivinicultores de Rioja Alavesa de diferenciarse dentro del paraguas común de la DOC Rioja, bastó con leer entre líneas para vislumbrar que Baigorri estaba retomando una vieja reivindicación. Un viejo debate que este próximo sábado seguirá su recorrido en Laguardia, en el marco del primer congreso Denominación de Origen. Identidad y Diferenciación, que organiza el colectivo Amigos del Viñedo Alavés (AMA).

Los roces entre Álava y La Rioja en torno al vino se remontan a los años 80 y 90, cuando tanto desde el Gobierno Vasco como desde la Diputación alavesa se impulsaron distintas políticas de creación de infraestructuras de regadío y de mejora de caminos rurales en los pueblos de la zona vasca. La falta de iniciativa de los gobernantes de La Rioja fue larvando un sentimiento de recelo que, con la llegada al gobierno regional del polémico Pedro Sanz (PP), derivó en distintos desencuentros en torno a los objetivos comunes, las políticas o la propia promoción del Rioja, cuyo Consejo Regulador identificó al vino con la comunidad vecina.

Los bodegueros alaveses continuaron trabajando como lo habían estado haciendo hasta la fecha, primando calidad sobre cantidad, identificando el vino con un trabajo artesanal, investigando nuevos productos y ensayando variedades, creando en definitiva un modelo de negocio diferente al propugnado desde Logroño. Con el tiempo, se fue consolidando un sentimiento de identidad propia que todavía hoy perdura en muchas de las pequeñas bodegas alavesas.

Con el tiempo, y tras aquellas palabras de Baigorri, desde el sector se han ido lanzando mensajes mucho menos sutiles en torno a la necesidad de diferenciar los vinos locales. Hace menos de un año, en diciembre de 2014, el bodeguero de Artadi, Juan Carlos López de Lacalle, aseguró que el modelo de negocio del Rioja no es el que necesita Rioja Alavesa. “El nuestro es algo muy lejano de la globalización”, resumió el que también es, precisamente, presidente de AMA, organizadora del congreso.

El mero deseo de poner en valor los caldos del territorio, aunque sea sin abandonar la Denominación Rioja, y el posterior respaldo político a este anhelo desde el lado alavés del Ebro supuso para los responsables de la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja y, sobre todo, para el Gobierno popular de La Rioja, una declaración de guerra en toda regla. Desde entonces, la batalla dialéctica no sólo no se ha calmado, sino que se ha recrudecido. Ni siquiera la marcha de Sanz, que dejó la presidencia riojana al grito de “el nombre de Rioja es nuestro y al que no le guste, que se vaya”, calmó las aguas. El Palacio de Samaniego de Laguardia se convertirá desde las 9.45 horas en el foro perfecto para debatir sobre el futuro de Rioja Alavesa.

Inédita. Laguardia acogerá este próximo sábado 7 la primera edición del congreso ‘Denominación de Origen. Identidad y diferenciación’, que organiza el colectivo Arabako Mahastien Lagunak-Amigos del Viñedo Alavés (AMA) y en el que colaboran ABRA, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA y la UPV/EHU. La cita llega cuando el debate en torno a la diferenciación del vino de Rioja Alavesa ha alcanzado un punto álgido.

Viejo anhelo. La reivindicación, sin embargo, no es nueva, ya que los ‘roces’ entre Álava y La Rioja se remontan a los años 80 y 90. Tiempos de mejora de las infraestructuras de regadío y de los caminos rurales en el lado vasco del Ebro y marcados también por la falta de iniciativa de La Rioja. La politización de los órganos de gestión del vino y la divergencia de estrategias hicieron el resto.

La gerente de ABRA abrió el melón del debate de la diferenciación en junio de 2012. Lo hizo con un mensaje claro, pero sutil.

El bodeguero de Artadi y también presidente de AMA retomó la reivindicación hace algo menos de un año, en medio de un debate político también creciente.

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Noviembre. La inscripción para el congreso concluirá este próximo jueves. Se puede formalizar en ‘congresolaguardia@gmail.com’