gasteiz - La política fiscal del Ayuntamiento se perfila como la piedra angular de la legislatura dado el agujero económico que arrastran las arcas municipales de la pasada legislatura -entre 63 y 68 millones de euros se calcula-. Así las cosas, el concejal Borja Belandia abrió ayer el melón de la Hacienda municipal, presentó su plan económico para los próximos años y se topó con las primeras críticas y dudas de parte de la oposición, precisamente la que ha aupado a Gorka Urtaran a la Alcaldía. Y es que el triángulo que forman EH Bildu-Sumando e Irabazi reclama al PNV mayor progresividad para los contribuyentes en el pago de impuestos y tasas, esto es, que pague más quien más tenga. Ya lo adelantó el edil de Irabazi, Óscar Fernández, en su primer turno de palabra: “En esta comisión es donde más enfrentamientos vamos a tener porque es donde mayores discrepancias nos separan”. Aun así, el tono de voz no subió. Por contra, la política fiscal defendida por el PNV cuenta ya con el total respaldo de los socialistas e incluso del PP que, después de los últimos rifirrafes con Urtaran, ayer moderó el tono. No hay que olvidar que los jeltzales pactaron la pasada legislatura presupuestos con el anterior gobierno de Javier Maroto.

Pero, ¿de qué política fiscal hablamos? Para empezar, Belandia se ha comprometido a elaborar un marco presupuestario global que sirva de referencia para los cuatro años de legislatura, aunque será ejercicio a ejercicio cuando tenga que labrarse los votos de la oposición puesto que el PNV gobierna en minoría. En lo que a 2016 se refiere, el concejal de Hacienda asume ya que habrá recortes, necesarios para cuadrar las cuentas -dice- y subirán los impuestos (no más allá del IPC para no ahogar a las familias), tasas y precios públicos. Subirá por ejemplo el recibo de las basuras, aunque no concretó cuánto. Este incremento dependerá de las conclusiones que se extraigan de un informe en el que el Ayuntamiento analizará el coste total de los servicios que presta y en aquellos en los que la diferencia entre la parte que abona el Ayuntamiento y la que paga el usuario -caso de las basuras- sea mayor, al contribuyente se le pedirá más. Primero, el gobierno municipal quiere conocer también la manera en que recaudan la tasa de residuos las ciudades de alrededor.

En cuanto a los impuestos en sí, del Impuestos de Bienes Inmuebles (IBI) poco se puede concretar aún puesto que el Ayuntamiento está a la espera de que la Diputación fije un valor catastral que se adecúe a la realidad de la crisis. Un IBI más justo, como llevan meses reclamando las asociaciones de vecinos, ya que los pisos valen ahora menos que durante el boom inmobiliario y, sin embargo, los propietarios siguen pagando lo mismo que durante los años de bonanza. Este ajuste del IBI, no obstante, no se sabe aún si se podrá aplicar ya o habrá que esperar a otro ejercicio. El impuesto de vehículos también subirá para los coches más contaminantes.

Algo similar a lo que ocurre con el IBI es lo que pasa con el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) que abonan las empresas. El gabinete de Urtaran está a la espera de la modificación de la Norma Foral que ha de hacerse en las Juntas Generales, y tampoco hay plazo. De momento, el Consistorio ya ha girado los recibos, y “cuando tengamos respuesta intentaremos equilibrar”, señala Belandia. Y es que, a priori, el PNV no comparte la subida del 41% del IAE que PP y EH Bildu acordaron para las empresas que facturan más de dos millones de euros; el alcalde se comprometió en campaña a reducirlo, pero visto el estado de las cuentas municipales, de momento ha dado marcha atrás. No obstante, todos los aspectos concretos de cada impuesto, tasa y precio público que pagan los vitorianos se debatirán y concretarán entre todos los partidos en la ponencia de fiscalidad que el PNV va a reactivar. Como novedad, los nacionalistas se comprometen a que los contribuyentes puedan abonar los recibos al Ayuntamiento mes a mes para disminuir la carga que suponen los pagos.

Igualmente, la Hacienda municipal prestará especial atención al fraude. En este sentido, el gobierno jeltzale tiene el ojo puesto en aquellos ciudadanos que no pagan las multas de tráfico o la tasa de veladores, por ejemplo. Además, con el fin de beneficiar a las pequeñas y medianas empresas del municipio, Belandia explicó que tendrán prioridad a la hora de hacerse con servicios o contratos públicos.

Sobre los presupuestos, el edil avanzó que tendrán un “marcado carácter social, “tanto en infraestructuras como en calidad de servicios públicos”, serán participativos y estarán sometidos a un control periódico para que se ejecute y cumpla lo acordado.

Y para paliar las consecuencias del déficit que sufre el erario público, el gabinete de Urtaran aboga por reestructurar la deuda, esto es, repartir la carga en cuatro años y así evitar que unos ejercicios “estemos ahogados y otros no”. En cualquier caso, esta medida depende de las entidades bancarias y el PP ya advirtió a Belandia de que no puede hacerse en cualquier situación económica. “La mala situación económica es precisamente la que nos obliga a conseguir más ingresos y adecuar los gastos”, recalca Belandia.

Novedad. Los contribuyentes podrán pagar al Ayuntamientos los recibos mes a mes para suavizar la presión recaudatoria. Los impuestos subirán a lo largo de la legislatura, no mucho más allá del IPC, según el PNV.

IBI. No se revisará a la baja como piden los vitorianos hasta que la Diputación determine un nuevo valor catastral más acorde con el actual precio de las viviendas, y no se sabe si será ya o habrá que esperar a posteriores ejercicios.

Impuesto de vehículos. Pagarán más los coches que más contaminan que, normalmente son los más antiguos y los de gasoil.

IAE. El Ayuntamiento ya ha girado los recibos a las empresas y hasta que las Juntas Generales no modifiquen la Norma Foral no se aplicarán bajadas. No hay fecha.

Tasa de basuras. Los contribuyentes tendrán que pagar más por la recogida de basura al igual que por otras tasas y precios públicos que el Ayuntamiento costea en un alto porcentaje.

Presupuestos. El gabinete de Urtaran fijará un marco global presupuestario para toda la legislatura, aunque cada ejercicio tendrá que lograr los votos necesarios de la oposición para aprobar las Cuentas anuales, ya que gobierna en minoría. Serán “participativos y con un marcado carácter social”.

Recortes. Continuarán en 2016 dada la mala situación económica de las arcas municipales.

Multas de tráfico. El Ayuntamiento perseguirá los impagos de las multas de tráfico, el fraude fiscal y cualquier otro impago a Hacienda, como el de los veladores que los bares sacan a la calle.

Contratos públicos. Prioridad a proveedores y pequeñas y medianas empresas del municipio.