Vitoria. Una joven de 25 años será juzgada la próxima semana en Vitoria por haber amenazado de muerte a la propietaria de un piso de la capital alavesa en la que alquiló una habitación y, además de matar a los pájaros de la dueña, la amenazó de muerte, rompió sus enseres y se apropió de distintos efectos y mobiliario.
La Fiscalía de Álava pide para la acusada dos años de prisión y multas por valor de 4.500 euros por los delitos de amenazas, daños y hurtos.
Los hechos ocurrieron a principios de agosto de 2013, cuando la joven alquiló una habitación en un piso de la calle Coronación de Vitoria.
No obstante a finales de ese mismo mes, la dueña le dijo a la inquilina que no había superado el periodo de prueba y que tenía que abandonar el inmueble, lo que motivó varias discusiones entre ambas.
Una de ellas ocurrió el 8 de septiembre de 2013 cuando la joven amenazó a la propietaria con matar a todos los pájaros que ésta tenía en la casa y con "dejarle un muerto en casa".
De hecho retorció el cuello a una cotorra y a un canario que había en una de las jaulas y que, según la calificación fiscal tenían un valor pericial de unos 390 euros.
Dos días más tarde, el 10 de septiembre, la acusada accedió a la vivienda con un cuchillo y amenazó de muerte a la dueña, además de dar patadas a la puerta del dormitorio de ésta, que tuvo que refugiarse en el salón durante el tiempo en que la inquilina estuvo en el piso.
Pero durante su estancia la joven golpeó la puerta del salón, rayó el espejo del baño, rompió las patas de la mesilla de noche de su cuarto y el somier de la cama, quemó una balda, hizo pintadas en las paredes y causó desperfectos en un sillón y en dos enchufes de la habitación que ocupaba, además de romper el timbre de la casa.
Incluso, antes de irse del piso se apoderó de cinco tulipas, dos lámparas de una mesilla de noche, tres colchas, un juego de sábanas, una almohada, un colchón de cama de 1,35 metros, un televisor Toshiba, una figura de bronce, una tetera, varios platos y vasos, una freidora y la comida que había en la nevera, además de 300 euros que la dueña guardaba entre las sábanas.
Los daños en el mobiliario fueron tasados en 1.070 euros y los efectos sustraídos en más de 620 euros.
Por los distintos delitos y faltas de amenazas, daños y hurto el fiscal pide dos años de cárcel y un total de 4.900 euros de multa.