Vitoria - La portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento vitoriano, Miren Larrion, ofreció ayer al gobierno municipal del PNV la firma de un acuerdo presupuestario global, para toda la legislatura, que se base en una revisión de la fiscalidad para hacerla más finalista y menos recaudatoria, que evite los recortes sociales, y que se abra a la participación ciudadana y del Pleno municipal.
Previamente hay que empezar por arreglar las cuentas de 2015, en cualquier caso. Ante la necesidad de sanear un Ayuntamiento que este año va a gastar mucho más de lo que ha ingresado, la coalición asume y acepta que habrá que hacer recortes, pues “ya no hay remedio, pero antes va a estar una persona que una baldosa”, dijo Larrion en relación a las políticas sociales del Consistorio.
En ese sentido, aseguró, a partir del 21 de septiembre EH Bildu se pondrá a analizar partida por partida para ver dónde realizar la contención del gasto, y propone elaborar el listado de ajustes entre todos los grupos municipales. “Las cosas por su nombre, va a haber recortes”, dijo Larrion, pero su propuesta pasa porque a partir de 2016, y dentro de los márgenes de la negociación entre los partidos, esa política de ajuste se relaje merced a una fiscalidad que se diseñe en función de los servicios que hay que prestar y no de las necesidades de ingreso para cuadrar las cuentas. En ese sentido, EH Bildu planteará un diseño de los impuestos, para toda la legislatura, bajo criterios sociales y planteando la aplicación de ecotasas, la reforma del IBI o el gravamen a las viviendas vacías.
Larrion celebró, en lo relativo a los impuestos, que el PNV mantenga la subida del 41% del IAE a las empresas que facturan más de dos millones de euros, e insistió en la necesidad de aplicar una fiscalidad progresiva. “Las grandes cadenas de distribución, los bancos y las multinacionales tienen que pagar lo que les toca, la política fiscal no puede ser a la carta”, afirmó la portavoz soberanista, que planteó la aplicación de bonificaciones para quienes no puedan hacer frente a sus obligaciones fiscales.
La coalición dice ver “disposición en el equipo de gobierno para llegar a acuerdos”, y por ello, pese a que discrepa de propuestas del PNV como la de hacer frente a la sentencias de Olarizu y Gamarra recurriendo a préstamos (EH Bildu proponía cargarle dicha deuda al PP), estudia aceptar el planteamiento de los jeltzales.
Eso sí, antes de entrar al detalle de los recortes de 2015 y de los Presupuestos o la fiscalidad para 2016, un debate que arrancará en octubre, Larrion aseguró que es necesario “hablar de la filosofía”. En ese sentido, la coalición está a la espera de escuchar, a partir del martes que viene, las comparecencias de los concejales delegados del equipo de gobierno con respecto a sus planes de gestión de los diferentes departamentos municipales.
En todo caso, ya ayer los jeltzales avanzaron su predisposición a sentarse a hablar con EH Bildu. “Recibimos su propuesta con total disposición al acuerdo; esperaremos a que se concrete esta oferta y, si coincidimos en los parámetros básicos, no vemos ningún obstáculo de partida al entendimiento, tanto con EH Bildu como con el resto de grupos”, señalaron fuentes municipales.
Tras las elecciones del pasado mes de mayo, la Corporación se dividió en tres grandes bloques que no dejan muchas opciones para cerrar mayorías absolutas. De un lado está el PP, de momento muy crítico con el PNV, y por otro el propio PNV junto con el PSE, con cuyos votos ya cuenta en el Pleno. Sin embargo, no son suficientes para gobernar, y para ello los jeltzales deberán recurrir al apoyo de los populares, o de EH Bildu, Sumando-Hemen Gaude e Irabazi, que en principio defienden políticas similares en materia fiscal o social.