la industria ligada a la tecnología está tirando con fuerza del carro de la recuperación económica en Álava, un sector con un alto grado de especialización, competitivo en el mercado global y que demanda profesionales muy cualificados. Este tejido de empresas que tiene en la fabricación mecánica, el diseño industrial, la robótica o el mantenimiento de maquinaria algunas de sus áreas de trabajo de referencia ha encontrado en la Formación Profesional (FP) su mayor caladero de potenciales trabajadores. Un contexto en el que el territorio, dotado de una red de centros de FP del más alto nivel, no está dejando pasar la oportunidad de salir a flote.
El nuevo curso arrancará esta próxima semana y, por primera vez desde que estalló la crisis, las matriculaciones en los ciclos formativos de grado medio y superior se han mantenido en niveles similares a hace justo un año, al menos en lo que respecta a Egibide, que aglutina cerca de la mitad de la oferta de FP en la capital alavesa. “Llevábamos desde que se inició la crisis varios años de una constante subida de alumnos, de crecimientos importantes, de hasta el 8, el 9 ó el 10%. Este año la cifra se ha estabilizado”, certifica en declaraciones a este periódico Xabier López de Santiago, director de FP del centro nacido en su día de la unión de Jesús Obrero con Diocesanas.
La razón de este ajuste en el número de matrículas se debe en parte, según López de Santiago, “a que se empieza a ver una cierta recuperación de la crisis, aunque sea lenta todavía”, con un peso específico para esas ramas industriales. Muchas personas que acudían al refugio de la FP porque se encontraban en las listas del paro por fin han logrado un empleo digno y, además, se está produciendo una “demanda fuerte” de alumnos formados en este tipo de sectores para trabajar en firmas punteras del territorio. En algunos casos, prácticamente, deben rifárselos. “Estamos recibiendo muchas llamadas de empresas y andamos justos de personas. Estamos teniendo dificultades. En ocasiones, no somos capaces de hacer la industria lo atractiva que a nivel laboral se está convirtiendo”, certifica el profesional. Una consecuencia, a buen seguro, de esa imagen “un poco obsoleta” que a juicio de López de Santiago aún impera en torno a las profesiones industriales, “asociada a la grasa, al buzo y al esfuerzo físico”. Este jueves, sin ir más lejos, la persona encargada de la bolsa de empleo en Egibide recibió media docena de llamadas de empresas que necesitaban “urgentemente” trabajadores de este perfil, desde programadores de control numérico, a torneros, fresadores o diseñadores. “Obviamente era el primer día y las empresas estaban esperando como agua de mayo que volviéramos, pero es una dinámica bastante habitual recibir llamadas constantemente”, certifica López de Santiago.
Este curso, Egibide contará con cerca de 2.500 alumnos matriculados en FP básica y en sus grados medios y superiores, que tienen en la industria y los servicios sus dos principales salidas profesionales. Pese a todo, y eso sí que ha sido una constante desde que estalló la crisis, las aulas de los diferentes centros que integran este proyecto educativo siguen llenas de un alumnado “cada vez más heterogéneo”, procedente no sólo de Bachillerato o de la ESO, sino también del desempleo o de la propia Universidad, buscando una formación más práctica. “Gente de diferentes edades y procedencias que dan una riqueza mayor a nuestras aulas”, enfatiza López de Santiago.
fp dual La necesidad de formar a futuros profesionales que encajen como anillo al dedo en el tejido empresarial alavés ha motivado que, con el tiempo, la FP dual se haya hecho con un hueco cada vez más importante en la oferta educativa local. En resumen, se trata de completar el primer año de un ciclo formativo en el propio centro y de compaginar el segundo entre el centro y una empresa, a través de prácticas o con un contrato. Este año, sin ir más lejos, 67 alumnos de Egibide completarán su formación en 30 empresas del territorio, entre las que se encuentran las más importantes, Mercedes y Michelin. En Mercedes, además, existe un programa específico de FP dual que se extiende hasta los tres años, siguiendo el modelo alemán, que sirve a sus participantes para lograr un grado de especialización todavía mayor.
La relación entre las empresas y los centros que ofertan FP como Egibide es, en este contexto, más que fluida. “Cuentan mucho con nosotros porque conocemos a los alumnos y podemos ofrecerles exactamente lo que necesitan, con una determinada cualificación y el nivel de especialización que requieren. Trabajamos mucho esa relación con las empresas, preparando a los alumnos en función de lo que necesitan éstas”, remarca López de Santiago. En el ámbito de los servicios, el director de FP de Egibide señala a los ámbitos de la administración y las finanzas como dos sectores que demandan un gran número de profesionales cualificados para trabajar. “Son perfiles necesarios para muchas empresas, pero si tuviese que destacar algo claramente nos vamos otra vez al ámbito más industrial, donde en ocasiones hay problemas para reclutar a gente. Insistimos mucho en que hay ciclos industriales con plazas libres y con muy buenas opciones laborales”, enfatiza el profesional. Al margen de la lenta pero progresiva creación de empleo en estos sectores industriales, López de Santiago apunta también al relevo generacional que numerosas empresas están llevando a cabo.
Aunque parece evidente que la FP sigue siendo un refugio seguro para quienes inicien una determinada formación y pretendan hacerse un hueco en el mercado laboral, a diferencia de otras opciones, López de Santiago prefiere no entrar en una “guerra” con las universidades. “Cuando hablo con los alumnos la vía que les aconsejo es que empiecen por la FP y después, si quieren, sigan con la Universidad y se especialicen todavía más. Ambas son compatibles. Pero sí que es cierto que en un futuro el 70% de los puestos demandados por este tipo de empresas van a ser de FP”, certifica el profesional. Hasta la fecha, un altísimo porcentaje de alumnos han optado por hacer el recorrido inverso, pero puede avecinarse un cambio de esquema.
Industria y servicios. Egibide, que también oferta ESO, Bachillerato o cursos de formación para desempleados, engloba sus ciclos formativos medios y superiores en estas dos grandes áreas.
Alumnado heterogéneo. Desde que estalló la crisis, las aulas del centro se han llenado de alumnos de muy distintos perfiles, procedentes también de la Universidad o en situación de desempleo. Buscan allí una formación “más práctica” y con una mayor posibilidad de encontrar salidas laborales.