Nada más conocerse el suceso, la música de la verbena de la plaza cesó y muchos de los bares también quedaron en silencio mientras los vecinos iban enterándose de lo ocurrido. Poco a poco familiares y amigos de la familia fueron llegando también al centro de salud para arropar a los suyos en unos momentos en los que reinó la confusión por lo ocurrido.
Por la mañana, en Viana ayer no se hablaba de otra cosa, aunque se manejaban muchas versiones diferentes y confusas sobre lo ocurrido. Eso sí, sobre todo entre las cuadrillas de adolescentes se dejaban notar las consecuencias de la fatal noticia y entre los propios amigos y amigas intentaban consolarse unos a otros. También un equipo de psicólogos se desplazó hasta el Centro Joven para atender a los más afectados.
El Ayuntamiento, como explicó el alcalde, se puso en contacto con la familia para brindarle todo su apoyo y se barajó la posibilidad incluso de suspender las fiestas, aunque finalmente se optó por mantenerlas teniendo “pequeños gestos” a lo largo de todos estos días. Por ejemplo, durante el pasacalles matinal se guardó un emotivo minuto de silencio que acabó con aplausos o se guardó silencio mientras la Comparsa de Gigantes atravesaba la calle Navarro Villoslada, donde los padres del menor tienen su establecimiento de venta de prensa y loterías. También los jóvenes que iban a participar en la comida multicuadrillas apagaron la música como señal de respeto durante su pasacalles.
Asimismo, por la mañana se colocaron lazos negros en los pendones que adornan el balcón del ayuntamiento, en las figuras de la Comparsa, y los corporativos y empleados municipales también los portaron. Después, por la tarde, se decidió suspender la becerrada prevista para hoy, que coincidirá con el funeral, programado a las 19.00 horas en la iglesia de Santa María tras la incineración.