Kuartango - Los vecinos del Valle de Kuartango y los numerosos visitantes que acudieron atraídos por la fiesta aniversario del 125 cumpleaños del Balneario de Zuazo de Kuartango refrendaron lo que se esperaba: que nadie quiere que se pierda el viejo y enorme hotel que un día fue uno de los balnearios más importantes del norte del país.

Desde el Ayuntamiento y la Asociación de Amigos del Balneario-Kuartango Bizirik se había organizado una jornada para mostrar el interior del edificio -los edificios, ya que son varios unidos- y celebrar ese 125 aniversario de una manera informativa y divertida. De esa forma se animó a los visitantes a acudir vestidos de época y por allí aparecieron el fotógrafo con la antigua cámara de placas, el doctor del balneario, la enfermera y hasta uno de los clientes con uno de aquellos bañadores de cuerpo entero a rayas, entre otros muchos personajes. Y es que entre los actos previstos en la jornada estaban los baños con las aguas medicinales y los masajes.

El del bañador a rayas era el presidente de la asociación, Eduardo Martínez de Santo. “La idea de reconstruirlo ha estado siempre en la mente de todos, pero a la vista de que el edificio se iba deteriorando decidimos promover de forma popular y en coordinación con el Ayuntamiento el darle un impuso y buscarle unos usos”, explicó. Por ello, hace dos años crearon una asociación y a partir de ese momento “iniciamos una labor de limpieza del interior, desescombro, y también de búsqueda de un proyecto a través de unos arquitectos para ver qué uso se podría dar a todo esto”.

La idea fue cuajando e incluso alguna empresa comenzó un ligero sondeo para establecerse, por lo que el Ayuntamiento comenzó el proceso administrativo para poder realizar la cesión de uso, sin enajenar el edificio, por un periodo de tiempo determinado según la inversión que se realizara. “Era lo mejor para el edificio y para el Valle”, según Martínez de Santo.

La de ayer no era la primera fiesta que se organizaba. Ya se había realizado otra, una jornada de puertas abiertas, hace dos años, y “ahora hemos buscado un argumento para reabrir el balneario y qué mejor excusa que el 125 aniversario de la apertura del Gran Hotel para hacerlo”. Al complejo le falta una pequeña parte, el lugar donde se realizaba la hidroterapia, aunque el manantial se conserva y cuida. Bajo el suelo de la calle, donde parece que sólo está la zahorra, se conserva la escalera curva por la que se accedía al manantial, en el subsuelo, por si algún día se quiere rescatar del olvido.

Desde el Ayuntamiento, el teniente de alcalde, Eduardo Fernández de Pinedo, explicó que la Corporación veía con inquietud que el edificio se estaba deteriorando y “solo contemplábamos dos opciones: o recuperarlo o derribarlo”. “Y esto último nos daba muchísima pena porque es un edificio que forma parte de la memoria y del patrimonio del Valle”, apuntilló. También contó que “el edificio son unos 6.000 metros cuadrados y que el Ayuntamiento es pequeño, por lo que no cuenta con recursos para poderlo rehabilitar”. Ése fue el motivo por el que se buscó la solución de la figura de la cesión de uso. “Nosotros cedemos el edificio y a quien quiera utilizarlo durante un tiempo y en función de la inversión se lo dejamos”. No fue mala salida, porque a través de un concurso de ideas salieron tres iniciativas interesadas en entrar en el edificio. Son tres los interesados, de momento”, aseguró.

Son dos negocios y una entidad sin ánimo de lucro. El primero sería un centro de interpretación de la sidra, con sidrería, ya que en el Valle se elabora esta bebida y además de muy buena calidad. Con ello se instalaría un centro de producción y un local de hostelería. La segunda iniciativa llega de la mano de una empresa de conservas naturales, ecológicas, que en parte ya está establecida en el Valle y quiere hacer una conservera de productos ecológicos y una tienda para atender al público. La tercera entidad interesada es el colectivo Scout de Euskadi. Quiere la segunda planta del edificio para hacer un albergue, pero también una Escuela de Formación que sea un referente nacional e internacional. De hecho, estos días realizan un campamento en Kuartango unos 200 scouts llegados de Suiza.

El Ayuntamiento también rehabilitaría una buena parte para poder instalar servicios comunes. Lo que no se ha descartado definitivamente es si se aparca o no el proyecto de adecuar viviendas para jóvenes y una guardería, al menos hasta que los efectos de la crisis económica hayan pasado.

De momento, se seguirá avanzando según se vaya logrando ayudas financieras de las instituciones foral y regional, pero lo que está claro es que la decisión de los vecinos es que el edificio no sólo se mantenga sino que se recupere con usos compatibles con el cuidado del medio ambiente.