- Ahora que ya se sabe en detalle cuál es el problema, ha llegado la hora de aportar soluciones. El nuevo equipo de gobierno vitoriano no lo tendrá fácil para cuadrar los ingresos y los gastos de un Ayuntamiento cuyos desembolsos previstos para 2015 superan en 68 millones de euros los fondos que entrarán en sus arcas este año, pero el PNV está trabajando en un borrador de actuaciones para sanear las cuentas, un documento que este viernes presentará a los grupos de la oposición.
Habrá que esperar hasta entonces para conocer el plan de actuación del equipo de gobierno, pero por lo pronto ayer el concejal de Hacienda, Borja Belandia, se comprometió a buscar soluciones que no impliquen recortes sociales ni pérdida de derechos de los trabajadores municipales. “No prevemos que haya que hacer ningún expolio a los ciudadanos”, afirmó Belandia ante los temores expresados al respecto por EH Bildu, Sumando-Hemen Gaude e Irabazi.
De todo lo dicho ayer por el concejal se desprende que el PNV buscará más el apoyo de estas formaciones y del PSE que el del PP a lo largo de la legislatura, manteniendo las alianzas fraguadas en el Pleno del 13 de junio. Ayer el exconcejal de Hacienda popular, Manu Uriarte, tendió su mano a los jeltzales para seguir en la senda iniciada por Maroto (acudir a la financiación privada, fraccionar pagos, sacar dinero de Amvisa), y aunque Belandia no se cierra a adoptar alguna de estas medidas, sí le dejó claro a Uriarte que no cree en la buena voluntad del PP, y que para alcanzar consensos en Vitoria los conservadores no son imprescindibles. “Necesitamos los mismos votos que ustedes en la anterior legislatura, catorce, ni uno más”, recordó Belandia a Uriarte cuando el primero aludió a las dificultades que se encontrarán los nacionalistas para gobernar.
Efectivamente, la nueva configuración del Pleno municipal ha dejado arrinconado al PP, pese a haber obtenido los mismos concejales que le dieron el gobierno en 2011, pero a su vez deja un tablero complicado por la cantidad y disparidad de los actores implicados en la investidura de Urtaran. El PSE es su socio preferente y declarado, pero ya ayer el concejal de EH Bildu Antxon Belakortu empezó a apretar las tuercas al gobierno y le recordó la autoinmolación que protagonizó Miren Larrion, cabeza lista abertzale, para echar a Javier Maroto del ejecutivo vitoriano, y que a la postre supuso la investidura de Urtaran. “Recuerde por qué son gobierno, nosotros estamos dispuestos a trabajar, pero si no va usted por el austericidio”, avisó. El sacrificio de Larrion no iba a ser gratis, ya lo dijo la coalición en su día, y por ello Belakortu exigió una reunión para conocer el borrador antes de que el viernes circule por los despachos de la Casa Consistorial.
Sumando-Hemen Gaude e Irabazi son de la misma opinión que EH Bildu. Tanto el portavoz de la primera formación, Jorge Hinojal, como el de la segunda, Óscar Fernández, planteaban como premisa de partida para apoyar al gobierno en su plan de estabilización de las cuentas municipales que ni las políticas sociales ni los derechos de los trabajadores municipales se vean afectados, además de reclamar una auditoría, no necesariamente externa. Se trata de saber cómo es posible, por ejemplo, que la sociedad pública Ensanche 21 entrara en 2011 con más de cien millones de euros en sus arcas y a día de hoy deba casi 16 millones.
Por su parte, el edil socialista Carlos Zapatero enfocaba el problema desde un punto de vista más técnico, y afirmaba en ese sentido que en ningún caso la deuda de Ensanche 21 debe cargarse a las arcas municipales, sino que la propia empresa debe satisfacerla con sus propios recursos, que a día de hoy son básicamente terrenos que nadie quiere comprar. También advertía de que probablemente no se pueda sacar dinero de Amvisa, como proponía el PP, al menos legalmente. Se mostró además en contra de pedir una auditoría, dado que el interventor ya viene advirtiendo de lo que hay desde antes de que cambiara el gobierno; y alertó sobre “la carga enorme” que supone para el Ayuntamiento el gasto corriente, que se come un 85% de los ingresos municipales.
Por lo visto ayer parece que Belandia se esforzará por tapar los 68 millones sin perjudicar a ciudadanos ni funcionarios, pero, ¿de dónde sacará entonces el dinero? “La situación es delicada, pero no irresoluble”, dijo el responsable de las arcas vitorianas, quien recordó que hay partidas presupuestadas por el PP que no se han gastado, y que por tanto se pueden “tomar medidas correctoras”, aunque el margen con el que cuenta el concejal es muy limitado. En materia de ingresos, el PNV no podrá tocar los impuestos si no se modifica la norma foral correspondiente y si no hay acuerdo en el Pleno municipal, el Fofel es el que es, y pedir más dinero al banco (aunque seguramente haya que hacerlo) es pan para hoy y hambre para mañana.
El viernes Belandia planteará su plan para cuadrar el círculo a los grupos y se empezará a trabajar. “A partir de aquí -dijo- la legislatura pasada es historia, éste debe ser un punto de inflexión”.
Pese a lo complicado de cuadrar un presupuesto que este año se desviará, si no se hace nada, en 68 millones de euros, ayer el concejal de Hacienda vitoriano se comprometió a no plantear recortes sociales ni laborales.
El antecesor de Belandia recordó ayer que el equipo de gobierno de Javier Maroto había negociado el fraccionamiento de algunos pagos y había paralizado algunas partidas para frenar la desviación en el presupuesto de 2015.
68
Millones de euros es la diferencia entre los gastos previstos para 2015 en Gasteiz y los ingresos que van a llegar, según los datos que maneja el interventor municipal, y sobre los que viene advirtiendo desde hace ya meses. No se trata de un “agujero físico”, señaló Belandia ante las protestas del PP, pues estamos aún en el ecuador del ejercicio, pero sí se trata de la previsión que estima el órgano fiscalizador.