Hace 29 años el cantautor hispano-uruguayo Luis Alfredo Díaz y su mujer Montserrat Pons decidieron aunar arte, música y espiritualidad en un único evento. Artistas cristianos de medio mundo empezaron a tener en esta cita un punto de encuentro en el que darse a conocer, mientras el evento crecía añadiendo actividades y talleres hasta formar la gran fiesta en la que se ha convertido hoy en día, con ediciones por distintos puntos del Estado, Europa y América Latina. Ahora, el Multifestival David recala por primera vez en Vitoria, con la iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados como epicentro pero con ramificaciones en otros lugares de la capital alavesa. Desde hoy y hasta el domingo, el centro de la ciudad acoge actuaciones musicales, encuentros, actividades y un último acto central el domingo con una misa en la parroquia de los Desamparados a las 12.00 horas.
Hasta entonces, los organizadores del Multifestival han preparado un sinfín de opciones para atraer a todo aquel que quiera acercarse a disfrutarlas, como recuerda Vicente Luis García, comunicador cristiano y director del Multifestival en su edición vitoriana, en la que también estará presente su creador, Luis Alfredo Díaz. Este fin de semana la música y otras disciplinas artísticas se unen a la preocupación por la justicia social y a un tema común, que este año será las “periferias”, en referencia a la llamada del Papa Francisco “a salir al encuentro de las periferias existenciales de nuestra sociedad”, explican sus organizadores.
Aunque ésta sea la edición número 29, la llegada del multifestival a Gasteiz dará cabida a distintas novedades, unas de carácter artístico y otras en forma de escenarios abiertos a la conversación y el intercambio de experiencias, como la denominada tienda del encuentro, que se instalará en la capilla penitencial de la parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados, en el corazón de Vitoria.
Allí, ocho personalidades con muy distintos perfiles espirituales atenderán a todo aquel que quiera acercarse a trasladar sus inquietudes religiosas, personales o vocacionales. En este espacio -cada uno en un día y horario concreto- estarán desde el político Rafa Larreina hasta la hermana Contxi, de las Clarisas de Agurain, pasando por el médico y sacerdote Jesús Carlos Medina -que a partir de septiembre será el nuevo párroco de la iglesia de los Desamparados-, el comunicador Vicente Luis García, el sacerdote Javier Zubiaurre, el vitoriano Jorge San José, las hermanas sor Purificación y sor Luisa de las Hermanitas de los Pobres o el sacerdote y misionero Luis Fernando Corcuera.
Testimonios personales “Sería bonito que la gente, ojalá muchos jóvenes, se nos acercara con toda sencillez a hablar con nosotros. Estaremos para ofrecerles nuestros testimonios personales, aunque tampoco es que seamos modelos de nada. Pero si con una conversación podemos ayudar a alguien y que pueda saber por dónde encauzar su vida como persona hacia un lugar que le haga feliz, ya sea religioso o no, sería algo muy especial”, explica Luis Fernando Corcuera, que durante muchos años ejerció de misionero en Angola.
“Cuando llegué era un país en guerra y ahora gracias a Dios ya consiguió la paz. Estuve casi 18 años tratando de aportar nuestro granito de arena con la gente, ayudando en las necesidades de formación, de salud, de colaboración con los derechos humanos y de promoción de la mujer”, apunta.
Además de enamorarse de Angola, allí conoció a la que luego sería su esposa. “Me apasioné de Angola y de África y me enamoré de la que hoy es mi mujer. No fue sencillo pero tomé la decisión y ahora no puedo ejercer como sacerdote al igual que antes, pero puedo hacerlo de otras maneras, disfrutando también del amor a ella y a mi hija”, explica Corcuera, que estará en el punto de encuentro mañana de 11.00 a 13.00 horas y el domingo de 11.00 a 12.00 horas.
Como él, el resto de personas elegidas para formar parte de esta “tienda del encuentro” posee su propia historia personal que contar, como la hermana clarisa Contxi, que en su carta de presentación cuenta que ella “podría haber acabado entre rejas como la Tigresa”, en referencia a la militante de ETA del mismo apodo. “Hoy rezo por ella”, relata antes de recordar cómo anunció a su cuadrilla de amigos y amigas que había decidido ser monja. “Fue la noche anterior a entrar en el convento, tomando unas copas”. Ahora, de sus manos, entre otras, nacen las delicias que las Clarisas ofrecen en su convento de Salvatierra. Ella estará en la iglesia de los Desamparados hoy de 11.00 a 13.00 horas y mañana de 11.00 a 12.00 horas. También mañana, de 11.00 a 13.00 horas, uno de los participantes será el gasteiztarra Rafa Larreina, que dejará por un día el Consejo de Diputados para intercambiar conversaciones con quien quiera acercarse. “Me invitaron a participar y me pareció que podía ser una bonita experiencia para echar una mano y aportar mi vivencia desde un punto de vista algo distinto al resto, como laico”, sostiene el representante de Amaiur.Evangelizar con magia Junto a estos encuentros, uno de los talleres que más curiosidad despierta es el de “evangelizar con magia”, a cargo de las monjas de clausura del convento de las Dominicas de Lerma, entre ellas una vitoriana, sor Joane. Aunque, obviamente, ellas no estarán presentes. “Es un taller que tiene por objetivo que cualquier persona pueda hablar de Cristo. Cuenta con tres trucos de magia muy sencillos que se enseñan y se regalan a todo el que quiera. Lo realmente importante es el mensaje que se trasmite con ellos: el auténtico protagonista es Jesucristo y cómo actúa en tu vida”, explican antes de desgranar cómo funciona dicho taller.
“Para llevarlo a cabo contamos con la ayuda de un grupo de amigos nuestros de Vitoria, niños y mayores, porque al ser monjas de clausura no acudiremos al festival. Nosotras preparamos el material y ellos realizan el taller. Son nuestras manos”, subrayan las hermanas de Lerma, creadores de una curiosa actividad que “va dirigida a todo tipo de personas, porque la magia y los trucos están destinados a todo aquel que tenga capacidad de asombrarse”. Esta tarde, a las 17.00 horas, los que acudan a la gasteiztarra iglesia del convento de San Cruz podrán comprobarlo.