gasteiz - Los problemas para dormir por la noche volverán a la cotidianidad, así como todo el abanico de sensaciones térmicas derivadas de la intensa ola de calor, que regresará hoy con inusitada fortaleza dejando atrás 24 horas de cierto alivio meteorológico. Así, los termómetros volverán a dispararse hasta rondar los 40 grados centígrados en buena parte del territorio histórico. Dadas las circunstancias, el Departamento vasco de Seguridad ha reactivado la alerta amarilla -intermedia en el baremo que se usa para definir fenómenos climáticos adversos- ante el riesgo de padecer temperaturas extremas en Álava. Éstas se dejarán notar con fuerza en la Llanada, Añana, Zuia, Trebiño y en Rioja Alavesa. Eso sí, a última hora es probable la aparición de chubascos tormentosos que podrían aliviar la presión del mercurio.

En concreto, el escenario que plantean los técnicos de la Agencia vasca de Meteorología (Euskalmet) para hoy avisa de una horquilla de temperaturas que en la capital oscilará entre los 15 y los 37 grados. Ello será posible gracias a la concatenación de una serie de factores propicios para la permanencia de un calor fuera de lo normal. Habrá brumas matinales y cielos poco nubosos, con algunas nubes altas. El viento será flojo y de componente sur, aunque podría cambiar a norte con la tarde bien avanzada. Las temperaturas mínimas sufrirán un ligero descenso, mientras que las máximas volverán a dispararse. De hecho, los datos de Euskalmet apuntalan esta afirmación con previsiones de 37 grados en Vitoria, 31 en Bilbao y 28 en Donostia. Pese a ello, el resto de la semana, el mercurio volverá a descender, por lo que la ola de calor se dará por concluida en términos meteorológicos.

Sea como fuere, no es habitual registrar unas temperaturas tan altas a lo largo de tantos días al inicio del verano. Según la información obtenida en la Agencia Española de Meteorología (Aemet), desde 1975 sólo ha habido siete años en los que una ola de calor comenzó durante el mes de junio. De ellos, en cinco ocasiones se produjo una nueva ola a lo largo del verano. En ese sentido, cabe recordar que la ola de calor más intensa registrada en las últimas décadas ocurrió en 2003. En Euskadi se prolongó del 2 al 13 de agosto de manera inusualmente persistente. En aquella ocasión, el calor fue más constante en el territorio histórico. De hecho, durante los doce días las temperaturas máximas fueron siempre superiores a 35 grados en las estaciones meteorológicas de Subijana, Agurain y Zambrana. En esta última, del 10 al 12 de agosto hubo máximas superiores a los 40 grados. En Gasteiz, la temperatura máxima media de aquellos doce días fue de 37 grados.

Dadas las circunstancias, desde el Departamento de Salud del Gobierno Vasco y desde la Cruz Roja de Álava han querido alertar a la población de los riesgos que se derivan de estos días tan calurosos. Así, para prevenir el bochorno, han lanzado varias recomendaciones. La fundamental es la hidratación. No sólo se aconseja beber más de lo habitual para recuperar el agua que se pierde al sudar, sino que también es recomendable beber incluso sin sed. A ser posible, hay que evitar bebidas que contengan cafeína, alcohol o demasiado azúcar. De igual manera, los alimentos ingeridos han de ser ricos en agua, como ensaladas, verduras, frutas y cremas frías como el gazpacho.

Para protegerse del sol, un buen recurso es cubrirse la cabeza con alguna gorra o pañuelo. Además, es recomendable el uso de gafas de sol. En el caso de utilizar un vehículo para desplazarse, nunca hay que quedarse o dejar a una persona en el interior al aparcarlo. Ni siquiera dejando el coche estacionado en la sombra. Además, hay que cuidar de las personas más vulnerables, como los niños menores de cuatro años y los ancianos dependientes.

Los grupos de riesgo deben protegerse del sol más rigurosamente. Estos no sólo son los citados mayores y niños pequeños. También han de tomar precauciones personas con enfermedades que puedan agravarse con el calor y la deshidratación. Destacan las dolencias cardiovasculares, respiratorias, la diabetes y la insuficiencia renal. También deben tener cuidado quienes consuman diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes.

Pero si se sufre un golpe de calor, los síntomas padecidos son mareos, debilidad e incluso el desmayo. Si se llega a la insolación, ésta genera piel enrojecida, caliente y seca, pulso acelerado o un agudo dolor de cabeza. En tales casos, habría que mantener al afectado “en un sitio fresco, con la cabeza cubierta, colocarle en las axilas compresas mojadas y darle de beber agua con sal y bicarbonato”, según el Departamento de Salud.