vitoria - Si continúa la evolución como hasta ahora “habrá una muy buena cosecha de aceitunas”, según confirma a este diario el presidente de la Mesa del Aceite y el Olivo de Rioja Alavesa (Maora), Gorka Mauleón, a la vista de los informes iniciales que ha elaborado el técnico de la citada entidad, Alberto Alecha.

En ese informe se señala que la floración ha terminado en los olivos y que se van viendo que las aceitunas vienen con muy bien aspecto y en gran cantidad, “entre otras razones, porque el cultivo del olivo en la comarca ha superado su etapa para uso doméstico para entrar en una fase de profesionalización importante”.

Hasta ahora, el cuajado en el olivo solía ser muy dispar y dependía de numerosos factores, como el tipo de suelo, los cuidados que se le daban a lo largo del año o las podas, entre otros. Pero este año se comienza a ver el fruto de mucho trabajo de formación y todo apunta a que la cosecha será muy buena en cantidad -de momento no se puede enjuiciar la calidad-.

El año agrícola ha ido evolucionando muy bien, “con buena pluviometría y temperaturas altas, que son buenas para el árbol”, añade Mauleón, aunque “de continuar estas altas temperaturas habrá que regar en algunas zonas, como es el caso de Lantziego”, añade el presidente de la Mesa, que es también alcalde de esa localidad. Según parece, la ola de calor no afectará al olivo. No obstante, de persistir, podría haber algún riego, sobre todo si los olivos están destinados a producción comercial.

Otra cosa son los ataques de insectos, típicos del verano. Según el técnico del olivar, en los últimos días se han apreciado los primeros embates de cantárida, Lytta vesicatoria, que el año pasado tuvo una mayor relevancia de lo habitual. Este insecto de color verde metálico, muy voraz, con un olor característico, siempre ha estado presente en Rioja Alavesa, normalmente en encinares o chaparrales, atacando puntualmente a olivos cercanos. Este año, esos episodios esporádicos parece que son mucho más frecuentes, normalmente concentrándose en unos pocos olivos, a los que producen una gran defoliación. Por ello, los técnicos recomiendan tratamientos convencionales con Dimetoato y ciertas piretrinas, siendo el deltametrín el tratamiento que en otras zonas presenta mejor respuesta.

Sin embargo, en cultivo ecológico no hay mucha experiencia. Tras realizar varias consultas parece que las piretrinas naturales o el neem tienen cierto efecto. Las primeras como tratamiento de choque aunque de forma más lenta que los tratamientos químicos y el segundo como tratamiento preventivo debido a la acción repelente.

Asimismo se recuerda que otra medida que se ha utilizado y es válida tanto para cultivo convencional como ecológico pasa por el aprovechamiento de los “ataques gregarios” que realizan los citados insectos en pocos olivos. Una vez localizados los árboles afectados, desde la Mesa se recomienda extender mallas debajo de los ejemplares atacados y agitarlos, de modo que la cantárida caerá. Así se pueden eliminar fácilmente.

A estos ataques se suma que los olivareros han entrado en la época de control de la mosca del olivo, que cuando ataca provoca en las parcelas afectadas la caída de la aceituna a finales de agosto o principios de septiembre. El técnico de Maora, Alecha, recomienda que se debe hacer la aplicación de Lambda-cihalotrin, Dimetoato o Fosmet cuando la aceituna tenga tamaño guisante. En ecológico se puede aplicar Bacillus thurigiensis tras el cuajado. La Mesa ha adquirido esos productos y aconseja a los olivareros que se dirijan a ellos ante la más mínima duda.

Sea como fuere, lo cierto es que la evolución del cultivo del olivo en Rioja Alavesa se ha visto beneficiada por una importante transformación tras empezar a tenerse en cuenta el valor que tiene el producto final y su buena aceptación entre los consumidores. En ese sentido, Gorka Mauleón reconoce que el trabajo realizado durante estos años por Alberto Alecha, a través de Adora, “es impresionante. Ha logrado que un cultivo que se hacía en ratos libres y para casa se transformara en una actividad importante a nivel comercial y que los agricultores se interesaran por profesionalizar sus labores”. De hecho, una costumbre tan riojanoalavesa como la de labrar mucho el terreno se ha visto modificada con un menor trabajo, ya que el olivo se beneficia de una cubierta vegetal que ya se está dejando en la inmensa mayoría de las parcelas.

De momento, y a la espera de varear, para lo que quedan unos cuantos meses, Maora continúa con el trabajo de control y asesoramiento a los agricultores por parte de Alberto Alecha, mientras que Iker Díaz de Cerio sigue convocando cursos de formación. Asimismo, según confirmaba Mauleón, la Mesa ha decidido continuar la segunda fase del estudio de maduración de las olivas, comenzado el año pasado. Se trata de un trabajo de investigación que trata de valorar la idoneidad de recoger las olivas más o menos verdes para lograr características específicas en la variedad arróniz, que es la exclusiva en Rioja Alavesa. Ese estudio dará valoraciones de distintos sabores y por lo tanto de diferentes calidades.