Llodio - Natxo Urkixo ha iniciado su segundo mandato invitando a las cinco fuerzas que integran la Corporación a formar parte de la Junta de Gobierno Local. No obstante, finalmente sólo serán tres de ellas las que la integren. Se trata de EH Bildu, Omnia y PNV. Pese a ello las dos últimas no han querido hacerse cargo de la presidencia de ninguna de las áreas, por lo que todas han recaído en la coalición abertzale. Plenos en horario vespertino y tres concejales liberados son algunas de las novedades de una legislatura que tiene como hitos principales la elaboración del nuevo Plan de Ordenación Urbana y responder a la demanda vecinal que pide dotar al municipio de un equipamiento multifuncional capaz de acoger funciones de cine o teatro o similares. Con todo, al nuevo Plan Foral de Obras y Servicios presentarán la fase final de saneamientos de Zubiko Kurajo y la reforma del edificio de la antigua residencia. El primer edil tampoco se olvida del estado de los edificios del parque Lamuza. “Tengo buen pálpito con Ramiro González. En breve le pediré cita para poner encima de la mesa todos los temas pendientes. Toda la ayuda que venga al pueblo será poca”, sentencia.
La Junta de Gobierno Local está integrada por EH Bildu, PNV y Omnia, pero PSE y PP se han quedado fuera. ¿Por qué motivo?
-Nuestra intención era abrir este órgano a la participación de todas las fuerzas con representación municipal en base a la proporcionalidad del Ayuntamiento y que tuviesen competencias delegadas de Pleno. Sin embargo, el PSE decidió no estar y el PP, aunque en la reunión nos dijo que no le importaría participar, tampoco mostró mucho interés. En este sentido, ha salido adelante el acuerdo de forma que nadie tenga mayoría y todo haya que acordarse por consenso.
¿Ese pacto no incluía la distribución de la presidencia de concejalías entre partidos?
-Ni PNV ni Omnia han visto conveniente tomar las riendas de ninguna área municipal, por lo que todas estarán en manos de los cinco concejales de EH Bildu. No obstante, ya he dicho que estamos dispuestos a delegar. De momento, yo asumiré la cartera de Euskera; Isabel Bóveda la de Bienestar Social; Jon Ander Altube se encargará de Obras y Urbanismo; e Iñigo Martínez continuará como responsable de la Agencia de Desarrollo Local y del área de Función Pública. Por su parte, Amets Meaza mantendrá las carteras de Hacienda y Educación, de las que fue responsable en la pasada legislatura, y añadirá Cultura, Deportes y Fiestas.
Se ha mantenido la estructura de áreas, pero ¿cómo será la periodicidad y horario de las reuniones de trabajo?
-Las comisiones de cada área siguen igual que antes. Es decir, se celebrarán en meses impares repartidas a lo largo de cada mes. Lo que sí ha cambiado es el horario de los plenos de cada último lunes de mes que, en lugar de a la mañana, tendrán lugar a las seis de la tarde. Es una medida que ya se quería haber adoptado la pasada legislatura para favorecer la asistencia de la población a los mismos, pero que no salió adelante.
Otro cambio es que se ha pasado de dos a tres concejales liberados. ¿Se mantienen las retribuciones a cargos y las asignaciones a grupos municipales?
-En el Ayuntamiento de Llodio siempre ha habido, por el volumen de trabajo, tres ediles del equipo de gobierno liberados. Lo que ocurre es que en la pasada legislatura decidimos quitar un sueldo por la crisis, que no el trabajo, ya que a esta persona se le remuneraba desde el propio partido. Ahora serán de nuevo tres. El alcalde, o sea yo, que cobraré una asignación mensual de 2.429 euros netos, la misma que la legislatura pasada, que es la nómina que venía cobrando como profesor del centro de FP. Los dos concejales liberados serán Jon Ander Altube y Amets Meaza. Ambos percibirán por su plena dedicación 1.900 euros netos al mes, lo mismo que el teniente de alcalde de la pasada legislatura. Las dietas del resto de concejales van a aumentar, porque son muy bajas (rondan los 500 euros mensuales) y están sin modificarse desde hace varias legislaturas.
Y en cuanto a los impuestos, ¿también se congelan?
-Para este 2015 se mantiene todo como está, pero a futuro las tasas de basuras y agua tendrán que subir por el incremento previsto en los costes de producción. De un lado, ya sabemos que se va a pasar de verter de Gardelegi a Jundiz y que se va a incrementar el precio por tonelada. Al consumo de agua habrá que sumarle el de su depuración, cuando entre en marcha la EDAR de Basaurbe. Los costes exactos aún se desconocen, pero que subirán en unos años es un hecho, y eso hay que preverlo para contemplarlo en las tasas e ir adecuándolas poco a poco.
El martes también se adjudicó en casi 1,3 millones de euros la primera fase de las obras de saneamiento del arroyo Aldaikoerreka. ¿Cuando comenzarán las obras si éstas deben concluir dentro de este año por estar subvencionada por el Plan Foral?
-La fecha de inicio esta fijada en el 6 de julio, pero en el entorno del parque Lamuza no se van a ver las máquinas hasta 15 días después, ya que se ha querido comenzar por la Avenida Zumalakarregi y Viña Vieja para aprovechar el verano e intervenir en esta zona para que esté terminada en septiembre. Al menos ésa es la intención, aunque con las obras ya se sabe que siempre surge algún imprevisto que las retrasa. Y es que este trabajo de encauzamiento no afecta sólo a la parte del río que discurre al aire libre por todo el parque, sino que se extiende desde Ugarte hasta el enlace con el colector general en el parking de La Salle, en Zumalakarregi, adonde irán a parar las nuevas tuberías de saneamiento que se van a colocar para subsanar los problemas de salubridad, suciedad y olores que se producen en esta zona. El plazo de ejecución total está fijado en 4 meses y una semana.
Este mes de julio termina el plazo para presentar obras al nuevo Plan Foral. ¿Han pensado ya cuáles serán?
-Por supuesto. La fase final de saneamientos y urbanización de Zubiko Kurajo, que se quedó fuera en el anterior para no poner en peligro la reforma de la plaza de la estación, la ampliación del túnel de Latiorro y la urbanización de la calle Maestro Elorza, tras haberse abordado José Matía. También estamos dando vueltas a si presentamos el edificio municipal de la antigua residencia de ancianos, de momento para reformarlo y ya se verá a que se destina. Es decir, apuntarse para no perder la comba.
El sector comercial les ha instado a crear un grupo de trabajo para alcanzar consenso y que se haga cuanto antes un cine-teatro para Llodio.
-Sí, lo propuso Apill en la Mesa Perco y todos vimos bien que, desde el pueblo, nos insten a los políticos a ponernos de acuerdo, quitar el componente político y ponerle el social. Los esfuerzos de esta legislatura van a ir por ahí encaminados. De hecho, ahora que ya ha salido nombrado diputado general de Álava, Ramiro González, voy a llamarle para pedirle una reunión en la que pondré encima de la mesa todos los temas pendientes en Llodio, bien sea una posible colaboración para el proyecto de cine-teatro o la ubicación de las oficinas forales, y por supuesto, el cumplimiento de lo acordado para los edificios del parque Lamuza, entre otros. Toda ayuda que logremos traer al pueblo será poca, y por lo dicho en campaña tengo buen pálpito con González.
A parte de las obras ya citadas, ¿cuáles son los principales retos de esta legislatura en Llodio?
-Sin lugar a dudas el Plan General de Ordenación Urbana será uno de los hitos principales. En breve, saldrá a licitación, y no sé si será posible culminarlo en cuatro años, pero lo vamos a intentar. Los primeros pasos ya están dados, puesto que tenemos el guión de Laudio 2025 que nos puede ayudar a elaborarlo. También queremos reactivar ese foro.