vitoria - El de ayer era día de estreno en las calles de Vitoria. Arrancaba la nueva contrata de limpieza, nueva a medias porque aunque las condiciones se han endurecido la empresa responsable vuelve a ser la polémica FCC. Pero no se notaron cambios a pie de calle. Y tampoco los habrá hoy. Ni mañana ni esta semana. Pero acabarán llegando. Según cuentan desde el equipo de gobierno, “se empezarán a percibir a partir del 10 de agosto, ése será el día de referencia”. La culpa la tienen las fechas en las que se ha inaugurado el acuerdo. Complicadas por su carácter estival. Parte de la plantilla “ya está de vacaciones” y a la vuelta de la esquina aguardan las fiestas de La Blanca, que siempre requieren servicios especiales en los que habrá que concentrar todos los esfuerzos.
Paciencia. No queda otra. Y es lo único que el gabinete de Gorka Urtaran pide a los gasteiztarras. Los cambios “no van a ser radicales”, pero se irán produciendo “de forma progresiva” gracias a la incorporación paulatina de los nuevos recursos. “De momento, se está trabajando con el parque móvil de la contrata anterior, que fue reforzado durante la prórroga”, explican desde el equipo de gobierno, “pero todo se andará”. Las nuevas barredoras de aceras y mecánicas para la calzada empezarán a aterrizar “en las próximas semanas”, con la intención de que todas estén ya trabajando en octubre. Son 37 en total: 32 de las primeras, 5 de las segundas. Para la llegada de los camiones recolectores, sin embargo, se manejan plazos bastante más amplios. El PNV prevé que vengan quince para el primer trimestre de 2016. Mientras tanto, se seguirá funcionando con los de siempre.
Recursos físicos aparte, la nueva contrata también contempla un mejor supervisión del servicio gracias a las nuevas tecnologías. Y antes de que termine el verano, se estará aplicando. Las malas experiencias pasadas con FCC tienen la culpa de tanto recelo. La primera medida en materializarse será la implantación de un sistema de fichaje por huella digital desde el 31 de julio, que permitirá saber cuántos operarios trabajan cada día. Para el 31 de agosto, el Ayuntamiento espera contar con un arco electromagnético para vigilar la entrada y de salida de las máquinas, saber si son las que establecen las condiciones del acuerdo y si resultan suficientes. Y ya por último, a partir del 15 de septiembre, seguirá la ruta de los vehículos con un sistema GPS para asegurarse de que cumplen los recorridos establecidos.
El equipo de gobierno confía en que, con la lupa puesta sobre el servicio, FCC empiece a dar alegrías. Y, aunque sólo sea por la cuenta que le trae, probablemente así sucederá. El acicate último está en el bolsillo. A partir de ahora, la empresa de limpieza sólo cobrará por el trabajo que realice, en vez de recibir una cantidad fija como sucedía hasta ahora. El Ayuntamiento al fin se ha puesto serio. Una actitud que ha decidido extender también a la ciudadanía, a la que corresponsabilizar de la suciedad que pueda generarse en la calle por determinadas conductas incívicas. Por eso mismo, se pondrá en marcha una campaña de concienciación y de sensibilización. “La limpieza depende de todos”, recalcó hace un par de días Urtaran.
Ocho años. FCC vuelve a hacerse cargo del servicio de limpieza de Vitoria durante ocho años y por un importe de 22.820.298 euros, IVA incluido, para un primer ejercicio, incluidas las cinco mejoras previstas: bolsa de 7.254 horas anuales, 715 papeleras extra, ocho vehículos de inspección eléctricos, ocho vehículos de barrido motorizado eléctricos, un vehículo de barrido mecánico eléctrico, un vehículo baldeo mecánico eléctrico y una partida económica anual de 44.000 euros para sensibilización.