Gorka Urtaran no va a esperar más. El alcalde lleva una semana aguardando a que el PSE-EE y el PSOE decidan si dan vía libre a Peio López de Munain para entrar a formar gobierno con el PNV en Gasteiz y, sea una forma de presionar, o un auténtico golpe sobre la mesa, lo cierto es que en la Junta de Gobierno Local que se celebrará esta mañana el primer edil vitoriano repartirá las concejalías entre sus ediles.

Ambos grupos municipales, el del PNV y el del PSE, están por la labor de formar un equipo de gobierno conjunto, y de hecho el PSE fue una formación activa en la conformación del frente para sacar de la Alcaldía a Javier Maroto. Sin embargo, a raíz de los sucesos de Andoain, donde un concejal jeltzale dio la Alcaldía a EH Bildu en detrimento del PSE, en contra de lo pactado por ambas formaciones, los socialistas vascos forzaron a López de Munain a abstenerse en la votación de Urtaran y le dejaron, contra su voluntad, en tierra de nadie.

Las aguas entre PNV y PSE-EE han vuelto a su cauce una semana después, pese a los reproches que se han lanzado en los últimos días Joseba Egibar, presidente del Gipuzku Buru Batzar, y Mikel Torres, secretario general del PSE de Bizkaia, a cuenta de lo ocurrido en Andoain y su reflejo en Gasteiz. El pacto global, al fin y al cabo, ha permitido a los nacionalistas controlar las tres diputaciones y las tres capitales vascas; y a los socialistas les otorga una significativa cuota de poder en Euskadi pese a su pérdida de peso en las urnas.

Y sin embargo, la situación en Gasteiz sigue atascada. El PSE no tenía previsto ayer celebrar reunión alguna para dirimir si entran o no en el gobierno municipal, para sorpresa del alcalde. “Me gustaría que la mini crisis con el PSE-EE del sábado se hubiera resuelto el lunes”, señaló ayer Urtaran, consciente de que el impasse no se debe a la voluntad del grupo municipal del PSE, pero resuelto a no retrasar más la puesta en marcha del nuevo ejecutivo. “Los pactos con el PSE-EE son buenos para Euskadi y para Vitoria, pero tenemos trabajo que hacer y mañana conformaremos el gobierno municipal”, afirmó el primer edil vitoriano.

Corre prisa el asunto, pues desde hace seis días en Vitoria no hay nadie con capacidad para firmar licencias de obra o convenios. En definitiva, a pesar de que los 3.000 funcionarios de Gasteiz son perfectamente capaces de mantener en marcha la ciudad hasta que haya un gobierno que tome decisiones, legalmente no pueden hacerlo.

De ahí que Urtaran quiera conformar un gobierno y no esperar más a los socialistas. El alcalde dispone únicamente de cinco concejales para delegar funciones, pero también cuenta con Álvaro Iturritxa y Blanca Guinea, que se van a encargar de las áreas de Urbanismo y Medio Ambiente; y de Alcaldía, respectivamente. Todo indica que Urtaran tendrá que dibujar un ejecutivo de grandes áreas de actuación, y confiar en que el PSE se decida definitivamente a colaborar. De ser así, bastaría convocar una nueva junta de gobierno la semana que viene para reasignar las áreas y concejalías, ya con la ayuda de Peio López de Munain, Carlos Zapatero, Isabel Martínez o Blanca de la Peña.

A la espera de que Urtaran haga pública su distribución de tareas, la lógica apunta en direcciones muy concretas. En la pasada legislatura, las cuestiones relacionadas con la Hacienda municipal recayeron en Borja Belandia, mientras que Iñaki Prusilla asumió el control del gobierno de Javier Maroto en todo lo relacionado con Función Pública, Cultura o Juventud. Nerea Melgosa se encargaba de la participación ciudadana y de los servicios sociales, aunque la nueva edil jeltzale, Jaione Agirre, también cuenta con una dilatada experiencia en este ámbito.

Ya con su gobierno compuesto, el lunes Urtaran emprenderá una ronda de contactos con los grupos de la oposición “para buscar estabilidad”, una serie de convocatorias que arrancarán con el PSE, en calidad de “socio preferente”, dijo ayer Urtaran, y que se prolongarán al menos hasta el martes. Ese día ha sido citado el exalcalde y portavoz municipal del PP, Javier Maroto.

La idea, señalaban ayer desde el equipo de gobierno, es “explorar las posibles vías de entendimiento y los puntos de encuentro” necesarios para gobernar, habida cuenta de que el PNV sólo dispone de cinco concejales, y de que aún con el apoyo de los cuatro ediles del PSE se verá obligado a buscar complicidades con el resto de partidos. El PP cuenta con otros nueve ediles y una disposición para llegar a acuerdos manifestada de palabra por el propio Maroto, pero condicionada por la animadversión hacia el resto de la Corporación tras la derrota del sábado en el Pleno. Por su parte, tanto EH Bildu como Sumando-Hemen Gaude e Irabazi se han mostrado dispuestos a cerrar pactos puntuales, pero siempre desde la oposición al gobierno municipal.