Estamos a mediados de junio y la huerta del barrio de Errekaleor empieza a lucir en todo su esplendor, pese a que el tiempo no acaba de acompañar. Por eso mismo, la piscina de goma preparada junto al campo de fútbol del barrio aún está deshinchada y vacía. Llega el verano, en cualquier caso, y el proyecto del barrio ocupado hace más de dos años por estudiantes de la UPV sigue adelante, ahora un tanto silenciado por la vorágine municipal.

Después de que una sentencia judicial avalara la presencia de los jóvenes en el barrio, cuyas viviendas son propiedad del Ayuntamiento, la plataforma Errekaleor Bizirik ha decidido emprender un proceso de definición de su proyecto social, mediante la organización de jornadas temáticas, con charlas y debates, de las que debería salir en unos meses un plan global para diseñar el futuro del barrio.

“Querían echarnos del barrio y nuestra forma de defensa es legitimar el proyecto”, señala en ese sentido Naiara Hernaiz, cuya opinión ratifica Armand Safar. “La elaboración de un proyecto nos permite legitimar nuestra presencia aquí, y por otro lado se trata de consolidar muchas ideas e inquietudes”. Efectivamente, “las jornadas son una buena opción para desarrollar las ideas que tenemos, y mejor además si lo abres a un proceso participativo, con gente a la que le interesen estos temas, así es mucho más enriquecedor, hay más opciones y posibilidades de confrontar ideas, es un espacio para el debate y para ir definiendo cómo queremos vivir, porque en Errekaleor todavía queda mucho por definir”. Ahora es Jonbe Agirre quien habla en torno a unas jornadas que arrancaron el pasado domingo con charlas y debates sobre socioeconomía, y que tratarán los más diversos temas. “Euskera, mujer, energía, memoria histórica... Eso es lo que hemos propuesto en principio, pero irán saliendo más temas, según vayamos trabajando en el barrio, no es algo cerrado”, explica Eñaut Iparragirre. Así, se hablará también de soberanía alimentaria, de educación y cultura, o de organización política.

Los cuatro jóvenes, miembros de la plataforma, insisten en que el proceso participativo que acaba de comenzar es, ante todo, flexible. “No son sistemas cerrados con un tiempo determinado para terminar los debates, eso sería limitar la potencialidad de los propios debates”, explica Jonbe, licenciado en Ciencias Físicas y del Deporte que explica cómo, por ejemplo, se propuso tocar también un tema que “de primeras te puede parecer un poco raro, el de la actividad física y la salud”. En Errekaleor hay bastantes jóvenes con esa misma titulación y por ello se debatirá sobre “qué tipo de actividad física queremos realizar para el bienestar de los que vivimos aquí”.

Por tanto, las jornadas son flexibles en cuanto al fondo y también en las formas, como explica Eñaut, quien señala que, por ejemplo, la tarde del pasado domingo se quedó corta para discutir sobre las charlas de socioeconomía de la mañana, y por eso se van a celebrar más sesiones en torno a esta cuestión. A partir de estas discusiones temáticas se irán redactando informes que se sumarán al proyecto global para el barrio.

confrontar ideas La idea es trabajar en profundidad en estas sesiones temáticas, explica Armand, y con ese objetivo se ha buscado para las charlas previas a los debates ponentes con diferentes puntos de vista y que, sobre todo, sepan de lo que hablan. Por ejemplo, el pasado domingo acudieron al barrio miembros de la Cooperativa Integral Catalana, del proyecto Bizi Toki de Iparralde, del Ateneu Cooperatiu La Base (de Barcelona), de EH Auzolan o del proyecto de Autonomia Komunala que se desarrolla en Bizkaia. “Contactamos con estos colectivos porque muestran una diversidad entre ellos que nos interesaba para llevar a cabo los debates y confrontar ideas, queríamos hacer debates más profundos”, apunta el joven.

De las aportaciones de esta jornada, a la que asistieron alrededor de 70 personas, salieron dos líneas de actuación posibles en materia socioeconómica sobre las que ahora se debate en el barrio. “Había dos corrientes principales, la de salir del mercado capitalista creando nuevas infraestructuras para llegar a una forma de comunidad más social, mediante la creación de bancos de tiempo, monedas alternativas, etcétera. Se trata de crear un mercado paralelo. La otra línea proponía la salida del mercado de forma radical, llevando a cabo la autoproducción, lo que supone la creación de comunidades totalmente autónomas”, señala Armand.

El debate, apunta Eñaut, fue interesante. “Se hablaba mucho de si haría falta o no dinero, los primeros abogaban por la emisión de dinero alternativo, los otros creen que no haría falta dinero”. Armand añade que “el primer proyecto es a una escala más grande, con uso de una moneda; el otro se aplica en comunidades pequeñas, se basa en la afinidad, pues exige que las relaciones entre la gente sean intensas”.

Ése es el tipo de debates y dicotomías que se pretende estimular en el barrio en estos meses para llegar a la fórmula que mejor se adapte a las necesidades de Errekaleor, que tras el intenso invierno vivido, con una polémica creciente con el Ayuntamiento de la capital alavesa y el corte por parte de Iberdrola del suministro eléctrico, vive ahora con expectación los cambios en la Corporación derivados de las elecciones del 24 de mayo.

Para conformar la batería de ponentes que irán llegando al barrio en los próximos meses se tirará de los contactos hechos con el paso de los meses. “Tenemos afinidad con muchos proyectos, hay contacto, buscamos sus aportaciones y sus ideas para hacerlas nuestras, y también para buscar apoyos fuera de Gasteiz”, señala Eñaut en ese sentido.