Gasteiz - Es difícil imaginar un mejor debut para el primer alcalde euskaldun de Vitoria que el Araba Euskaraz. En su reivindicación del uso y fomento de lengua vasca Gorka Urtaran se siente cómodo, bastante más que ante la atención protocolaria debida al primer edil de la capital alavesa. El sábado se convirtió en la alternativa a Javier Maroto y recuperó para el PNV, tres lustros después, la gestión del Consistorio gasteiztarra. Todavía con el susto en el cuerpo tras el giro socialista en la sesión de investidura, Urtaran comparte con DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA cómo vivió su atropellada investidura, tanto dentro como fuera del Ayuntamiento, y cuál es su forma de afrontar una incipiente legislatura en la que cuenta con el PSE para gobernar Gasteiz.

Hace cinco años, en la que fue su primera entrevista, me contó que para ser alcalde lo principal era “creer en la política y en los ciudadanos”. ¿Son ellos los que han conseguido su nombramiento?

-Lo que ha surgido en el Ayuntamiento es una mayoría de concejales que no querían que Maroto fuera alcalde y que, por lo tanto, ante la alternativa puesta sobre la mesa por el PNV, optaron por ella. Esto no significa que sea un frente anti nadie; yo no lidero ningún frente anti nadie, primero porque no hay ningún pacto. Hay un pacto transversal en Euskadi entre PNV y PSE, pero no en Vitoria.

Usted habla de las negociaciones internas, pero yo me refiero al impulso que hemos visto en las calles, con una plataforma como Gora Gasteiz, con un manifiesto firmado entre otros por Cuerda... ¿Ha sido determinante esa presión para que usted sea alcalde?

-Se había producido una polarización de la vida política y social fruto de ese discurso peligroso e irresponsable abanderado por el PP. Había un porcentaje aproximado del 30% de vitorianos que estaban con el alcalde Maroto y ese discurso, y un 70% de vitorianos que bajo ningún concepto quería que se volviera a repetir un gobierno como el que hemos tenido en estos cuatro años.

Siguiendo con esa visión polarizada que menciona, ayer hubo muestras de tristeza y alegría en la ciudad. ¿Considera que estas últimas se deben a que Urtaran es alcalde o a que Maroto ha dejado de serlo?

-Lo que se vivió ayer en el Pleno es la constatación de la soledad del PP y tendrán que reflexionar si les merece la pena seguir con la política extremista que abraza cualquier partido de extrema derecha. Por otro lado, creo que lo que ocurrió ayer (por el viernes) en la Plaza (Nueva) no se puede volver a repetir y es fruto de este discurso del PP. Por eso, uno de los retos que tenemos es recuperar la convivencia y la coexistencia pacífica.

Hace apenas tres días voces del PNV daban, en privado, su trayectoria por finiquitada y hoy es alcalde. ¿Cómo vive este giro radical?

-Lo que sí le puedo decir es que me he sentido muy respaldado por las bases de mi partido, por las juntas municipales, por el ABB y por el EBB. No sé de dónde han podido salir esas voces, que probablemente haya, pero he notado ese respaldo. La realidad supera la ficción, como se suele decir, y ahora lo que hay que hacer es asumir el reto. Esto es un sacrificio, porque bajo nuestra conciencia y responsabilidad quedaba mantener a un PP que no renunciaba a su discurso o liderar la alternativa progresista. Ante ese dilema, lo he tenido claro. Son mis propios principios y convicciones los que estaban en juego.

¿En alguno de sus sueños en los que se veía de alcalde lo lograba siendo la tercera fuerza?

-La verdad es que no entraba dentro de nuestros planes. En estas semanas no hemos liderado ninguna conversación para forma gobierno, porque pensábamos que no nos correspondía. Sin embargo, el devenir de los acontecimientos ha hecho que tuviéramos que tomar una decisión. Fue la candidata de EH Bildu quien dijo que la única alternativa a Maroto iba a ser Gorka Urtaran y que Gorka Urtaran tenía que decidir. Yo lo he tenido claro.

¿Se puede conformar un gobierno de coalición con un partido que no le ha respaldado en la investidura y que puso en jaque el desalojo de Maroto?

-Estoy tranquilo porque sé que la abstención del PSE no es fruto de discrepancias en el Ayuntamiento o de una relación difícil en Vitoria, todo lo contrario. La relación es muy buena y coincidimos en muchos aspectos que son prioritarios para la ciudad, por lo tanto tengo claro que la abstención se debió a causas que trascienden el ámbito de Gasteiz. Confío en que en los próximos días podamos reconducir la situación y que todo vuelva a su punto de partida. Yo tengo las puertas abiertas al PSE y si mañana mismo quieren formarán parte del Gobierno municipal

Es decir, que nada ha cambiado.

-Es que es en lo que habíamos quedado.

Sí, pero siempre que le apoyaran en la investidura.

-Ayer (por el sábado) dije que tengo que actuar con generosidad, con prudencia, y tener en cuenta al resto de formaciones políticas. El gesto del PSE me sorprendió para mal, pero también entiendo cuáles fueron los motivos.

¿Cuáles fueron?

-Fueron externos. Al parecer fue lo que ocurrió en Andoain, donde un independiente de la lista del PNV no permitió que la candidata al PSE fuera alcaldesa. Si es cierto o no habrá que preguntárselo al Partido Socialista, pero la sintonía con el PSE en Vitoria y con su portavoz es buena.

Entre los que le apoyaron está EH Bildu, pero a un año vista de las elecciones autonómicas parece complicado que esa sintonía se prolongue.

-No tenemos ningún pacto con EH Bildu, ni cubierto ni descubierto. Hubo un ejercicio de generosidad que hay que reconocer a EH Bildu para que se pudiera conformar una alternativa al PP. A partir de ahí, hay voluntad por ambas partes para trabajar por Gasteiz. Siempre he dicho que hay que trabajar con las demás fuerzas y parece que EH Bildu también está en esa línea. Puede ser una buena oportunidad para estrechar la distancia con esta formación y trabajar conjuntamente, de la misma forma que con Sumando-Hemen gaude, Irabazi y el PP.

Vistos los acontecimientos, ¿qué respuesta espera por parte del PP?

-Ahora vamos a ver si para el PP Vitoria está por encima de todo, si de verdad quiere arrimar el hombro y quiere trabajar para sacar adelante los proyectos de la ciudad. Yo me conformo con que el PP actúe con la mitad de responsabilidad con la que hemos actuado nosotros durante los últimos cuatro años. Vamos a ver si el Vitoria por encima de todo era un sentimiento real o una nueva falacia por parte del PP.

La primera prueba de fuego serán los Presupuestos de 2016. Con el PSE suma 9 de 27 ediles. ¿Dónde va a buscar los demás?

-En todos los grupos políticos. Quiero ser el alcalde de los acuerdos, tanto con el resto de las formaciones políticas como con las demás instituciones y la sociedad civil.

¿Las decisiones que se adopten en el Ayuntamiento guardarán relación con las de la Diputación Foral?

-Tenemos que hacer un trabajo coordinado, sobre todo en asuntos tan fundamentales como las políticas sociales.

Su primera decisión como alcalde fue renunciar al ‘lunch’ de la investidura y regalárselo a las Hermanitas de los Pobres. ¿Tiene pensada la siguiente?

-Lo que voy a hacer mañana (por hoy) es convocar la Junta de Portavoces para poder ir organizando los diferentes espacios de trabajo de los grupos municipales; hay nuevas formaciones a las que hay que ubicar y requieren de un espacio físicos para poder trabajar, y hay que recolocar a las formaciones que ya estábamos aquí. También daremos pasos en la formación del futuro gobierno.

¿Cómo afectarán todos estos pasos a la marcha de la ciudad?

-Quiero mandar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía: no se va a parar la ciudad, va a seguir funcionando. Vamos a garantizar el funcionamiento de los servicios públicos básicos y, desde luego, no vamos a hacer ninguna locura ni dar ningún salto al vacío. No soy amigo de las confrontaciones y lo que quiero es trabajar con humildad y, sobre todo, sentido común.

¿Cuál es su fórmula para reconducir la imagen que se ha trasladado al exterior de la gestión de las políticas sociales?

-Hay que dar una imagen muy diferente. Tenemos que recuperar la convivencia pacífica y la pluralidad para atajar todos los prejuicios y rumores que existen sobre la RGI. Lo dije en campaña: no voy a tolerar ni un solo caso de fraude en Vitoria-Gasteiz. Tolerancia cero contra el fraude en cualquiera de sus expresiones. Esto pasa por hacer una cosa que no hizo el PP: evaluar el fraude en las prestaciones sociales gestionadas por el Ayuntamiento.

¿El tranvía llegará a Salburua antes de que concluya esta legislatura?

-Es un compromiso. Vamos a trabajar con el Gobierno Vasco, con la consejera de Transportes, la señora Oregi, para poder definir la ampliación del tranvía y los tramos prioritarios. Yo lo tengo muy claro: uno es el sur, hasta las Universidades, creando un espacio de oportunidad intermodal en la zona de las Trianas, y otro es el ramal hasta Salburua desde Angulema.

Históricamente los alcaldes han sentido debilidad por ser recordados a través de alguna obra clave. ¿Cuál será la suya?

-A mí me gustaría ser recordado por ser el alcalde que consiguió que viviéramos mejor, porque ese es el fin último de la política.