vitoria - La innovación puede abrirse puertas de forma casual o tras una búsqueda sistemática, ser una excepción en periodos de sequía intelectual o arribar por oleadas. Ahora, toca tsunami. Seguramente porque la necesidad alimenta la lucidez. Cientos de profesionales alaveses han hecho de la imaginación su estandarte para encontrar conocimientos y soluciones alternativos que alumbren mejores formas de producción e impulsen el crecimiento económico de los sectores que investigan. Algunos arrastran años trabajando por la vanguardia y otros apenas han asomado su cabeza emprendedora, pero todos están aportando ese plus de sabiduría capaz de mover montañas. Y en ese contexto, el ámbito educativo tiene todas las de ganar. El último proyecto de Urkide, Imedu 3.0, es la prueba. Sin la colaboración de las empresas que lo han desarrollado, habría quedado en buenas intenciones. Gracias a ellas, se ha abierto la puerta a la enseñanza a la carta con un sistema pionero en el Estado.
Las compañías que han colaborado en este desafío ocupan un importante espacio en el I+D+I de Euskadi y son referentes más allá de nuestras fronteras. La lista de participantes está formada por Nesplora, dedicada a la innovación en neurociencias; Ibermática, empresa de servicios en tecnologías de la información y la comunicación que cubre áreas de consultoría, equipamientos e infraestructuras, integración de sistemas de información, outsourcing e implantación de soluciones integradas de gestión empresarial; SPCNet y Deusto Sistemas, nacidas con objetivos similares a la anterior; y Grupo Xabide, consultoría vinculada a la gestión cultural, la comunicación y el desarrollo local. Además, Imedu 3.0 ha contado con el apoyo de Tecnalia, dependiente del Gobierno Vasco.
Para diseñar el prototipo se han tenido en cuenta las competencias que marca Heziberri 2020. Es decir, el marco del modelo educativo-pedagógico establecido por Educación, Política lingüística y Cultura del Gobierno Vasco. Un departamento que, por cierto, ha quedado encantado con los resultados y apoya el desarrollo definitivo de la plataforma. En tres años, si Industria concede la subvención, estaría finalizada. - J.S.