vitoria - Uno de los sinónimos de eufemismo por estas fechas es precampaña electoral. Aunque los políticos todavía no han pedido el voto, solicitud que la ley impide hasta dieciséis días antes de los comicios, todo huele a batalla final. Ayer, el primer edil de Vitoria, Javier Maroto, acudía a Los Desayunos de TVE con la nueva pulsera del PP; el aspirante jeltzale a la Alcaldía, Gorka Urtaran, se trasladaba a Arana para hablar de su Gasteiz educativa, cultural, creativa y euskaldun; el postulante socialista, Peio López de Munain, se acordaba de su ciudad en un acto de partido en Bilbao; y el candidato a diputado general por EH Bildu, Kike Fernández de Pinedo, defendía a Trebiño. Y mientras hablaban de sus cosas, una voz nueva se colaba en la actualidad política. La de Des-censo, plataforma que llama a los alaveses a negarse a ejercer de presidentes y vocales por obligación en la fiesta de la democracia.
Hace ahora un año, dos gasteiztarras anunciaron públicamente que les habían designado para formar parte de sendas mesas electorales, que iban a desobedecer la orden y que esa postura no pretendía quedarse en lo testimonial, sino convertirse en una campaña que poco a poco fuera creciendo, buscando como objetivo la abolición de la obligatoriedad de formar parte del entramado electoral a partir de una idea de democracia que no podían compartir. Aquella decisión fructificó en un equipo, pequeño pero decidido, que ya está listo para apoyar a quienes quieran seguir su camino. Lo presentaron ayer porque en cuatro días 3.708 alaveses entrarán en el bombo y entre ellos saldrán los que integren las 412 mesas del territorio. No hay tiempo que perder, así pues, ni para informarse. El colectivo ha creado el blog https://descensoelectoral.wordpress.com con los contenidos necesarios para saber qué pasos dar, los argumentos de otros que ya se negaron, y para acceder a documentos de análisis y debate.
El 24 de mayo está ya en la mente de todos, pero mientras unos se lo imaginan lejos de una mesa otros visualizan el final de esa jornada en el trono. Maroto se sentó ayer frente a María Casado para reivindicarse como vitoriano por encima de popular, seguir azuzando la varita mágica de la inmigración y las ayudas sociales, acusar a otros de defenderse atacando justo un día después de recurrir a esa misma estrategia para no hablar del caso Iradier y San Antonio y lamentar la corrupción de los partidos, de todos al mismo nivel. Un discurso conocido ya, efectivo si no se escarba, con titulares preparadísimos. “Yo me presento por el PP pero mi bandera es Vitoria. Y si hay que elegir, elijo Vitoria”. ”Hay que ayudar a quien viene a trabajar e integrarse, pero a personas que delinquen... Hay que ser cuidadoso”. “Yo me entero de los casos de corrupción por el telediario y me da el mismo asco que a ti”. “En el telediario veo cosas que no me gustan, el y tú mas y el ventilador”. Y similares.
Se le vio bastante a gusto al alcalde, rebautizado al principio de la entrevista como Julio Montoya, uno de los líderes de la oposición venezolana. Maroto no pareció darse cuenta del error del epígrafe. Él estaba a lo que estaba, como presumir de pulsera, la de Me gusta Vitoria, inventada por el PP para convertirla en un símbolo de ciudad. El marketing en política es ya como el agua en una piscina. Clave para flotar. Otra cosa es, no obstante, cómo se use. Y si algo hay son estilos muy distintos. El PNV, por ejemplo, aborda una campaña templada, con críticas al actual equipo de gobierno pero acompañadas de un programa de compromisos. Ayer, Urtaran habló de potenciar Gasteiz como “una ciudad de cohesión en la que la cultura, la creatividad y nuestra realidad identitaria sean pieza clave”, dejando atrás cuatro años de recortes. Una forma de hacerlo sería a través de Kultura Eratzen, un espacio para el impulso de las distintas disciplinas artísticas que se ubicaría en Arana, en el viejo colegio Ignacio Aldecoa, de propiedad municipal y ahora en desuso. Otra manera, recuperando valores debilitados. “Hay que aprender la ciudad, de la ciudad y en la ciudad. Lamentablemente, el PP está generando un entramado de relaciones humanas basadas en la insolidaridad, la insensibilidad e intolerancia”, advirtió.
En Bilbao, López de Munain lanzó un discurso que casaría bien con el anterior. El candidato socialista a la Alcaldía de Vitoria habló de la necesidad de hacer de Vitoria “un espacio de oportunidades y de acogida” para dar respuesta a esos 22.000 parados que ya no perciben prestación por desempleo. Apostó por crear las condiciones necesarias para que se instalen empresas en polígonos industriales y garantizar la apertura de un negocio en cuarenta días para favorecer el emprendizaje. También se comprometió a cambiar los requisitos de acceso a las ayudas sociales, “pero no para recortar, sino para sumar”. Él sigue teniendo claro que este sistema es “envidiable” por mucho que el PP se empeñe “en desacreditarlo”.
Otra política que los populares han cuestionado es la lingüística, hasta el punto de llamar morralla a la izquierda abertzale o acusar a vizcaínos y guipuzcoanos de robar el trabajo de los alaveses por saber euskera. Fernández de Pinedo les pidió que no cierren los ojos a la realidad del territorio, porque “les guste o no esta lengua está afianzada”. Por otro lado, adelantó que tratará a Treviño como la octava cuadrilla si gana los comicios, que creará un impuesto sobre la riqueza y las grandes fortunas y modificará el impuesto de sociedades para gravar más a las grandes compañías y menos a las pymes. Fiscalidad en favor de las rentas bajas de la que EH Bildu lleva hablando toda la legislatura.
Zalduondo. Su histórico alcalde, Eduardo Andoni Ribaguda, no se presentará este año.
Laguardia. Es el único municipio junto con Vitoria en el que se presenta Ciudadanos.
Trebiño. Por primera vez, tanto PNV como EH Bildu se presentan a los dos ayuntamientos.
Yécora. El PNV no se presenta como tal a las elecciones municipales de ninguna de estas localidades. En su lugar, lo hacen plataformas independientes afines.
Pleno ‘al quince’. El PP es el partido con más presencia en las elecciones de los distintos municipios, pues se postula para todos. Le siguen PNV, EH Bildu y PSE.