en Vitoria-Gasteiz hay vivienda suficiente como para cubrir toda la demanda existente. Más de 8.000 pisos permanecen cerrados a cal y canto en la ciudad, gran parte de ellos propiedad de las instituciones, y mientras tanto mucha gente no puede ejercer el derecho al acceso a la vivienda. Esta situación, agravada por la crisis, se ha reflejado en un aumento de la conciencia ciudadana respecto a esta cuestión. La ocupación de las viviendas vacías del barrio de Errekaleor y la posterior entrada de Iberdrola y la Policía Local vitoriana para cortar la luz al barrio, que terminó en un enfrentamiento con los jóvenes okupas, puso aún más de manifiesto que la cuestión de la vivienda está en la calle. Además, diez años después de las masivas manifestaciones contra la subida del IBI, la hipertrofia de este impuesto ha vuelto a ponerse de actualidad, sólo que ahora el problema es más acuciante. Por eso han surgido, en este tiempo, plataformas como Kaleratzeak Stop.

Todos estos movimientos reivindicativos han unido sus fuerzas para realizar una protesta conjunta que durante toda la pasada noche se desarrolló en la Plaza Nueva. Allí, varias tiendas de campaña han servido de refugio para los manifestantes, en una fría y húmeda noche de primavera animada por el sonido de los bongos y las guitarras.

Por la mañana, los miembros de las diferentes asociaciones que se han sumado a la protesta (una veintena), y algún particular que también se animó a participar, comenzaron a montar la acampada. Un generador eléctrico, megafonía, una estructura metálica cubierta por una lona para celebrar los actos planificados sin mojarse demasiado, pancartas y cinta de embalar constituían la logística básica de un evento que incluyó una comida popular, una mesa redonda sobre la vivienda vacía con grupos sociales como ADI Vitalquiler o Kaleratzeak Stop, o una concentración delante de la Casa Consistorial.

“El tema central es que el Ayuntamiento tiene 500 viviendas vacías en Errekaleor, Aretxabaleta, Olárizu y Casco Viejo, muchas de ellas en disposición de ser utilizadas, y no se hace nada. Y no sólo eso, no se facilita vivienda a la gente que no tiene ingresos, porque hay casi 6.000 solicitantes de alquiler en listas, pero es que hay más de 6.000 que no cumplen ni siquiera los requisitos para estar en una lista”, señalaba ayer Guillermo Perea, portavoz de Zazpigarren Alaba y la persona que ha puesto su DNI para solicitar el permiso de acampada frente al Ayuntamiento.

“Después de la situación violenta que crearon la Policía Local e Iberdrola en Errekaleor -continuó- hemos considerado oportuno hacer la denuncia frente al Ayuntamiento, que es el responsable cuando menos de sus 500 viviendas. Es el principal especulador con la vivienda en Gasteiz”, señalaba Perea, quien recordaba ayer que el Pleno del Ayuntamiento acordó permitir a los jóvenes de Errekaleor seguir en las viviendas del barrio mientras éstas no se derribaran. Sin embargo, “no les gusta que se busquen allí la vida, ante la falta de opciones, y están cargando contra esta iniciativa”.

Olga Uruñuela, integrante de Kaleratzeak Stop, la plataforma que ha combatido los desahucios en la capital alavesa desde hace más de dos años, que proporciona asesoramiento legal a quienes se ven con un pie fuera de su casa, y que negocia en su nombre con los bancos, acudía ayer a la Plaza Nueva para apoyar la acampada.

casas sin gente, gente sin casa “No puede ser que haya tantas viviendas vacías como hay en Vitoria y gente sin casa, que se siga desahuciando y no se dé una alternativa a las personas que no tienen un sitio donde vivir”, señalaba la mujer, en una mañana de mucha actividad en una ciudad (la acampada coincidió ayer en la Plaza Nueva con la última actividad de Gora Gasteiz), que por otro lado cada vez se ponía más desapacible.

Por ello, Urtzi Uriarte y varios jóvenes más se afanaban por montar lo más rápido posible el puesto de mando de la protesta, una estructura de barras metálicas cubierta donde ofrecer la rueda de prensa, celebrar las mesas redondas, o simplemente reunir a los acampados en las muchas horas muertas de una protesta tan dilatada en el tiempo.

“Vendremos bastante gente a dormir, y haremos diferentes actividades”, señalaba el joven, quien explicaba que lo iban a tratar de pasar lo mejor posible, pese al mal tiempo, porque la reivindicación no está reñida con la diversión y eran muchas las horas que iban a pasar allí como dejarlas ir sin más. Urtzi no sabía vaticinar si se iba a dormir o no. “Se verá durante la noche, descansar viene bien porque mañana el día será largo, pero nos hemos traído los instrumentos para la concentración y bafles para poner música, así que va a haber ambiente”, aseguraba.

José Ramón Mardones es un habitual de las marchas y concentraciones relacionadas con el derecho a la vivienda. Ayer colaboraba en la puesta en marcha de la acampada organizada para “protestar por las 500 viviendas vacías que tiene el Ayuntamiento, que suponen un gasto anual importante para toda la ciudadanía de Vitoria”, señalaba José Ramón, que acusa al Consistorio de “pasarle la bola al Gobierno Vasco” y desentenderse del problema, pese a contar con 500 pisos que deberían salir al mercado de alquiler. “Me quedo a dormir -señalaba convencido-, ya pasamos la noche en la Virgen Blanca cuando el 15-M, y hoy la pasaremos aquí”.

Beñat Ortiz de Lazkano, miembro de la plataforma Elkartzen, fue de los primeros en aparecer ayer por la Plaza Nueva para montar las tiendas de campaña y colgar las pancartas de la barandilla que acota la parte central del corazón de Gasteiz.

“Veíamos la necesidad de reivindicar que se pongan a disposición de la gente las viviendas libres, así que aquí nos quedaremos hasta mañana”, explicaba el joven, satisfecho por el éxito de una convocatoria que surgió de Elkartzen, pero que han abrazado una veintena de colectivos de la ciudad. “De las actividades que hemos montado hasta ahora es de las más numerosas y con más participación, a ver si a partir de ahora, con estas iniciativas, empezamos a concienciar a la gente”, afirmó.