Gasteiz - Durante años, en las reuniones que los bicicleteros vitorianos mantenían con el Ayuntamiento vitoriano se les informó de que las paradas de autobuses interurbanos dentro de la ciudad acabarían con la inauguración de la nueva estación. Esta práctica sólo se produce en la capital alavesa, pero el paso del tiempo la ha convertido en una costumbre que, al final, y pese a las promesas realizadas desde el Ayuntamiento, ha sobrevivido a la apertura de la infraestructura de la plaza de Euskaltzaindia. Tradicionalmente han sido los bicicleteros de la capital alavesa quienes se han opuesto con más firmeza a la entrada de los autobuses en el casco urbano, pero hay otros colectivos contrarios a esta práctica, como algunos taxistas a título particular, ajenos a la mayoritaria Asociación Alavesa del Taxi, que aún no se ha pronunciado al respecto, o transportistas de la ciudad, que ven alterado de forma significativa el tráfico con el paso de decenas de autocares todos los días.

En todo caso, ninguno de los citados agentes recibirá explicaciones sobre por qué los autobuses siguen parando por diferentes puntos de la ciudad. Desde Gasteizko Bizikleteroak, Rubén Rodríguez asegura que no se ha convocado el Foro de Movilidad previsto para tratar esta cuestión, y con las elecciones a la vuelta de la esquina no es previsible que se les cite. En todo caso, Rodríguez afirma que desde las instituciones se les informó de que los autobuses “no pueden cobrar en la paradas ni esperar, sólo subir y bajar, y en Adriano VI están haciendo paradas de veinte minutos”. A todas estas circunstancias se une una nueva. Al constatar las compañías de autobuses que a algunas se les deja parar por el casco urbano, otras se plantean también reclamar esa posibilidad.

Para el colectivo de usuarios de la bicicleta en la capital alavesa, el hecho de permitir el acceso de los autobuses va contra los principios del Plan de Movilidad de Gasteiz. La plataforma recuerda que la estación de Euskaltzaindia está perfectamente comunicada con el resto de la ciudad mediante el tranvía, los bidegorris y los autobuses urbanos, y que al llegar en autobús a Bilbao, por ejemplo, a partir de la llegada Termibús cada viajero debe buscarse la vida por su cuenta.

En Vitoria, la estación de la plaza de Euskaltzaindia está comunicada con el resto de la ciudad por la línea 8 de Tuvisa, que va por la Avenida Gasteiz al Campus de Álava; por la 4, que une Lakua y Mariturri, y que circula por la calle Francia; y por la línea 2, la Periférica. El tranvía, además, une la infraestructura con el centro de la ciudad, con Abetxuko, y concluye en Angulema, a apenas cinco minutos andando de la zona de la Universidad.

El portavoz de Bizikleteroak explicó que desde la Diputación se les asegura que las paradas de sus autobuses se llevan a cabo porque entran dentro del recorrido cuando entran en la ciudad, pero desde la plataforma se duda de que el mejor camino para ir a la estación de autobuses de Euskaltzaindia cuando se viene de Miranda de Ebro, por ejemplo, sea entrando por Armentia y recorriendo la Avenida Gasteiz hacia el norte.

“Tampoco nos ha dado nadie explicaciones de si cuando acabe la Universidad, o durante los fines de semana, también se van a hacer las paradas del Campus. Nosotros no nos negamos a que los universitarios vayan en autobús -señala Rodríguez-, pero lo que no puede ser es que se mezclen con el transporte normal, tiene que fijarse un transporte exclusivo para ellos. Y si no, que vayan a la estación de autobuses, hay un buen transporte urbano, y no toda la gente que viene de Bilbao va a la Universidad”.

Diana Paniagua, también miembro de Gasteizko Bizikleteroak, recuerda que en el pasado este tipo de paradas dentro de la ciudad no se producían, y que tanto “PP como PSE” les insistieron en el carácter provisional de la medida. Según Paniagua, en la última reunión del Observatorio de la Bicicleta los técnicos les comunicaron a los bicicleteros que Tuvisa carece de capacidad para transportar a los universitarios en horas punta y que por ello se permitía operar a las compañías privadas por dentro de la ciudad. Los bicicleteros argumentan que, en todo caso, se podría permitir el refuerzo a Tuvisa en esas horas punta, pero no durante todo el día, pues cada jornada cruzan la Avenida Gasteiz un centenar de autobuses. “Vitoria hizo un esfuerzo muy grande por cambiar los autobuses urbanos para hacerlos mas eficientes, hemos hecho un gran esfuerzo, y además, ¿para qué tenemos una estación de autobuses?”, señala Paniagua.

Hasta el pasado lunes se desconocía qué iba a ocurrir con estas paradas cuando se pusiera en marcha la nueva estación. La compañía La Unión, que cubre el trayecto entre Vitoria y Bilbao, informó esa misma jornada de que las paradas de Bastiturri y el Campus de Álava se mantenían. En el viaje Gasteiz-Bilbao se parte de la Universidad y se entra a la estación antes de enfilar la N-622 en dirección a la capital vizcaína, y al regreso se hace justo lo contrario, se termina el trayecto en las facultades. Eso sí, tanto en uno como en otro caso los usuarios que adquieren sus billetes en la estación tienen preferencia. Así, antes de que el autobús parta del Campus, desde la estación se comunica al chófer cuántos billetes se han vendido con destino a Bilbao, y el conductor debe reservar los correspondientes asientos para no dejar a nadie tirado en Euskaltzaindia.

Parking para bicicletas Por otro lado, Gasteizko Bizikleteroak censuró ayer la falta de voluntad que a su juicio ha demostrado el equipo de gobierno, liderado por el PP, a la hora de implantar el parking de bicicletas asegurado con una especie de jaula que contemplaba el proyecto de la estación, una actuación que se llevará a cabo, aseguran, por la presión que el grupo municipal de EH Bildu ha ejercido sobre la formación conservadora, partido al que respaldó en su proyecto de construir la estación en la plaza de Euskaltzaindia.