Vitoria - La firma del contrato entre el Ayuntamiento de Vitoria y FCC para la limpieza y recogida de residuos de la capital alavesa durante otros 8 ó 10 años tendrá que esperar, si es que llega a producirse. Según ha podido saber este periódico, Ferrovial y Yárritu, una de las UTE que optaban a esta importante adjudicación, valorada en más de 200 millones de euros, ha decidido recurrir ante el Órgano Administrativo de Recursos Contractuales (OARC), que en las próximas semanas deberá decidir si avala el concurso u ordena modificarlo o repetirlo. Mientras tanto, la adjudicación, cuyo plazo de recurso concluyó ayer, queda paralizada, al igual que ocurrió con la del vertedero de Gardelegi. En este último caso fue la UTE Urbaser y Onaindia la que recurrió ante este mismo órgano, dependiente del Gobierno Vasco, y que aún no ha emitido fallo alguno al respecto.
Al concurso de la limpieza concurrieron, además de FCC, en UTE con GMSM Medio Ambiente; Sarkis y Valoriza Servicios Medioambientales (Sacyr), Urbaser y Onaindia, y Ferrovial y Yárritu. Esta última UTE se quedó a sólo 1.200 euros de igualar la oferta que presentó FCC. Ayer DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA conoció la interposición del recurso, que sus responsables ya explicaron que barajaban presentar hace varias semanas. Ferrovial y Yárritu presentaron una oferta de 22.821.545 euros, un 10,5% menos de lo presupuestado por los técnicos municipales. En el sobre de FCC y GMSM Medio Ambiente la cifra que figuraba ascendía a 22.820.298 euros, y además la firma que ya presta este servicio en Gasteiz obtuvo la mejor puntuación técnica en el concurso. En el proceso de adjudicación de la limpieza los técnicos otorgaron a FCC 86 puntos, por los 70 de Ferrovial, los 65 de Valoriza y los 45 de Urbaser, cuya baja calificación le excluyó del concurso.
Un concurso bajo sospecha, habida cuenta de que entre los técnicos que decantaron la adjudicación a FCC se encuentra el jefe de Residuos del Ayuntamiento, Joseba Sánchez, cuya esposa trabaja en la planta de reciclaje de envases de Jundiz, que explota la multinacional. A esta circunstancia se suma el malestar generado en la ciudad por el deficiente servicio prestado por FCC, lo que hizo aún más sorprendente que se volviera a confiar en esta empresa, y por ello toda la oposición votó en contra de la decisión adoptada por los técnicos municipales. Sin embargo, el PP tiene voto de calidad e inclinó la balanza en favor de FCC y GMSM.
Fue en la Mesa de Contratación celebrada el pasado 30 de enero cuando los cuatro grupos municipales vitorianos, los servicios jurídicos del Ayuntamiento, el interventor y la Secretaría del Pleno asistieron a la apertura de los sobres en los que cada empresa planteaba su oferta económica para hacerse con la limpieza.
Días antes, la polémica que se había desatado cuando se conoció la vinculación del jefe de Residuos con una de las empresas que optan al concurso, y a la que ya en enero le adjudicó la gestión y explotación del vertedero de Gardelegi, llevó incluso al equipo de gobierno a convocar a los medios para tratar de despejar dudas con respecto al proceso. Leticia Comerón, concejala de Espacio Público, acompañada por dos técnicos de Medio Ambiente, asumió como propia la responsabilidad de la adjudicación, aunque la firma que figura en el informe sea la de Sánchez.
Según la edil y los funcionarios, la vinculación de uno de los adjudicadores con el adjudicatario no genera dudas legales, ni éticas, ni estéticas. Además, afirmaron, el nuevo pliego de condiciones no permitirá incumplimientos por parte del adjudicatario como los registrados en los últimos años porque sólo se pagarán los trabajos correctamente realizados. Por otro lado, la edil y los técnicos aseguraron que legalmente no pueden penalizar en un concurso un mal servicio previo. Se da la circunstancia de que Sánchez era el único de los trabajadores municipales que han decantado el concurso en favor de FCC que también lo hizo en la anterior ocasión, en 2006, cuando la multinacional se hizo con la limpieza de la ciudad en los últimos meses de la segunda legislatura de Alfonso Alonso, ahora ministro de Sanidad.
Por aquel tiempo FCC irrumpió con fuerza en el territorio alavés, y de hecho reformó la manzana del Iradier Arena, se hizo con la explotación de la planta de reciclaje de envases anteriormente citada, y construyó parte del tramo alavés de la autopista AP-1. Estas contrataciones le han permitido ingresar varias decenas de millones de euros de las arcas públicas alavesas en la última década.
Como en Gardelegi La noticia de la adjudicación de la limpieza a FCC se conocía escasas semanas después de que esta empresa se hiciera con el contrato del vertedero de Gardelegi, tasado en 8 millones de euros, con una valoración técnica muy superior a la de sus rivales y una oferta económica temeraria en términos legales. Una de las UTE que optaban a hacerse con el contrato, la formada por Urbaser y Onaindia, pidió ver la documentación en la que FCC justificaba su baja temeraria, aludiendo a una menor entrada de residuos de la prevista en el pliego, que le permitiría recortar la plantilla; y a que renunciaba a obtener beneficios por la adjudicación. El Ayuntamiento (y no FCC, que estaba en su derecho de hacerlo) se negó a facilitar dicha documentación, y Urbaser recurrió ante el OARC. El equipo de gobierno municipal se negó a facilitar el expediente por “afectar a secretos técnicos o comerciales”.
Plazos. Ayer concluyó el periodo de recurso por parte de las empresas a la adjudicación de la limpieza y la recogida de residuos de la capital alavesa.
Recurso. Una de las UTE que concurrían, Ferrovial-Yárritu, ha decidido impugnar el concurso ante el Órgano Administrativo de Recursos Contractuales, por lo que en las próximas semanas técnicos independientes y ajenos al Ayuntamiento de Vitoria examinarán el proceso de adjudicación de este contrato, valorado en más de 200 millones de euros.