la terminal logística de Arasur continúa a la espera de las excavadoras que abran sus tierras para iniciar la construcción de la playa de vías. Como adelantó este periódico, el proyecto para la conexión ferroviaria que unirá el centro de Rivabellosa con el Puerto de Bilbao ha fijado ya los plazos, con un inicio de las obras marcado para noviembre de este año y un final de las mismas para diciembre de 2016. El retraso en uno de los últimos movimientos necesarios, el aval del Gobierno central al acuerdo alcanzado en su día entre Gobierno Vasco, Diputación Foral de Álava y la Autoridad Portuaria de Bilbao, ha dilatado los plazos previstos inicialmente. Ahora, sólo resta que el diseño de la infraestructura, que ultima sus detalles de la mano de los técnicos del Puerto de Bilbao y Euskal Trenbide Sarea, quede finalizado en las próximas semanas.
La licitación del proyecto se realizará en julio, y las obras se acometerán en dos etapas hasta completar el trabajo sobre 68.000 metros cuadrados. Contrariamente a lo que hace dos semana aseguraba la Diputación Foral de Álava, que en nota de prensa hacía referencia a “una inversión de tres millones de euros” a cargo del Gobierno de Rajoy, lo que el Consejo de Ministros hizo el pasado 27 de febrero fue dar luz verde simplemente al proyecto para la conexión ferroviaria.
La inversión de 8,3 millones de euros para construir la playa de vías saldrá del Gobierno Vasco (tres millones de euros), del Puerto de Bilbao (la misma cantidad) y de la propia Diputación alavesa (2,3 millones de euros). Ahora, sólo resta la firma del convenio entre las partes implicadas, que tendrá lugar antes del final de este mes, y la consecución del diseño del proyecto, elaborado por Euskal Trenbide Sarea con la ayuda de los técnicos del Puerto de Bilbao. Las obras para su construcción arrancarán en noviembre, aunque podrían demorarse a diciembre.
Así, tras un año de obras, la conexión ferroviaria con el Puerto de Bilbao tiene marcado en diciembre de 2016 la fecha de la recepción de obra por parte de la Autoridad Portuaria de Bilbao. Su presidente, Asier Atutxa, explica por qué han decidido invertir en esta infraestructura, con la que Arasur espera recibir un impulso que evite su muerte por inanición.
“Con la playa de vías se podrán agrupar mercancías, que en la actualidad no utilizan la vía marítima, con origen y destino en Álava, La Rioja o Navarra, para ser transportadas por ferrocarril al o desde el Puerto de Bilbao con destino internacional, como el norte de Europa u otros continentes”, explica Atutxa, que subraya el hecho de que la nueva infraestructura del centro logístico de Rivabellosa “servirá de eslabón en la cadena de transporte internacional de mercancías y, de paso, como complemento del complejo portuario”.
En cuanto a la inversión, a finales de 2013, el principio de acuerdo inicial establecía un pago a escote de tres millones cada uno, pero el Gabinete de Javier de Andrés (PP) se desmarcó del consenso justo antes del inicio de las negociaciones presupuestarias de 2013 y sólo accedió a poner su parte -menor de la acordada- tras las conversaciones para el apretón de manos con el grupo juntero del PNV.
“gana álava y gana euskadi” Nacido para triunfar y atraer a grandes empresas, el centro logístico de Rivabellosa, inaugurado en enero de 2006 bajo el auspicio del por entonces Gobierno foral de Ramón Rabanera (PP), es doce años después un gran escenario postapocalíptico plagado de naves vacías sin apenas empresas ni trabajadores en su interior. De hecho, el centro empresarial de Rivabellosa forma parte hoy en día de los grandes hitos alaveses de la construcción en tiempos de bonanza, como el Iradier Arena o el edificio Krea. Pero mientras en el primero ya no quiere actuar ni Melendi y el segundo sigue a la espera de que alguna universidad de EEUU se decida a alquilar sus instalaciones, al menos Arasur se adentra ahora en un nuevo escenario de la mano del Puerto de Bilbao, que pretende relanzarlo aprovechando además el notable incremento en el tráfico de mercancías que operó por ferrocarril la Autoridad Portuaria en 2013, con un incrementó del 18%, alcanzando un total de 3.987 trenes, 520 más que en 2013.
“Arasur tiene todas las posibilidades para ser una plataforma logística puntera en el norte de la península, y su posición competitiva mejorará enormemente una vez se realice la conexión ferroviaria. Con la nueva instalación gana Arasur y las empresas allí instaladas, gana Álava, gana Euskadi y gana el Puerto de Bilbao porque puede ampliar su hinterland -área de influencia- y, en consecuencia, atraer más tráfico”, incide Asier Atutxa, presidente de la Autoridad Portuaria.
La apuesta por esta nueva infraestructura se anticipa como la última carta que la plataforma de Ribera Baja está en disposición de jugarse para no desengancharse definitivamente del entramado logístico alavés, un eje que las instituciones del territorio pretenden impulsar como muelle para el empleo y la recuperación económica. Y es que no hay que olvidar que antes de que la crisis azotara el sector con especial virulencia, la logística del territorio histórico contaba con cerca de doscientas operadoras.
Después de unos años buscando una fórmula para ir todos a una, parece que las administraciones públicas creen haber dado con la tecla apelando a una marca: Vitoria Álava Solución Logística (VIAL). Un nombre que agrupa a los diez principales enclaves logísticos, Arasur incluido. Gobierno Vasco, Ayuntamiento de Vitoria, Diputación Foral de Álava y la Cámara de Comercio decidieron unir sus fuerzas bajo esta nueva marca destinada a vender las bondades de la logística provincial en todo el mundo.
Con el desembolso de 8,3 millones de euros y la construcción a partir de noviembre de la ansiada playa de vías, el ahora comatoso parque de Rivabellosa aspira a reactivar un escenario de más de dos millones de metros cuadrados ideado para triunfar, pero aplastado por la crisis y una planificación estratégica poco adecuada, basada en inmensos pabellones destinados únicamente a su alquiler, no a su venta. Sirva de ejemplo de la mala planificación el hecho de que en su día ni siquiera se molestaran en construir un aparcamiento adecuado para camiones. Ahora, Arasur busca un nuevo destino.