gasteiz - Y ya van 39 años. Y el tiempo pasa, pero no cura las heridas. No puede hacerlo. Porque cinco personas perdieron la vida y más de cien resultaron heridas por el tiroteo de la Policía Armada cuando, en plena huelga por la amenaza de ajustes salariales, celebraban una asamblea. Cuatro meses antes había muerto Franco. Y alguien ordenó la carga. “Gasear iglesia. Cambio”. Y los grises soltaron las bombas lacrimógenas. Y, después, conforme la gente salía, dispararon. No hubo compasión. Y no se hizo justicia. Y todavía se anda buscando, ahora al otro lado del océano, aunque al fin existe un halo de esperanza. El que ha ofrecido la jueza argentina Servini, con sus tres imputaciones. Un gesto que ayer dio alas a la marcha que, como cada 3 de marzo, recorrió Vitoria para visibilizar el daño causado, para reclamar verdad y memoria.
Miles de personas sumaron fuerzas a las siete de la tarde, con los rostros dibujados de Pedro Martínez, José Castillo, Romualdo Barroso, Francisco Aznar y Bienvenido Pereda a la cabeza, y un explícito mensaje, Homenaje a la lucha de la clase obrera. Fue una marcha cosida por miradas de amargura y consignas de rabia, rodeada un año más por un amplio dispositivo de la Ertzaintza y la Policía Local. La gente ni perdona ni quiere perdonar. Porque todavía queda pendiente el reconocimiento público de los asesinados y heridos por parte del Gobierno de España, su equiparación con el resto de damnificados del régimen franquista y un esclarecimiento manifiesto de lo que ocurrió. Una demanda que la Asociación de Víctimas del 3 de marzo había recordado unas horas antes en su tradicional ofrenda floral, un acto donde víctimas y familiares de aquellos obreros, vecinos y ciudadanos anónimos lloran cada año la injustificable masacre.
Desgraciadamente, al finalizar la marcha, un grupo de alborotadores confundió el espíritu de la jornada con la quema de dos contenedores en Portal del Rey, con el lanzamiento de, al menos, un petardo y varias piedras. Todo ello obligó a la intervención de la Ertzaintza -dos individuos resultaron detenidos- y los Bomberos ante la insistencia de quienes trataron de prolongar la algarada.
¿Y los políticos? El PP, como siempre, dio la callada por respuesta. El PNV apostó, a través de Ramiro González, por reivindicar el reconocimiento de los muertos y heridos como víctimas del terrorismo. EH Bildu prefirió acudir al monolito colocado frente a la iglesia de San Francisco de Asís donde Miren Larrion, candidata a la Alcaldía de Gasteiz, destacó el “ejemplo de lucha, diversidad y convivencia” que supone esta efemérides. Desde el PSE, el parlamentario José Antonio Pastor aprovechó una comparecencia ante los medios para “exigir justicia y reivindicar el valor de la lucha sindical”.