El alcalde regresa hoy a Zabalgana para inaugurar la nueva línea de autobuses (L-10) que a partir del viernes enlazará el barrio con Salburua pasando por el centro. Un recorrido más directo para los usuarios, que se pone en marcha casi con medio año de retraso. Javier Maroto regresa a Zabalgana sólo dos días después de su visita al inicio de las obras del centro cívico. Una visita que ha llevado la mofa al barrio tras ver los vecinos en los periódicos la pose del alcalde, junto a un operario y una máquina excavadora llevada hasta la parcela para realizar la primera cata del suelo para conocer hasta dónde llegaba la capa de vegetación. Zanja que, minutos después, cuando acabó el acto institucional, se tapó y la máquina abandonó el lugar dirigiéndose al solar de al lado, tal y como puede verse en las fotografías tomadas por los vecinos y colgadas en las redes sociales acompañadas de comentarios de que todo había sido un paripé.

Ayer, el PNV denunció en Urbanismo que lo del lunes fue una simulación de inicio de obra. El concejal Álvaro Iturritxa explicó que ni siquiera se trataba de una excavadora perteneciente a la empresa adjudicataria del centro cívico sino que se tomó prestada de unas obras cercanas para que Maroto se fotografiara durante el acto institucional. El PP, sin desmentir este extremo, asegura que el inicio de la construcción del centro cívico es real. Al margen del montaje escénico del acto, ayer continuaron las labores de vallado en la parcela y la instalación de las casetas, como también puede verse en las fotografías con las que el gabinete de Maroto da fe de que la obra no está parada. Desde la empresa constructora, la UTE Ferrovial Agroman y Onaindia, por su parte, explican que las primeras labores consistieron en tomar datos topográficos e iniciar el vallado de la parcela, tarea que durará diez días. El inicio de la obra se firmó el 9 de febrero, aunque los trabajos sobre el terreno no se hayan iniciado hasta esta semana por las adversas condiciones de nieve y lluvia.

La asociación de vecinos Zabalgana Batuz no quiso entrar en los jocosos comentarios a raíz del acto del lunes al que, por cierto, no fue invitada. Y aparte del atrezzo -conscientes de que en mayo hay elecciones-, Zabalgana Batuz asegura que lo importante es que la obra siga adelante para que el barrio pueda disfrutar a partir de 2017 de un centro cívico, que ya llega con años de retraso. El de Zabalgana será el número catorce de Vitoria y el que cierre la red impulsada por Cuerda. Antes, en primavera, se abrirá el de Salburua.