En la actualidad muchos de los hogares en Álava aplican medidas de ahorro frente a la crisis. Entre ellas, destaca la compra de los productos de alimentación más baratos con el fin de reducir la factura del supermercado. Varios estudios señalan que tres de cada cuatro consumidores han cambiado su manera de consumir dentro del hogar durante el último año con el fin de rebajar el gasto, y que seis de cada diez también han recortado en ocio o incluso, en gas y electricidad dentro del domicilio. Los gastos en teléfono o ropa también son víctimas de esta tendencia.

Los consumidores dedican de media unos 4.000 euros al año a productos de alimentación y bebidas no alcohólicas, según los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ésta se convierte en la segunda mayor partida del presupuesto familiar, después del gasto medio de 8.900 euros en vivienda, agua, electricidad y combustibles. Por lo tanto, encontrar la forma de conseguir economizar el gasto se antoja muy importante.

En la despensa de la mayoría de los hogares alaveses los productos de marca blanca siguen teniendo su espacio con el objetivo de estirar el dinero a la hora de hacer la compra. Se trata de aquellos artículos cuyo nombre se corresponde con el de la cadena de supermercados en la que se venden. Hay que tener en cuenta que mientras que las cadenas de distribución han bajado los precios de la cesta tipo en un 2,1% respecto al año pasado, la mayoría de enseñas ha optado por subir los precios de los productos de marca blanca, sobre todo, los que pertenecen a líneas ya asentadas en las baldas de los establecimientos. Sin embargo, y a pesar de ese repunte, la diferencia de precios sigue siendo notable.

DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha realizado la compra en dos locales de dos cadenas comerciales diferentes ubicados en la capital alavesa. Con una lista en la mano que incluía un total de 11 productos básicos, este rotativo se personó en los citados establecimientos y realizó las compras con el fin de comprobar in situ la capacidad de ahorro posible de una familia tipo según las elecciones que realiza en los lineales. La conclusión de este trabajo de campo -sin ningún tipo de pretensión científica y realizado de forma totalmente aleatoria-, es que un comprador puede llegar a ahorrar entre 20 y 25 euros en una cesta de la compra en el caso de seleccionar todos los productos de marca blanca o de optar por marcas de fabricantes.

Los artículos elegidos corresponden a las secciones de lácteos, charcutería, higiene, legumbres, limpieza y hogar. La lista incluye seis litros de leche entera, ocho yogures, 250 gramos de chorizo, un litro de aceite de oliva, un kilogramo de alubia blanca y otro de lentejas, una caja de galletas María, un champú y un gel de ducha, un detergente para lavadora de 36 cacitos y 12 rollos de papel higiénico.

En uno de los supermercados, la compra asciende a 44 euros con todos los productos etiquetados con marcas sonoras de las industrias agroalimentaria, cosmética y de higiene personal. Sin embargo, si la opción elegida se ciñe a la oferta de marca blanca (con características similares en cuanto a peso y otras cualidades), el ticket de la cesta puede llegar a reducirse hasta los 23,50 euros. Por lo tanto, supone una diferencia de 20 euros. En el caso del establecimiento de la segunda enseña comercial elegida para realizar este reportaje, si se adquieren los 11 artículos de la marca de la cadena, la cesta asciende a 25 euros. En cambio, la compra de los mismos productos de otras marcas eleva el precio hasta los 49 euros, con una diferencia de 24 euros. Las diferencias en ambos casos son sensibles.

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), una familia puede ahorrar de media casi mil euros al año en las compras diarias de productos de primera necesidad dependiendo del establecimiento elegido. Además, entre las comunidades autónomas también hay diferencias. Las más baratas son Murcia, Galicia y Andalucía, y las más caras son País Vasco, Navarra, Cataluña y Aragón.

Mercadona, Dia, Carrefour, Eroski y Alcampo, las cinco cadenas de distribución que concentran casi el 43% del gasto de la cesta de la compra, dominan el mercado de la marca blanca. Este concepto viene asociado a un menor precio, y a una forma de llenar las bolsas con productos del propio distribuidor para conseguir ahorrar. El caso es que este tipo de opción ya tenía su espacio en el mercado antes de la llegada de la crisis, pero ésta ha ayudado a su consolidación. De hecho, los últimos años de desgracias económicas han propiciado que los consumidores las tengan más en cuenta debido a la necesidad de ajustar el gasto familiar.

En 2013 las marcas blancas supusieron un 38% de las ventas, según un informe anual de tendencias de consumo. Concretamente, los productos que aparecen en los lineales patrocinados por las propias enseñas comerciales que los venden ganan terreno a las marcas de fabricantes en las categorías de cuidado del hogar y alimentación envasada. En la primera, la marca blanca acapara un 51% de las ventas. En cuanto al segundo epígrafe, los productos de distribuidor alcanzan el 43%. Desde la citada agrupación de consumidores también destacan que los productos blancos son los más consumidos en algunos sectores, por ejemplo en el caso de la leche.

¿Qué se vende más? ¿Comer bien sale caro? ¿Es posible comprar productos con la mejor calidad y ahorrar? ¿Interesa comprar alimentos de marcas blancas? Según un estudio de la OCU, en algunos productos predominan claramente las marcas de fabricante entre las mejores: yogures y leches fermentadas con fresas, magdalenas, huevos, fuet y lasañas congeladas. Por otro lado, abundan las marcas de distribución entre los productos de más calidad en las bebidas de té, las legumbres cocidas envasadas, los salteados de verduras congeladas, las cuajadas, las galletas maría y los cafés solubles. En el atún claro en aceite vegetal y entre los helados de tarrina, cuatro de cada cinco marcas mejor calificadas son las propias de los establecimientos, es decir, en estos productos los mejores son de marca blanca.