Laguardia - La muerte de las dos garduñas que aparecieron con signos de violencia en el término de Assa, en una cuneta de la carretera A-124, no ha debido inquietar a las instituciones responsables de la conservación de la naturaleza, ya que no ha surgido de esas entidades iniciativas públicas que traten de aclarar lo ocurrido. Los cadáveres de estos dos animales estaban depositados en un tramo viario en las inmediaciones del río Ebro, como si alguien los hubiera llevado hasta ese lugar y los hubiera dejado en el suelo sujetándoles por la cola. Ambos tenían sangre en diversas partes del cuerpo y en la boca, pero no aparentaban haber sido atropellados. Por el hielo que les cubría llevarían en el lugar no más de tres horas.

Tras el aviso que se dio al 112, SOS-Deiak pasó nota a la Diputación alavesa, según confirmaron a este diario fuentes del servicio de emergencias, quienes aclararon que los animales fueron retirados y que desconocían su especie, porque no habían recibido esa aclaración, ni la esperaban.

En la institución foral han confirmado que los animales fueron retirados por el Servicio de Recogida de Cadáveres, prestación que recae en una empresa contratada por el Departamento de Carreteras, que se encarga de retirar de la vía pública los restos de animales muertos. Sin embargo, esa solución es lo que ha extrañado, entre otros, a GADEN (Grupo Alavés de Defensa y Estudio de la Naturaleza), cuyo portavoz, Andrés Illana, portavoz también de Ekologistak Martxan Araba, se preguntaba “qué pasa con la Diputación. Aparecen dos animales de la fauna silvestre muertos y mandan a los que limpian las carreteras que no saben ni tienen por qué saber ni de qué especie se trata. Qué pasa con el Servicio de Biodiversidad, los guardas o el Centro de Recuperación de Martioda”.

Sea como fuere, Illana ha confirmado que colectivos ambientalistas se han interesado por el caso adelantado por este diario en su edición de ayer y hoy viernes se dirigirán al ente foral para tratar de obtener información que aclare las causas de la muerte de los citados animales, así como la peculiar forma de retirarlos de la carretera.

Este colectivo mantiene una intensa actividad de clasificación de la fauna existente en Álava y de sensibilización a través de las redes sociales. A ellos se debe la creación de una página web http://www.faunadealava.org/fauna_atlas_virtual.php?niv=3_1 donde entre otras muchas especies se ha marcado sobre los mapas el número de ejemplares de distintas especies de los que se tiene constancia. En concreto, la garduña aparece sobre todo el territorio histórico, aunque con muy pocos ejemplares, ya que sólo queda constancia de los cadáveres aparecidos o los avistamientos documentados, en total 134 ejemplares.

La garduña es un mustélido muy similar a comadrejas, martas o nutrias, por ejemplo. Por ahora no está en peligro de extinción. Sin embargo, desde organizaciones como Amigos de la Tierra se advierte de que sí se trata de una especie en claro proceso de regresión debido a la presión humana. De hecho, se sospecha que hay zonas en el Estado, como en la isla de Ibiza, donde la garduña ha desaparecido por la continua urbanización de espacios antes naturales.

Su territorio de caza es muy amplio, por lo que normalmente se desplaza por senderos y generalmente recorre todas las cimas y elevaciones que hay en él. Dentro de ese territorio dispone de varias madrigueras, que ocupa indistintamente. Éstas pueden estar situadas entre piedras, tocones de árboles viejos o grietas, por ejemplo. Durante el invierno suele frecuentar o instalarse en construcciones abandonadas o poco frecuentadas.

En Álava hay otros mustélidos que sí que están en riesgo de extinción, como es el caso del visón europeo. Para él hay un programa de conservación y de protección que ha permitido que en los últimos diez años haya aumentado la población en 21 individuos.