Las máquinas no dieron abasto para retirar toda la nieve que se acumuló en las carreteras de Rioja Alavesa, aunque tampoco se produjeron incidencias importantes gracias a la prudencia de los conductores. Pero en algunos casos, en las vías más cercanas a los pies de Sierra Cantabria, la nieve y el hielo obligaron a extremar precauciones y en Herrera a no circular por su peligrosidad. Por contra, el agua asumió todo el protagonismo, especialmente en los pueblos ribereños próximos al río Ebro. Ese cauce fue el que ocasionó las mayores preocupaciones por la impresionante avenida que se fue materializando a lo largo de la noche del sábado al domingo. En Baños de Ebro, la riada volvió a superar la carretera, en la zona de captación de agua para regadío, donde alcanzó una gran superficie ocasionando incluso algunos problemas a la central hidroeléctrica que se encuentra enfrente, en término de Torremontalvo.
Más adelante, en Elciego, el río también se desbordó en numerosos lugares: primero en la gran llanada que comparten el territorio con la localidad riojana de Cenicero. A la altura del puente que une las dos localidades, el merendero de Elciego quedó completamente sumergido y el agua anegó la depuradora, así como numerosas casas de campo.
En la zona de Buicio-La Poveda, entre Laguardia y Lapuebla de Labarca, el Ebro también saltó a tierra en el primer caso pasando por encima del puente que sirve de paso en la central eléctrica y hasta llegar a los viñedos, donde era imposible pasar. También anegó la zona de juegos del parque que allí se instaló.
El paso por Lapuebla de Labarca se convirtió en un auténtico espectáculo para los fotógrafos armados con todo tipo de cámaras. Allí el agua entró en la almazara en el lado alavés y en la otra orilla arrasó con una chabola y con el huerto que tenía al lado. La crecida fue tan enorme que llegó a la puerta de la central hidroeléctrica que hay antes de Los Riscos, a casi tres metros de altura sobre el nivel normal, ocultando el camino de baldosas que une ese lugar con el monumento a la barca que da nombre a la localidad. Tanto en Los Riscos como en el talud del propio pueblo se produjeron desprendimientos de rocas, sin que alcanzaran a nadie.
Más adelante, en el término de Assa, el agua llegó casi a la carretera. Las traseras del hostal que hay en ese lugar quedaron completamente cubiertas por el agua y resultó afectado un coche que no se puso rescatar. A partir de ahí, el Ebro superó con creces sus márgenes habituales, creando un inmenso mar desde Mantible hasta la salida de Logroño.
Aunque no se han podido evaluar los daños, una vez que remita el temporal se podrá ver el efecto del agua y la nieve sobre el territorio. En el segundo de esos casos la incidencia no resulta negativa, ya que la cantidad de nieve que, de momento, ha caído resulta positiva para el mantenimiento de los acuíferos del subsuelo y por lo tanto para los cultivos. Además, tanto los viñedos como los olivos se encuentran en fase de reposo, por lo que no se espera ningún daño en ese sentido, según comentan los agricultores de la comarca. Otra cosa serán los efectos del agua y de la humedad sobre la red de comunicaciones.