Amurrio sigue sin disponer de datos sobre el estado de conservación de los muros del antiguo hospital de peregrinos que, por abundante documentación histórica en torno a su funcionamiento, se sabe que existió junto a la actual ermita de San Antón (construida en el siglo XIX sobre los restos de otra anterior citada en 1570). Las catas realizadas, por algo más de 9.000 euros y de forma previa al inicio de las ya anunciadas obras de sustitución de la cubierta de esta plaza, “no han sacado a la luz restos arqueológicos, por lo que nos tememos que en la intervención de 1983 -cuando se peatonalizó el entorno de la ermita y se construyó el actual espacio cubierto en forma de u- se entró a degüello”, explica a este diario la alcaldesa, Josune Irabien.

La realización de estos sondeos tenía por objeto, precisamente, descubrir lo que se escondía bajo tierra para proteger los hipotéticos restos de la nueva obra. De ahí que sólo se hayan realizado catas en las ocho áreas afectadas por las zapatas de cimentación de la nueva estructura, ya que en los huecos resultantes -de un metro de profundidad- se colocarán las citadas bases de sujeción de la nueva cubierta. En el resto de la superficie de la plaza se sustituirá el pavimento actual por otro nuevo, pero eso no afectará al subsuelo.

Así las cosas, las obras que dotarán a Amurrio de un espacio multifuncional y cubierto, de 432 metros cuadrados (un 10% más que ahora), en pleno centro urbano, comenzarán en breve. “El arquitecto habla de la segunda semana de febrero, pero queremos agilizar los trámites para que la obra culmine antes de las elecciones de mayo”, apunta Irabien.

Las prospecciones arqueológicas no han afectado al mercado de los viernes que, en cambio, sí tendrá que trasladarse durante los tres meses que se estima durarán las obras de sustitución de la cubierta. Desde el Consistorio se ha pensado hasta en tres alternativas o posibles localizaciones, decantándose finalmente por dos zonas peatonales. De esta forma, los puestos de comida estarán colocados en la zona de la calle Larrinaga, y los de textil en la que va desde el paseo del Guk hasta Elexondo. Desde el Ayuntamiento de Amurrio se pide “paciencia” a los vecinos, y se recuerda que, tras la finalización de la obra, el mercado de los viernes volverá a la plaza San Antón.

Cuando eso ocurra se encontrarán que la actual estructura ha sido demolida en su totalidad para dar paso a una techumbre de 4,10 metros de altura y de policarbonato compacto, “un material translúcido, reciclable y resistente que permitirá el paso del sol”, y con un plano inferior de lamas de madera que procederá del entorno más cercano a Amurrio.

nuevas oportunidades En el techo de la cubierta se dispondrán luminarias lineales tipo LED que serán complementadas por proyectores de luz en el entorno ajardinado de la ermita para realzar sus muros de piedra. Además, la plataforma horizontal mantendrá una distancia suficiente del templo, remitiendo al pasado rural y otorgando al edificio todo el protagonismo como elemento diferenciador del entorno. Con este proyecto Amurrio ganará un espacio cubierto céntrico y multifuncional, ya que permitirá diferentes usos, tales como escenario de juegos para la población infantil, o la celebración de conciertos y cine de verano, sin olvidar el ya citado mercado ambulante de los viernes.

Hechos. El Ayuntamiento decidió excavar en busca de los restos del antiguo hospital de peregrinos antes de ejecutar las obras para modificar sustancialmente el espacio de la plaza de San Antón. Se tiene constancia de su existencia pero, en principio, las catas arqueológicas efectuadas para dar con los restos no han encontrado nada. Se teme que unas obras previas, las realizadas para peatonalizar la zona, dieron al traste con los posibles cimientos de la estructura que había en la zona.