pueden pedírselo más alto, pero no más claro: “Debe parar ya”. Las familias del colegio Ramón Bajo, ubicado en pleno corazón del Casco Viejo y uno de los grandes ejemplos del triunfo de la integración social en Vitoria, han enviado una dura carta al alcalde de Vitoria, Javier Maroto, en la que le piden que ponga punto final a su campaña y sus declaraciones contra los inmigrantes magrebíes, con quienes sus hijos e hijas conviven día a día.

Y lo hacen, entre otras cosas, porque temen que “las consecuencias de seguir etiquetando de manera negativa a estos grupos ante el resto de la ciudadanía repercutan a largo plazo” tanto en los propios alumnos como en el resto de los ciudadanos de Vitoria. “Nuestra escuela hace una labor enorme a favor de la convivencia y la cohesión social. Las familias nos conocemos, nos respetamos y nos estimamos. Nuestros hijos e hijas aprenden esos valores, ese respeto y esa convivencia. Flaco favor nos hacen los políticos que provocan lo contrario”, lamenta la Asociación de Padres y Madres Basartea del Colegio Público Ramón Bajo en el texto dirigido a Maroto, al que ha tenido acceso este periódico.

El pasado verano el alcalde popular iniciaba su cruzada contra los inmigrantes magrebíes y argelinos, a los que desde entonces señala una y otra vez porque “la mayoría vive de las ayudas sociales, a diferencia de los latinos” -los primeros no tienen por cierto derecho a voto en las próximas elecciones municipales, a diferencia de peruanos, bolivianos, colombianos o ecuatorianos, que sí podrán votar en Vitoria-.

Ante esta tesitura, con Maroto enrocado en esta campaña como denominador común de su estrategia preelectoral, los padres y madres del colegio ubicado en el Casco Viejo instan al primer edil a poner punto final a sus declaraciones “por las consecuencias negativas que puede provocar en la convivencia diaria”. La AMPA recuerda al primer edil que “en nuestro centro escolar, igual que en muchos otros, hay familias de diversos orígenes, entre ellas magrebíes, y la convivencia es tan buena como lo es en cualquier otro colegio”.

alcalde y su origen árabe “La realidad no coincide de ninguna manera con su reproche de que existen grupos que no se integran”, subrayan al alcalde, al que de forma muy certera recuerdan que “la palabra alcalde, como tantas otras, es de origen árabe, ejemplo de que el conocimiento mutuo y el intercambio son enriquecedores”. Por si acaso, las familias del colegio gasteiztarra, que hace un año por estas fechas recibía la visita de Maroto y el resto de la Corporación municipal para inaugurar la reforma acometida en su planta baja, dejan claro al mandatario del Partido Popular que “naturalmente”, están “en contra del fraude que pueda haber a la hora de conceder ayudas sociales”, así como “de otro tipo de fraudes, algunos de enorme envergadura”. “La tarea del Ayuntamiento es perseguir el fraude, no poner en riesgo la convivencia diaria”. Así las cosas, en el Ramón Bajo quieren “como comunidad escolar” recordar al alcalde “su posición y su influencia” como representante de todos los gasteiztarras.

El colegio público Ramón Bajo se ha convertido durante la última década en uno de los grandes baluartes de Vitoria en lo que al trabajo de integración y cohesión social y escolar se refiere. Desde su ubicación en el Casco Viejo, sus responsables han conseguido conciliar curso tras curso la unión de estudiantes locales e inmigrantes de distintas nacionalidades. Una labor educativa en la que además han logrado implicar a toda la comunidad del barrio y que confían siga transcurriendo como hasta ahora pese a los intentos en su contra.