navaridas - Los vecinos de Navaridas no están de acuerdo con el diseño de la obra realizada en la entrada de la localidad por la carretera A-3212. Aunque han asumido que el vial no se va a cambiar ahora, una vez terminado, sí quieren dejar constancia de que prácticamente todos están en desacuerdo con la obra auspiciada por la Diputación Foral de Álava, gestionada por el PP. Ana Fernández y Mari Mar Durán, entre otras personas, son las que vieron cómo una carretera de acceso a su pueblo que estaba hecha en línea recta se cambiaba para tener dos curvas que ellas califican de “muy peligrosas”.
El pasado verano, que es cuando se acometió el proyecto definitivo de los accesos a Navaridas, los vecinos vieron que lo que hasta ese momento era una entrada cómoda y sin peligros, de repente se convertía en un trayecto que daba miedo. Ese estado de cosas animó a un grupo de personas a organizar una recogida de firmas “para denunciar lo que consideramos un empeoramiento de la vía tras la obra, con más sensación de peligro y de inseguridad”.
El documento lo rubricaron la práctica totalidad de vecinos, unas 200 firmas. Se presentó en el Ayuntamiento y en el Registro de la Diputación Foral de Álava, instituciones ambas tuteladas por los populares alaveses. Desde la Corporación municipal se organizó un encuentro en Vitoria con la diputada foral de Obras Públicas y Transportes, Alicia Ruiz de Infante, quien recibió a una delegación conformada por los rectores municipales, que estuvieron acompañados por varios vecinos que acudieron para exponer sus inquietudes sobre el trazado, especialmente por las curvas que, supuestamente, se habían proyectado para reducir la velocidad de entrada de los vehículos y con ello evitar accidentes.
En aquel encuentro se acordó que la diputada y sus técnicos se desplazarían a Navaridas para comprobar in situ el estado que denunciaban los vecinos Y así se hizo el pasado 16 de septiembre.
En concreto, un técnico realizó un recorrido en coche junto con vecinos de Navaridas. La intención era mostrar el recorrido y la conveniencia de hacerlo como se estaba ejecutando. Asimismo, otro técnico revisó un camino afectado por la obra, junto a residentes que lo habían pedido. Finalmente, la diputada y el alcalde mantuvieron un encuentro en la Casa Consistorial con un buen número de vecinos, alrededor de 60, y con tres de los cinco representantes del Ayuntamiento.
En síntesis, los vecinos plantearon tres bloques de inquietudes. Una primera estuvo dedicada a la falta de visibilidad que se sospechaba que podía quedar tras la obra en el enlace de la carretera A3212 con el ramal de acceso a Navaridas. La segunda radicaba en la percepción de la falta de seguridad vial que se puede producir con la curva que se ha diseñado y que podría poner en riesgo a los peatones que circulen paseando por la carretera o a los propios vehículos. Finalmente se planteó que tanto en el cruce como en las curvas podrían aparecer problemas con el hielo que acostumbra a surgir en los duros inviernos que padece el territorio histórico.
Las respuestas que se dieron, tanto por parte de la responsable de Obras Públicas, como por parte del diputado general, Javier de Andrés, que se sumó más tarde al encuentro, no dieron satisfacción nadie. Y es que tras la visita al lugar los representantes forales argumentaron que “era obligatorio rebajar el desnivel anterior del 12%. Para ello se realizó la faraónica obra para conseguir... ¡Un 11%! Y con dos enormes curvas donde nunca las hubo. Nos dicen que las curvas no son peligrosas en sí mismas, y los usuarios creemos que menos lo son las rectas”, explican a este diario las dos portavoces de este movimiento vecinal. Por último, las mismas comentan que “nunca se constataron accidentes en el antiguo trazado, pero el actual nos parece más peligroso”.
Ahora la carretera está terminada y saben que “con la Diputación hemos topado. Ya no se puede modificar nada”, Y aunque reconocen que se ha realizado un ensanche de la calzada y ya se han colocado los quitamiedos, la serpenteante carretera se ha quedado como nadie en Navaridas quería.