oion - Un año más, aunque este con mayor intensidad, el frío y el agua fueron los peores enemigos de las fiestas de San Vicente y San Anastasio y los revolcones del Katxi o Cachi, como reza en su chaqueta, se tuvieron que realizar sobre una enorme lona de plástico que los operarios del Ayuntamiento extendieron en la calle para protegerle. A esto se añadió que era un día de labor y que el aguanieve arreció desde el momento que el alcalde salió de la Casa Consistorial para recibir al diputado general y a otros miembros de su equipo, por lo que los actos fueron seguidos por una cantidad de personas sensiblemente inferior a otros años.

La jornada comenzó de madrugada con los aurores. El relevo lo hicieron los gigantes y cabezudos, que se asomaron a la calle sólo un momento por el agua. Tras la recepción de autoridades, tuvo lugar el primer revolcón del Katxi. El segundo se produjo tras la misa y el prendido del torito, que salió despedido, no así el personaje que lo acompaña. - P.J.P.