gasteiz - La comisión que investiga las actuaciones más controvertidas de Arabako Lanak, la sociedad foral encargada de contratar y realizar obras en el territorio, reanudó ayer sus trabajos con un nuevo asunto de interés sobre la mesa. Superada la polémica de la semana pasada, con la primera petición de dimisión del diputado de Administración Local, Javier Ruiz de Arbulo, mediante, el foro constituido en las Juntas Generales analizó ayer un proyecto de obra fantasma encargado a comienzos del pasado 2014 por el Ayuntamiento de Labastida, gobernado por el popular Ignacio Gil Orive, para urbanizar el barrio de Otero de esta localidad. Fantasma porque, tal y como ya reconoció en su día Ruiz de Arbulo, compañero de filas de Gil Orive, éste fue encargado de manera verbal, sin ninguna petición formal por escrito, y el giro de su factura, más de 17.000 euros, se demoró de forma sospechosa en el tiempo. Ruiz de Arbulo aseguró en una comparecencia anterior que “apalabrar” encomiendas de este tipo es una práctica habitual y que el hecho de que la factura no se girase se debió a que el gerente de Arabako Lanak se encontraba de baja.
Para rizar el rizo, un informe técnico de la Secretaría del Ayuntamiento de Labastida advirtió posteriormente de la imposibilidad de pagar por este proyecto de obra, que entre otras cosas incluye una memoria, los planos o los presupuestos con vistas a la licitación posterior, al no existir una encomienda de gestión al uso. El proyecto, incluido en el Plan de Obras y Servicios, sí que fue realizado.
Ante estas evidencias, la comisión acordó ayer solicitar a la Diputación alavesa un informe jurídico en el que se aclare la legalidad -o no- de este proceder y las responsabilidades de las partes implicadas. Además, ha pedido también a Arabako Lanak una relación detallada de los Ayuntamientos -si la hay- en los que se haya actuado de forma similar. El relato de los hechos habla también de que, tras la encomienda verbal realizada por Gil Orive a Arabako Lanak, el Ayuntamiento de Labastida encargó la asistencia técnica de estos trabajos a una empresa que todavía no se había constituido, Eraizer.
Finalizada la comisión, el juntero del PNV Kepa Aldama advirtió en declaraciones a DNA que “lo que es evidente es que esta situación es irregular o como poco, anormal”, porque en caso de eximirse del pago al Consistorio de Labastida “cualquier Ayuntamiento podría pedir encargos a Arabako Lanak de forma gratuita”.
El grupo juntero de EH Bildu, que puso el foco sobre este caso por primera vez hace algo menos de un año, insistió ayer en sus argumentos una vez analizada la documentación ante el resto de grupos. “Hacer una encomienda de gestión sin que figure por escrito ni tenga el respaldo del Pleno municipal parece una práctica irregular, no habitual y que habrá que ver si era legal”, aseguró el juntero Patxi Martínez de Albéniz, que puso el foco de nuevo en las “prácticas clientelares” derivadas de la gestión de Arabako Lanak. “Se aceptan encargos de palabra, se hace un agravio comparativo con el resto de localidades de Araba y, por si fuera poco, se les perdona después las facturas”, añadió.
Los trabajos de la comisión, que ayer escuchó también a un extrabajador de Álava Agencia del Agua, se reanudarán mañana con el análisis de un nuevo caso que decidirán in situ los propios grupos.