gasteiz - La dialéctica, por llamarlo de alguna manera, que se desarrolla entre el Ayuntamiento, por un lado, y los propietarios de viviendas de Errekaleor que no quieren marcharse y las decenas de jóvenes que han ocupado el barrio para revitalizarlo, ha sufrido un salto cualitativo. El pasado jueves, una patrulla de la Policía Local vitoriana acudió al barrio e identificó a dos jóvenes. Los agentes, señalan los okupas, aseguraron que no tenían nada en contra de nadie y que se limitaban a cumplir las órdenes de “identificar a todos los que andan por aquí”.

Ante la presencia policial, de las casas ocupadas salió más gente para respaldar a los jóvenes que estaban identificando los policías, que intimidados en cierta medida por la concentración humana allí presente, pidieron refuerzos. Llegaron cinco patrullas, y el clima conciliador dio paso a maneras “violentas y poco respetuosas”. Los agentes pusieron en fila a una decena de jóvenes y los identificaron.

Nada de esto es casual. La plataforma Errekaleor Bizirik llegó al barrio hace ya año y medio y en este tiempo ha ido regenerandolo sin mayor intervención por parte del Ayuntamiento. Mientras, los trece propietarios que persisten en su idea de vivir en Errekaleor agotaban los plazos administrativos antes de verse forzados a desalojar sus hogares. Sin embargo, en este mes de enero, Ensanche 21 ha dado un ultimátum a los dueños de viviendas, y algunos de ellos se niegan a firmar la renuncia a su vivienda por mucho que la sociedad pública les indemnice.

Ayer, los miembros de la plataforma y algunos de los propietarios de viviendas convocaron a los medios a un hamaiketako reivindicativo para dar a conocer su situación y anunciar, ante el giro que van tomando los acontecimientos, que tienen la intención de permanecer en el barrio. El llamamiento persigue buscar apoyos entre la ciudadanía de Gasteiz, y dotar de consistencia a las movilizaciones que se organizarán si finalmente hay un intento de desalojo.

“Las nuevas vecinas de Errekaleor (la plataforma ha optado por utilizar el género femenino para referirse a sus miembros) han entendido como legítima la desobediencia a unas reglas del juego que les han sido impuestas y con las que no están de acuerdo”, señalaron los portavoces del colectivo, Jonbe Agirre y Eva Barroso, hermana de Romualdo, una de las víctimas mortales de los sucesos del 3 de marzo de 1976 y exvecina, como el resto de su familia, del barrio vitoriano.

Los miembros de la plataforma reivindicaron la recuperación de las viviendas que habían sido saqueadas, el nuevo uso al frontón, el cultivo, medio siglo después, de la huerta que un vecino de Errekaleor sembró en los primeros años de vida del barrio, la restauración del cine... Precisamente ayer, los nuevos vecinos del barrio hicieron un alto en el auzolan que en este mes de enero se está dedicando a regenerar el viejo bar del barrio. Así, la rueda de prensa se desarrolló entre cubos de pintura, monos de trabajo, piquetas y brochas.

Pese a que la llegada de la plataforma ha devuelto la vida a un barrio moribundo, denunciaron, “la empresa municipal Ensanche 21 sigue prosigue en su tentativa de derribar el barrio”, y “se reitera una vez más en expulsar a las últimas propietarias legales de sus casas”. “Nos calumniarán, nos atacarán e intentarán restar legitimidad a la labor de estas jóvenes”, concluyeron.