aiaraldea - El ganado caprino es muy útil cuando se trata de limpiar los montes porque las cabras son capaces de comer cualquier tipo de planta, incluso las espinosas, con lo que en algunas circunstancias sí resultan beneficiosas. Pero esta capacidad se convierte, a menudo, en un inconveniente, porque cuando no hay malas hierbas estos rumiantes también acaban con las buenas. De ello algo saben los vecinos de la zona rural de Llodio que, en las últimas semanas, han hecho público su enfado por los daños que están originando las cabras sin control a sus montes, pastos y cultivos; aunque no sean los únicos animales que les ocasionan quebraderos de cabeza, ya que los jabalíes también están causando importantes destrozos en la zona.
Por ello, han solicitado al Ayuntamiento que tome cartas en el asunto y adopte medidas de control de pastos, de cara a impedir estos daños en sus propiedades. Y es que los vecinos afectados denuncian que muchas cabezas caprinas, procedentes tanto de Álava como de Bizkaia, ya que los animales no entienden de fronteras, andan sin control y a su aire por el monte, donde arrasan con todo lo que encuentran.
En concreto, demandan que cuando se autorice carga ganadera, el Consistorio sea escrupuloso con la aplicación de la norma foral. De igual forma, reclaman a los propietarios de cabañas ganaderas caprinas que mantengan a estos animales en sus propios pastos vallados para que no puedan acceder al monte.
Una solución sería hacer como en el vecino Amurrio, donde ya hace casi un lustro el Ayuntamiento adoptó la drástica decisión de cerrar el acceso a los pastos públicos a todo ejemplar de la raza caprina, ya sea macho o hembra, por los daños que estaban causando a las plantaciones forestales estas reses, de las que en 2009 llegó a haber 256 ejemplares haciendo uso del casi centenar de hectáreas de pasto abierto que existe en esta villa ayalesa.
El caso es que esa superficie se desbroza y abona cada año con el fin de obtener un alimento que pueda satisfacer las necesidades del ganado que pasta en la misma y para que se traduzca en un eficiente sistema de producción y productividad compatible con la conservación y mejora del entorno.
En este sentido, cabras y chivos podrían volver al monte público siempre que sea para un área forestal concreta que, estando necesitada de una regeneración por exceso de maleza o riesgo de incendio, pueda ser objeto de este tipo de pastoreo. Sólo en este caso se concedería una autorización municipal expresa, tras la correspondiente del Servicio foral de Montes y previa redacción por parte del ganadero interesado de un proyecto técnico. De momento, no se ha otorgado ninguna.
Los que sí están haciendo uso de los pastos existentes en el monte público de Amurrio son 16 ganaderos, con un total de 361 cabezas de ganado. En concreto, la cabaña de ovino es la más numerosa con 207 animales, de los cuales 69 pastan en los pastizales de Peña Negra, Eskorla y Bardaola, y 83 pacen entre pinares. Al ovino le sigue en importancia el vacuno con 126 ejemplares, de los que 103 son vacas y 23, novillas menores de dos años.
En torno a medio centenar pastan en Peña Negra y otras catorce, entre pinares. El que menor presencia tiene en el monte amurrioarra es el ganado caballar, con 28 yeguas, de las que 23 aprovechan los pastos entre pinares. A todas ellas hay que sumar las 28 cajas con panales para la producción de miel.