osakidetza atraviesa por un final de año caliente debido a la alta conflictividad laboral. Y como punto álgido, el ente público vivirá este próximo jueves una jornada de huelga general con la que los sindicatos aspiran a paralizar los centros sanitarios de todo Euskadi. Un paro, el quinto en apenas un mes, que seguirá a distintas movilizaciones parciales de baja incidencia y que ahonda en la ruptura entre la dirección de Osakidetza y la parte social. Todas las fuerzas sindicales con representación en la Sanidad vasca, ELA, Satse LAB, SME, CCOO, UGT y ESK, van de la mano. Las fórmulas para consolidar el empleo público en Osakidetza y todas sus derivadas económicas y sociales originaron y perpetúan el desencuentro.

La última reunión de la mesa sectorial del pasado lunes 24 volvió a poner de relieve que las posturas se encuentran muy alejadas entre ambas partes. Tras el encuentro, el director de Recursos Humanos de Osakidetza, José María Armentia, precisó que la jornada laboral del año 2015 se mantendrá en las 1.614,5 horas, como en el resto de la Administración vasca, y aseguró no entender la posición de unos sindicatos a su juicio inamovibles, al tiempo que el ente público “mejora sus posiciones”. “Para llegar a acuerdos hay que ser capaces de moverse y por ahora parece que sólo Osakidetza está siendo capaz de hacerlo. Estamos dando pasos adelante y poniendo sobre la mesa nuevas medidas, pero la respuesta de los sindicatos siempre es no”, lamentó Armentia.

En su última propuesta, que se marcó el “doble reto de consolidar el empleo y mejorar la calidad de la contratación reduciendo la temporalidad en un 18 % y elevando la interinidad en esa proporción”, el directivo avanzó la posibilidad de convocar una nueva OPE para el año 2016 -que se sumaría a las de este año y 2015- con un planteamiento “incluso más allá de la tasa de reposición permitida por el Gobierno español”. La dirección se comprometió también a aumentar en 20 plazas más la OPE de 2014, cuya convocatoria aún está pendiente, hasta las 374.

Los sindicatos, tras conocer esta última oferta, tildaron las propuestas de la dirección como “insuficientes” o como un “brindis al sol”, dejando clara su intención de continuar con los paros previstos. Primero, con la huelga parcial desarrollada en Bizkaia el jueves 27 y que hasta ahora ha sido la más seguida de todas las convocadas, con un 8% de incidencia según los datos oficiales. Después, con la huelga general de esta semana. De un otoño caliente a un invierno “abrasador”, según advirtió un portavoz del sindicato mayoritario, ELA, tras la reunión. Al margen de sus reivindicaciones laborales, las centrales han denunciado después de todas las movilizaciones los “abusivos” servicios mínimos que ha impuesto el ente público, lo que ha restado incidencia a los paros.

las premisas Elena Gerenabarrena, representante de ELA, recuerda las cuatro “premisas” que las centrales han marcado en la mesa de negociación para llegar a un acuerdo: “Que Osakidetza presente un plan real de empleo para consolidarlo; volver a los criterios de sustituciones de 2010, que se basaban en sustituir las bajas desde el primer día; volver a las 1.592 horas anuales; y hacer efectiva la convocatoria de desarrollo profesional de 2011”, enumera.

A juicio de esta trabajadora de Txagorritxu, la propuesta que actualmente hay sobre la mesa supone “una tomadura de pelo” y, en ese sentido, se encuentra “muy lejos” de las pretensiones de la mayoría sindical, que denuncia las crecientes cargas de trabajo en los servicios debido a las vacantes vegetativas y la elevada temporalidad de los contratos. “Con su propuesta, la eventualidad va a seguir estando igual y después crecerá”, advierte Gerenabarrena, quien avanza que el paro previsto para esta semana “va a ser mucho más efectivo, sin ninguna duda”, que los desarrollados anteriormente.

El de Álava celebrado el jueves 13, por ejemplo, se quedó en un seguimiento del 5,1% según los datos de Osakidetza. Sin embargo, según denuncia Gerenabarrena, “en los días de huelga, curiosamente, se engordan las intervenciones quirúrgicas, se sustituye a gente que hace huelga cuando nunca se hace y los eventuales tienen muchas dificultades para mostrarse”.

Desde el segundo sindicato más representativo, el de enfermería, Arantza Sierra identifica los servicios que debido a las “carencias” de personal están sufriendo más en los últimos tiempos en el caso de Álava: “Las Urgencias, sobre todo las de Txagorritxu y las pediátricas, seguramente porque las consultas externas están situadas al lado. También las UCIs y la atención primaria, que tienen elevadas cargas de trabajo”, enumera la representante de Satse.

Según asegura Armentia, “la negociación está totalmente rota” a día de hoy y califica como “irrisorias” las OPE puestas sobre la mesa por el ente público, que en el caso de 2015 tendría 594 plazas, y un número sin determinar para el siguiente. Un “mínimo”, en total, de 1.600 plazas, según prometió ayer mismo el consejero de Salud, Jon Darpón. “Estamos decepcionadas porque, con voluntad por parte de Osakidetza, podríamos haber evitado estos paros. Nuestra intención no es perjudicar a los pacientes”, advierte la representante de Satse.

Entretanto, la representante del sindicato LAB, Edurne Agirre, denuncia que, debido a los “importantes déficits” de plantilla, “la sociedad también se está dando cuenta de los recortes en la calidad asistencial”. Esta trabajadora del Hospital Santiago también apunta a los servicios de Urgencias del HUA como puntos calientes de la presión asistencial, a los “muy cortos” tiempos que los profesionales de primaria tienen para atender a sus pacientes o a los “problemas” añadidos derivados de la fusión de los dos hospitales de Gasteiz.

Sobre la última propuesta de Osakidetza, Agirre censura que ”no hay avances importantes”, al margen del leve incremento de plazas para la OPE de 2014. A pie de centro, “el ambiente se está calentando mucho, porque hay presión y no hay que olvidar que trabajamos con personas. Al igual que las otras dos representantes sindicales, Agirre cree que la movilización de este jueves aspira a ser “un éxito” para la parte social, a diferencia de lo sucedido en las anteriores.