vitoria - Menos de dos semanas después de que PP y PSOE vetaran en el Congreso de los Diputados la anexión de Trebiño a Álava, el debate en torno a la integración del enclave en el territorio volvió a capitalizar ayer la actualidad política local. En este caso lo hizo en el seno de otra Cámara legislativa, las Juntas Generales de Álava, donde el tradicional Pleno de Santa Catalina trató de forma monográfica esta vieja reivindicación. Una vez más, tras el debate, volvieron a quedar claras tanto la posición unánime de las formaciones alavesas en favor de la anexión de Trebiño por una cuestión meramente pragmática como la ambigüedad del PP, que se desmarcó de una nueva moción conjunta de la oposición en ese sentido. El Pleno también puso de manifiesto las contradicciones de unos socialistas que en Euskadi apoyan la integración de Trebiño a Álava sin ambages, a diferencia de lo que sucede al otro lado del Ebro.
El PNV, impulsor del debate de ayer en torno a Trebiño, sumó sus votos a los de EH Bildu, PSE y EB en una moción pactada que, a través de cinco puntos, exige seguir dando pasos para que la integración de Trebiño en Álava sea por fin una realidad, pese al reciente varapalo sufrido en Madrid. En uno de sus puntos más significativos, las Juntas “se comprometen a tratar a Trebiño como la octava cuadrilla del territorio histórico” y, además, emplazan a las instituciones vascas y alavesas a trabajar en esta dirección.
Los cuatro grupos de la oposición en la Cámara foral manifestaron también de nuevo su “decisión institucional” de que Trebiño se incorpore a Álava, rechazó “la falta de colaboración” del diputado general, Javier de Andrés, en la resolución de este contencioso y censuró “la actitud del Congreso de los Diputados”, de PP y PSOE, por no admitir a trámite la propuesta de debate presentada el pasado 18 de noviembre por el Parlamento Vasco. En un último punto, jeltzales, soberanistas, socialistas y EB instaron a la Diputación a comunicar a la Diputación de Burgos y a las Cortes de Castilla y León “la voluntad y la decisión” de las Juntas de incorporar los dos ayuntamientos del enclave, Trebiño y La Puebla de Arganzón, a Álava.
Durante sus intervenciones, los portavoces de la oposición insistieron en argumentos ya de sobra conocidos para exigir que Trebiño se integre en la provincia cuanto antes. Ramiro González (PNV), primero en tomar la palabra desde la tribuna de oradores, calificó como un “sinsentido en pleno siglo XXI” la situación de Trebiño y mostró su “decepción y tristeza” tanto por la ausencia de De Andrés en el reciente debate de Madrid como por la actitud de PP y PSOE al cerrar las puertas a la anexión.
“Después del rechazo del Congreso, nos toca pronunciarnos, y no queda otro pronunciamiento que el apoyo expreso a Trebiño”, animó al resto de la Cámara antes de pactarse el texto conjunto. A juicio de González, los pactos que mantienen la CAV y Álava con Castilla y León para garantizar los servicios básicos a los habitantes de Trebiño deben pasar ya a formar parte del pasado. “La firma de acuerdos y convenios es un parcheo que no soluciona nada”, zanjó.
Entretanto, Gorka Ortiz de Guinea (EH Bildu) censuró la última “imposición” fraguada en Madrid, “un auténtico despropósito”, y calificó como “prioritario buscar una solución definitiva a este problema medieval”, que equipara a los vecinos del enclave con los “vasallos”.
Al igual que su compañero de filas y candidato a próximo diputado general de Álava, Kike Fernández de Pinedo, Ortiz de Guinea apostó por abrir “la vía de los hechos” para acelerar la integración a través de una “hoja de ruta que no arranca de cero”.
Desde las filas socialistas, Cristina González incidió en que la anexión de Trebiño a Álava “es un tema de sentido común” y apeló también a “generar soluciones y no aumentar los problemas” para lograr este objetivo. “Con Trebiño, la política está fracasando y no nos podemos resignar”, advirtió la también candidata a diputada general de Álava, quien aseguró que su formación, al menos en el ámbito territorial, “seguirá trabajando” para lograr la integración “sin descartar ninguna vía”.
Nerea Gálvez (EB) propuso, precisamente, una vía concreta para dar solución al problema de Trebiño, impulsar una consulta vinculante, aunque por de pronto fue rechazada por los propios socialistas. “Lejos de achantarse, hay que ver esto como una oportunidad”, incidió Gálvez, quien recordó que “no es que Álava tenga un afán conquistador, sino que los treviñeses han tocado esta puerta”.
El grupo popular en las Juntas, pese a defender la integración de Trebiño en Álava “de pleno derecho”, apeló a los mismos argumentos utilizados por su partido y el PSOE en Madrid para rechazar esta última vía de solución explorada. Populares y socialistas, en concreto, consideraron entonces que la anexión no puede hacerse mediante una Ley aprobada en las Cortes de Madrid que “vulnera” el Estatuto de Castilla y León y que no debe tomarse en consideración por razones de “inconstitucionalidad”.
Ana Morales advirtió que promover la modificación del Estatuto de la comunidad vecina sin el consentimiento de ésta “es un camino muy peligroso”, una postura idéntica a la mantenida hasta ahora por la Diputación alavesa -en manos de su propio partido-, y advirtió de que la propuesta llevada a Madrid “no era la solución real”. Morales acusó al resto de grupos de “vender humo” y de “politizar” la situación de Trebiño y, sin aportar ninguna propuesta concreta, llamó a promover un “clima de diálogo y consenso”. “La solución tiene que pasar por una propuesta que no genere ni vencedores ni vencidos”, advirtió la representante popular.