gasteiz - Partida a partida, epígrafe a epígrafe, los miembros del Gobierno foral se empeñaron ayer en dotar de solemnidad a sus comparecencias ante la comisión de Hacienda de las Juntas Generales de Álava. Su misión consistía en desgranar al detalle el gasto y las inversiones previstas en la propuesta presupuestaria elaborada por el Gabinete De Andrés para sus respectivos departamentos en 2015. Cada cual, fiel al guión que impone la legislación vigente, explicó las líneas básicas de un documento económico que está muerto antes de nacer. No en vano, el Ejecutivo popular ha sido incapaz hasta la fecha -por desidia, por cálculos electorales internos o por su escasa capacidad de generar empatía entre el resto de fuerzas políticas de la Cámara foral- de generar consensos capaces de conformar una mayoría que dé el plácet a las Cuentas. Aún hay tiempo para ello, pero los condicionantes apuntan claramente hacia un final de legislatura con los Presupuestos prorrogados.
La jornada comenzó a primera hora de la mañana con el paso de los diputados de Promoción Económica, José Zurita, el de Agricultura, Borja Monje, o la de Obras Públicas y Transportes, Alicia Ruiz de Infante, entre otros. Unos y otra cumplieron con el protocolo legislativo al uso, con cumplido esfuerzo de comunicación incluido, desglosado en distintas notas de prensa con los parabienes de cada departamento para 2015. Sin embargo, la puesta en escena no fue capaz de ocultar la sensación de trámite sin sustancia, ya que sin el apoyo de otras fuerzas políticas -muy lejano a día de hoy-, cualquier intención presupuestaria se quedará en agua de borrajas.
Será así, de no mediar sorpresa, debido a que el proyecto de Presupuestos para Álava en 2015 carece de apoyos ya que el primer plazo de la negociación presupuestaria PP y PNV ha concluido en desacuerdo. Los jeltzales no apoyan las Cuentas populares porque “no son las que Álava necesita”, según apuntó su portavoz juntero, Ramiro González. También es cierto que en política las ventanas que hoy están cerradas pueden abrirse mañana a poco que el viento sople en la dirección correcta. Las conversaciones, si las hay, tienen la primera fecha límite el 8 de diciembre. El 20 de diciembre se someterá a votación la propuesta económica ante el Pleno de las Juntas Generales de Álava. De no culminar con un acuerdo, habrá prórroga presupuestaria.
Mientras tanto, los diputados forales desgranan en la Cámara unas propuestas de gasto y de inversiones que se elevan a 425 millones de euros, 13,4 millones más que el pasado año. En ese montante se incluye el presunto plan de empleo creado por el Gabinete De Andrés. Al parecer, tal iniciativa cuenta en la propuesta económica con más de seis millones de euros a la creación directa de empleo, un 12,5% más que este ejercicio. Sin embargo, cuestionado por el desglose de las partidas nuevas incluidas para la lucha contra el desempleo en 2015, el diputado general admitía que las partidas nuevas son únicamente dos: una de 95.000 euros para “empleo agroalimentario” y una segunda de 560.000 euros para “conservación y restauración del patrimonio construido”. El resto de partidas hasta completar esos 6,2 millones de euros para intentar acabar con la lacra del paro en el territorio son las mismas que el año pasado, como la destinada a “innovación y mejora de la competitividad” (3,9 millones). Una partida que, por cierto, el portavoz del PNV denunciaba hace dos semanas que este año apenas se había ejecutado un 2,43% de lo presupuestado.
Críticas. El Departamento de Agricultura explicó a los procuradores de las Juntas Generales de Álava que destinará más de 8 millones a la modernización de explotaciones agrarias y de los regadíos alaveses. Pese a un anuncio tan grandilocuente, las críticas no tardaron en llover sobre la propuesta de Borja Monje. Para muestra, un botón. Dalmacio Martín, portavoz del PSE-EE, denunció que el Gabinete De Andrés cierra la legislatura con un descenso muy significativo del dinero en Agricultura.