Una de las nuevas apuestas del Ayuntamiento vitoriano en lo que se refiere a la movilidad en la capital alavesa pasa por formar a los niños y niñas para que vayan solos al cole. El Consistorio ha organizado diversos talleres para adiestrar a escolares y familias y volver a aquellas imágenes del pasado en las que los menores iban a clase andando o en bicicleta. En total se están impartiendo cinco talleres prácticos durante el presente curso escolar en aquellos centros que se han sumado a la iniciativa (no todos han sido informados al respecto), y que consistirán en enseñar a los niños la educación vial necesaria para llegar a clase por la ruta más rápida y segura.

Se trata de que los chavales aprendan a ser autónomos, de que sepan valerse por sí mismos, y de inculcar en ellos los valores de la movilidad sostenible que sus padres, hijos todavía del culto cuasi religioso al coche, van aprendiendo a marchas forzadas.

La iniciativa gusta a algunas familias, y a otras menos. A Mikel López, presidente de la Asociación de Madres y Padres del colegio de Salburua, le parece correcta esta apuesta por la autonomía en una sociedad que, afirma, es demasiado sobreprotectora con sus hijos. Según explica, en Salburua no se va a llevar a cabo esta experiencia porque los niños y niñas en edad de participar en el programa tienen casi todos hermanos pequeños, lo que la hace “inviable”, según López. La idea era, “con dos o tres monitores cada grupo, realizar dos o tres recorridos desde el barrio hasta el centro escolar”, pero por la razón antes expuesta “no nos soluciona nada”. En todo caso, Mikel aplaude la iniciativa. “No soy un padre al uso, pienso que deberían ir más solos, pero si hablas con muchos padres y madres sí se ven comportamientos sobreprotectores con los hijos”, señala el responsable del Ampa de Salburua, quien considera que los propios críos agradecen que se les dé autonomía. “Mi hijo de siete años tiene hermanas pequeñas y salimos todos juntos, pero en seguida dice, Aita, banoa”, explica.

En todo caso, Mikel cree que antes de estimular la autosuficiencia de los menores sería interesante realizar algunos ajustes que hagan la circulación por el barrio más segura. “En nuestro caso creemos que hay que impulsar esto, pero facilitando las cosas. En nuestro colegio tenemos un problema concreto, pedimos al Ayuntamiento un paso de cebra de la calle Praga a la calle Roma, que lleva directamente del parque al centro escolar, es el camino más derecho, y todavía no está. Hay más pasos, pero por ese punto va el camino más corto para muchas familias, es el camino natural del centro escolar al parque, pero en el futuro también lo será del centro cívico al colegio, o al centro de salud”, apunta.

En el otro extremo se encuentran en el Ampa del colegio Luis Dorao. La ubicación del centro y la procedencia de muchos de sus alumnos hacen desaconsejable, a juicio de José Luis Cereijo, deja solos cada mañana a los escolares.

“Yo sinceramente creo que todavía son muy pequeños, habrá niños que vivan aquí al lado y estupendo, pero muchas familias del colegio viven en la zona de la nueva estación de la plaza de Euskaltzaindia, y esos cruces son mortales, con coches por delante y detrás, con el tranvía, con el semáforo siempre en ámbar, es imposible. Hay gente que vive en los pisos de Conde Don Vela y no tiene peligro, están en el parque, pero en el momento en que hay que cruzar la carretera, toda la parte que da al bulevar de Euskal Herria... Eso no está pensado para el peatón, ni siquiera para las bicis”, sentencia José Luis.

Este padre explica que cada mañana en la mediana que separa Lakua de Txagorritxu se apelotonan decenas de personas rodeadas de vehículos a motor, una situación que se complicará con la inminente puesta en marcha de la estación de la plaza de Euskaltzaindia. “Es un miedo lógico de los padres; ¿cómo van a venir solos? Ya lo comentamos en el Ampa, y vengan de donde vengan creemos que son demasiado pequeños, a lo mejor los de sexto, pues bueno, depende de dónde vivan y de la responsabilidad de cada familia, pero yo insisto en que creo que son muy pequeños”, señala José Luis, quien afirma que a él siempre le acompañaron, “por lo menos para cruzar la carretera”.

Al Ampa de Luis Dorao no se le ha ofrecido participar en esta experiencia, pero si llega una propuesta al respecto, “al que venga se le explicará que se los lleve y les diga cómo tienen que cruzar en una mediana donde hay cuarenta personas y sólo caben quince”.

Maika Ramos, miembro del Ampa de Abetxuko Ikastola, en cambio, acoge con los brazos abiertos la iniciativa, de la que, por otra parte, tampoco tenía noticia. “Igual un niño de seis años no, pero yo creo que uno de diez sí puede ir solo al colegio, antes con esa edad ya íbamos”, señala Maika, quien explica que en el centro escolar del barrio son muchas las familias que llegan cada mañana en su vehículo particular, y que la inmensa mayoría, independientemente del medio de transporte que utilicen, acompañan a los menores al cole. “La gente tiene miedo de lo que hay en la calle, de que los vayan a raptar y todo ese tipo de cosas”, explica.

circulación segura En cuanto a los cursos en sí, el primero de ellos trata sobre circulación segura en bicicleta, y enseñara a los chavales de tercer ciclo de Primaria y de primero de Secundaria a incorporarse a la vía, a circular por los bidegorris y a cruzar la carretera, así como a respetar semáforos o cedas al paso como un vehículo más.

El segundo de los talleres trata de motivar a los niños y niñas de primero de Primaria para que vayan andando a la escuela, a través de la obra de teatro Mundoreando con Faustina, y con la presencia del aventurero y ciclista Eneko Etxebarrieta. El tercer curso muestra a los menores cómo tener la bicicleta en buenas condiciones.

Además, el Ayuntamiento explica a los alumnos de segundo de la ESO, Bachillerato y ciclos formativos cómo ser visibles y previsibles en la vía pública cuando se mueven en bici, con el fin de evitar atropellos. Otro taller explica a los estudiantes de tercero y cuarto de Primaria cómo desplazarse a pie al colegio de forma segura.

Fuentes municipales han explicado a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA que los talleres han tenido tan buena acogida que desde el Centro de Estudios Ambientales del Ayuntamiento, organizador de la Agenda 21 Escolar en la que se enmarca la iniciativa, se está estudiando la ampliación de las plazas en los mismos.

Desde luego, posibilidad de llevar a cabo estas experiencias hay, si se tiene en cuenta que nueve de cada diez menores de Gasteiz dispone de una bicicleta, aunque luego sólo el 7% de ellos la utilice para ir a clase, y ello a pesar de que la mitad de las familias reside a seis o siete minutos pedaleando de la ikastola de sus hijos.