noviembre no va a ser un mes cualquiera para Trebiño. El día 18, martes, al menos un autobús lleno de habitantes del enclave acudirá a Madrid en representación de todos los vecinos. No serán un millón de hombres, como en la famosa marcha en Washington de 1995 llevada al cine un año después por Spike Lee, pero su voz habla por otros tantos. Para sus tres mil habitantes, la desanexión de Trebiño hace tiempo que abandonó el ámbito político para adentrarse en el terreno de la fe. Cansados pero no derrotados, los trebiñeses ven en la cita del 18 de noviembre una oportunidad para que la balanza, aunque no caiga definitivamente, al menos muestre tendencias.

En esa fecha, el Pleno del Congreso de los Diputados acogerá el ansiado y tres veces postergado debate en el que se decidirá si se toma o no en consideración la segregación del enclave de Castilla y León. El orden del día, bautizado con una frase tan larga como dilatada es ya su reivindicación popular, servirá para comprobar si el Partido Popular está dispuesto a desenredar el ovillo o darle mil vueltas más. La cita surge a consecuencia de la iniciativa legislativa aprobada el 6 de febrero por el Parlamento Vasco -con la abstención del PP- con una propuesta que plantea resolver el problema impulsando una ley orgánica que permita integrar Trebiño en Álava sin necesidad de contar con el visto bueno de Castilla y León. Una ley con un único artículo en el que se establece que los dos municipios del enclave -La Puebla de Arganzón y Trebiño-, quedan agregados desde ese momento a Álava. Una orden tan simple como complicada al mismo tiempo, además de inviable porque la mayoría absoluta del PP en el Congreso cortara de raíz la propuesta... Y vuelta a empezar.

Los alcaldes de ambos enclaves, encargados de dar el primer paso para este punto el 30 de mayo de 2013, ya han dejado claro que el no de las Cortes Generales no detendrá el camino marcado, que confían culmine en la meta de la anexión a Álava. La negación popular al deseo trebiñés que se escenificará el día 18 en Madrid será de cualquier forma un nuevo obstáculo para un territorio acostumbrado a saltar vallas a ritmo de campeón olímpico, como demuestran las numerosas consultas, peticiones y reivindicaciones que han ido dejando atrás en el tiempo durante al menos tres siglos.

Cronología de un anhelo La última gran consulta, celebrada ahora anualmente en el municipio, tuvo lugar el 8 de marzo de 1998 cuando en el referéndum celebrado en el municipio de Trebiño el 68% de los votantes se mostró partidario de la anexión al territorio alavés. “Ahora el sí llegaría al 90%”, aseguraba hace poco Ignacio Portilla, alcalde del enclave. Aquel día votaron 708 vecinos de los 919 censados por aquellas fechas, dejando un 77% de participación. El 68% votó sí y el 31,2%, no, con dos votos en blanco y cinco nulos.

Tres años antes de esta consulta en Trebiño, el municipio de La Puebla de Arganzón había aprobado ya por unanimidad la puesta en marcha de un referéndum de consulta. Lo hizo durante un Pleno, en el que el PP se abstuvo, celebrado por cierto en el frontón de la localidad, habida cuenta del amplio número de curiosos que se presentaron para asistir a aquella sesión

En realidad, el primer intento documentado de romper la frontera burgalesa y formar parte de Álava data de 1646, cuando el Concejo, la Junta y vecinos de Trebiño solicitaron la reincorporación a los territorios que formaban Álava por la presión fiscal que sufrían. Su reclamación quedó en agua de borrajas y no volvió a ver la luz hasta 1880, cuando la Diputación de Álava solicita la agregación del Condado de Trebiño, aunque no siguió adelante porque, entre otras cosas, la última guerra carlista había asolado el territorio provocando una crisis económica. Posteriormente, en 1919 fue la Cámara de Comercio de Vitoria la que instó a que se incluyera la anexión del enclave de cara al nuevo régimen autonómico, pero ni lo uno ni lo otro acabó cristalizando.

Casi veinte años más tarde, en 1938, Trebiño y La Puebla de Arganzón volvieron a la carga con un nuevo intento de poner en marcha un proceso de agregación a Álava, pero quedó diluido por culpa de la Guerra Civil. Tras la guerra, en 1940, retomaron su iniciativa logrando que un 96% de los votantes de ambos enclaves -sólo hombres- se mostraran favorables a la anexión. La Diputación alavesa les apoyó, pero Burgos dinamitó sus intenciones y ambos municipios retiraron su propuesta.

La iglesia y la dictadura Más adelante, en 1958, fue curiosamente la Iglesia la que decidió ponerse manos a la obra para pedir a Franco que Trebiño pasara a formar parte de Álava, apoyada en su deseo de que la administración civil del territorio coincidiera también con la religiosa. Se consultó a los vecinos y el 75,7% de los habitantes dijo que sí, pero el régimen dio la callada por respuesta y nada se volvió a saber. Con la llegada de la democracia, o eso dicen, a principios de los ochenta se aprobó por unanimidad solicitar la anexión recurriendo al Estatuto de Gernika. Curiosamente, los cinco concejales de UCD que votaron a favor fueron reprobados por su partido. Pasados tres años de aquel intento, la aprobación del Estatuto de Castilla y León en 1983 supuso una enorme palo en las ruedas de la reivindicación trebiñesa, y aunque fue recurrido por el Gobierno Vasco el Tribunal Constitucional falló a favor de la legislación castellano-leonesa.

Desde entonces, no fue hasta que en 1995 La Puebla de Arganzón y en 1998 el municipio de Trebiño cuando el anhelo de la desanexión volvió a la primera plana municipal, si bien en el año 2000 se celebró un sucedáneo de ponencia técnica entre las dos comunidades autónomas de la que no salieron grandes conclusiones, e incluso los alcaldes de los dos municipios abandonaron la mesa conscientes de que no iban a sacar nada de provecho de todo aquello. La posterior llegada al poder en 2007 del Partido Popular diluyó la lucha durante seis años -al menos en sus líderes en el Ayuntamiento- por el derecho trebiñés a integrarse en Álava. Fue un alto en el camino. Un paso atrás, pero para coger impulso.

La consulta de 1998. El referéndum celebrado en el municipio de Trebiño el 8 de marzo de 1998 logró un 68% de votos favorables. “Si se hace ahora llegaría al 90%”, aseguraba hace poco su alcalde, Ignacio Portilla.

Iniciativas. El primer intento para luchar por la anexión a Álava data de 1646, si bien la lista de iniciativas es larga y abarca muchas propuestas.

Mayo de 2013. Los dos municipios de Trebiño dieron el pistoletazo de salida para la llegada de la propuesta a Madrid.