¿Y mientras tanto qué...? Es la pregunta que ayer lanzaron a los concejales los okupas que hace poco más de un año tomaron las viviendas vacías de Errekaleor para revivir un barrio semidesierto, después de que el Ayuntamiento desalojara a los vecinos con el propósito de derribar la vieja barriada y construir nuevas viviendas. La intención era buena, aunque no todos los vecinos estuvieron de acuerdo en abandonar su hogar; de hecho, una decena de familias se resiste aún a marchar. Pero el boom del ladrillo cayó y con él la reconstrucción de Errekaleor. No habrá nuevos bloques y los okupas seguirán reflotando aquel lugar al que un día llegaron los primeros obreros inmigrantes para bautizarlo como Un mundo mejor. El futuro de Errekaleor aún no está escrito, pero sí el presente. A día de hoy, más de sesenta jóvenes habitan las casas desocupadas de propiedad municipal conviviendo con los vecinos de toda la vida. Esta ocupación ilegal les ha llevado a los tribunales y a las puertas de un desahucio que se resiste a llegar. Ayer, los afectados comparecieron en el Pleno para pedir a Ensanche 21 que retire la denuncia que sobre ellos pesa y no les desaloje mientras no haya un plan serio para el barrio. Tras un intenso debate, la Corporación se comprometió a buscar la fórmula jurídica más adecuada para evitar situaciones de desahucio y desalojo mientras no se encuentre un uso alternativo a las viviendas de Errekaleor. El PSE transaccionó una moción de EH Bildu, partido que llevó hasta el Pleno la voz de los afectados. El PNV se abstuvo y el PP votó en contra. El texto salió adelante y, aunque el gobierno de Javier Maroto no está obligado a acatarlo, parece que, de momento, no se echará a nadie a la fuerza.

Y es que, el Ayuntamiento está en un aprieto como propietario de las viviendas. Desde el punto de vista jurídico no puede quedarse cruzado de brazos ante una ocupación ilegal, la denuncia ya está en los juzgados y seguirá su tramitación, pero de las palabras de los políticos se desprende que, mientras en Errekaleor quede un solo vecino, los okupas no serán desahuciados.

Hora y media antes de la votación, Ander Garmendia tomó la palabra en nombre de la plataforma Errekaleor Bizirik! para cuestionar a los concejales toda su actuación en el barrio. “Están entregando terreno y suelo de todos los vitorianos a intereses privados, ¿por qué lo hacen? Mientras, el alcalde intenta despistarnos hablando de inmigrantes y de ayudas sociales, ¿han sido ustedes alguna vez desahuciados? Por cierto, buenos días a todos los inmigrantes de Vitoria -saluda irónicamente-, es un placer compartir esta ciudad con ustedes”. Señor Lazcoz, ¿cuando dice que Vitoria está bajo sospecha por la corrupción, se refiere también a Errekaleor?”. Y así, una dura batería de preguntas que quedaron en el aire cuando Ander cedió el turno a su compañera Ana Álvaro. Ella detalló a los corporativos la labor que estos jóvenes llevan realizado desde hace más de un año para “dignificar” la vieja barriada, abandonada por el Ayuntamiento. Explicó que han arreglado el techo del segundo frontón más grande de Álava, reabierto la biblioteca, organizado actividades en euskera para niños, plantado un huerto ecológico del que se abastecen y desarrollado actividades culturales y lúdicas para los vecinos: bertsos, bailes, auzolanes etc. Por todo ello pidió que no se les eche a la calle, que siempre han estado dispuestos a dialogar y negociar con el Ayuntamiento para encontrar una salida, pero advirtiendo al mismo tiempo de que no tienen intención de abandonar. “Estamos orgullosos de lo que estamos haciendo en Errekaleor. ¿Están ustedes igual de orgullosos de los que han hecho en el barrio”. Y la pregunta, esta vez, no cayó en saco roto. EH Bildu respaldó a los afectados. También el PSE, pese a que el desalojo de Errekaleor fue durante su gobierno. El PNV aboga por no echarles mientras no se busque una salida al barrio, consciente de que el Ayuntamiento no puede hacer oídos sordos desde el punto de vista legal. Y el PP, que no respalda la actuación de estos jóvenes, certifica, sin embargo, que en Errekaleor no se van a construir nuevos pisos.