la crispación que está generando en la calle la cruzada de Javier Maroto contra el actual sistema de RGI tuvo ayer su primer reflejo en el Parlamento Vasco. Corrían las 11.32 horas, momento en el que alcalde de Gasteiz y también parlamentario apenas sumaba ocho minutos sobre la tribuna de oradores, cuando Maroto volvió a poner sobre la mesa uno de sus argumentos habituales a la hora de defender la restricción del sistema: Que los perceptores de RGI tienen un “sueldo vitalicio” de 866 euros.
Cabe recordar que, según los datos aportados hace sólo unos días a petición del propio alcalde por el consejero vasco de Empleo, Juan Mari Aburto, Lanbide lleva gastados en lo que va de año 29,3 millones de euros en ayudas sociales y, de media, el titular de la prestación recibe 584,61 euros al mes, bastantes menos de los que se empeña en atribuirle el regidor vitoriano. Por nacionalidades extranjeras, según esos datos oficiales, marroquíes y argelinos superan ligeramente esta cifra, con 634,60 y 655,37 euros respectivamente, pero hay otras veinte que aún están más por encima y nunca se han situado en el punto de mira del alcalde.
En ese punto, el parlamentario de EH Bildu, Igor López de Munain, llamó “sinvergüenza” al alcalde desde su escaño y la presidenta del Parlamento, Bakartxo Tejería (PNV), le pidió en dos ocasiones que retirara sus palabras, a lo que éste se negó.
Tejería optó entonces por expulsar del salón de Plenos a López de Munain, que dirigió de nuevo a Maroto el mismo descalificativo, y no pudo volver a tomar parte en la sesión durante el resto de la mañana. Su reacción puede valerle la apertura de un expediente. Abandonado el Pleno, López de Munain lamentó que la “anécdota” de su expulsión reste protagonismo a lo que ayer era “realmente importante”, la soledad del alcalde con su propuesta.