se ganan la vida dando de comer a aquéllos que se acercan a sus restaurantes, pero hoy sus platos servirán para mucho más que ser degustados por los comensales. Dispuesta a aportar su granito de arena por una buena causa, la Asociación de Cocineros de Álava (Adeca) organiza esta noche una cena en beneficio del Banco de Alimentos de Vitoria. Será a partir de las 20.30 horas en la Escuela de Hostelería de Mendizorroza, con una celebración a la que aquellos interesados en apuntarse todavía tienen tiempo de hacerlo reservando un asiento a través del teléfono 634 446 365. Por un precio de 40 euros por persona, que irá destinado íntegramente al Banco de Alimentos, los asistentes podrán degustar al menos seis platos elaborados por una decena de cocineros alaveses, que confían en contar con un centenar de asistentes dispuestos a pasar una agradable y solidaria noche en la Escuela de Hostelería de Mendizorroza, que cederá sus instalaciones para recibir a los vitorianos que se lancen a participar -y cenar-.

Desde que se pusieron manos a la obra el pasado mes de abril, la asociación de cocineros ha trabajado sola, con mucho esfuerzo y dedicación, en la organización de un evento totalmente al margen de las actividades oficiales de celebración de la capitalidad gastronómica. Adeca, que en 2013 otorgó su galardón anual al Banco de Alimentos de Álava, decidió que este año el premio Vicente Telletxea quedaría a un lado en beneficio de un evento diferente que sirviera además para apoyar a un colectivo que trabaja en pos de los menos afortunados.

“Todos los años pedimos a los socios que nos den ideas para conceder el premio y el pasado año coincidimos en otorgárselo al Banco de Alimentos por el gran trabajo y la labor social que realizan, así que cuando este año surgió en la asociación la propuesta de organizar una cena para ayudarles no dudamos en ponernos manos a la obra”, explica Fernando López de Audicana, presidente de Adeca, que admite con sinceridad que la tarea ha estado a punto de sobrepasarles un poco, pues han sido ellos los encargados de levantar por su cuenta y riesgo un evento con el que esperan echar una mano a la gente de Gasteiz que acude al Banco de Alimentos.

un menú muy apetecible “Nosotros somos cocineros y no dominamos estas cosas, por eso hay que agradecer que haya gente y empresas que se hayan animado a aportar su dinero y colaboración”, sostiene el presidente de la asociación de cocineros. Y es que, además del trabajo altruista de los propios chefs del territorio, han sido muchas las empresas del sector de la alimentación y la restauración que han aportado todo lo necesario para que esta noche puedan elaborar los platos para los comensales que acudan -previa reserva en el teléfono citado- a la cena en la Escuela de Hostelería de Mendizorroza.

Desde la asociación, cocineros como José Luis Díez animan a la gente a apuntarse para llenar las últimas plazas y degustar un menú que tanto él como el resto de chefs han ideado para disfrute de los que se sentarán a la mesa. La carta contará con platos tan apetitosos como “Jamón de Bellota cortado a cuchillo con picos, tosta hojaldrada de anchoas en salazón, escalibada y confitura de higos, creps de txangurro, aceite de su coral y bouquet de hortalizas, taco de bacalao sobre guiso de garbanzos y hongos, papada confitada y esferas de aceite, solomillo asado con pastel de patata y bacon, mini-zanahoria y romero y canelón de queso y piña sobre sopa de melón y sorbete de frutas tropicales”. Casi nada.

la crisis y la cocina Además, cada cucharada que los presentes se lleven a la boca servirá no sólo para llenar sus estómagos, sino para ayudar a que se llenen otros, mucho más necesitados. Y Adeca no estará sola en el intento. “Los chavales de la Escuela de Hostelería nos ayudarán con las mesas, y además su pastelero preparará el postre para la ocasión”, apunta José Luis Díez, cocinero del Conde de Álava y uno de los impulsores de Adeca hace quince años. Mientras, uno de los miembros más jóvenes, Víctor Díaz, se ha encargado durante las últimas semanas de cerrar las reservas y pasarse el día pegado al teléfono para resolver las dudas de los asistentes. “Muchos que llamaban para reservar un hueco para la cena me decían que se animaban a venir porque muchas veces habían querido colaborar y ayudar al Banco de Alimentos y no sabían cómo”, subraya.

“Alguno me ha dicho también que como va a ser por una buena causa vendrá con toda su familia para hacer cada uno su pequeña aportación”, recuerda. “Desde que tuvimos la idea pensamos que lo mejor era celebrar esta cena en lugar de hacer una recogida de alimentos o algo parecido. Esta noche la gente podrá venir, pasar un buen rato y saber que el dinero que se va a gastar en cenar será para una asociación que hace un trabajo tan bueno como el Banco de Alimentos. Vamos a dar de cenar y, de lo que cenen, saldrá más comida para otros”, explica muy bien Víctor, que pese a su juventud tiene la suerte de poder desarrollar su trabajo en el entorno que le gusta: una cocina.

Con todo, Víctor, como el resto de miembros de Adeca, es consciente de las dificultades por las que pasa su gremio desde que el azote de la crisis provocó que las visitas a los restaurantes de la capital alavesa empezaran a disminuir notablemente. “El que antes tenía dinero para ir a cenar todos los fines de semana ya no lo tiene, y si va a un restaurante luego se olvida de salir a tomar algo”, desgrana. “Poco a poco se va viendo un poquito de recuperación, pero con cuentagotas. Por ejemplo, llegó un momento en el que muchísimas empresas dejaron de pagar las cenas de Navidad, y ahora en cambio alguna ha vuelto a hacerlo. Pero la economía está como está”, asume José Luis Díez. “Lo que hay que tener claro es que, aunque se recupere, será imposible que nuestro sector vuelva a los niveles que había antes. Eso se fue y no va a volver”, augura Adrián Salvia. Precisamente para aquéllos que por culpa de la crisis han visto reducida su economía a la mínima expresión, la cena de hoy será una buena ocasión para que reciban la solidaridad y el dinero de otros que pueden permitirse hacer un esfuerzo.