las instalaciones del convento de las Mercedarias de Egino han sido esta semana el marco de las jornadas de trabajo que la Asociación de Concejos de Álava (ACOA-AKE) ha desarrollado en torno al pasado y el futuro de la actividad económica y la vida rural en los pueblos del territorio.
El presidente de ACOA, Javier Argote, fue el primero en abrir fuego exponiendo las actividades económicas que ya realizan los concejos alaveses. Argote apuntó la necesidad de replantearse el tratamiento de los comunales con el objetivo de crear bienestar, alertando sobre el problema del relevo generacional en la actividad agropecuaria, así como acerca del hecho de que cada vez la tierra está en manos de menos personas.
El portavoz de la ACOA constató el surgimiento de nuevos nichos económicos relativos al turismo, al ocio, al medio ambiente o a las energías renovables y, en definitiva, planteó como objetivo el asentamiento de la población en los pueblos, de manera que además de residir ésta pueda trabajar en ellos, desterrando el modelo de pueblos-dormitorio.
Elena Gutiérrez, directora de Desarrollo Rural del Gobierno Vasco, manifestó por su parte que los objetivos de ACOA y de su departamento son coincidentes y que los pueblos siguen vivos, pero que esto no debe ser a cualquier precio. Entre las prioridades del Ejecutivo autonómico a este respecto señaló la mejora de la calidad de vida en los pueblos, la apuesta por la diversificación económica contando con un turismo respetuoso y de calidad, así como con la artesanía y la incentivación de una producción local y de calidad.
La estrategia del Gobierno vasco se expresa en el acuerdo Nirea, una iniciativa impulsada desde el liderazgo compartido público-privado para sensibilizar y poner en valor la relevancia del sector primario en el desarrollo económico y social sostenible de Euskadi para contribuir a la reactivación del sector primario y la revitalización del medio rural.
También tomó la palabra el diputado alavés de Promoción Económica, José Zurita, quien puso de manifiesto la desproporción ente Vitoria y el resto de Álava, así como la centralidad desde el punto de vista industrial del entorno de la N-1 y el valle de Ayala. En cuanto a la actividad turística, Zurita informó acerca de la tramitación de la certificación de Álava en su conjunto como destino turístico sostenible y responsable, así como de la implementación de líneas de trabajo transversales interdepartamentales, incidiendo en algunos aspectos, como la gastronomía, con el vino como producto estrella, las Vías Verdes y el Nordic Walking.
Abrió el turno de ponencias de la jornada Juan José Angulo, técnico de desarrollo rural, quien incidió en que cada concejo debería tener su propio Plan de desarrollo Estratégico. En definitiva, que los vecinos expresen cómo quieren que sea su pueblo. Para cosas como ésta se cuenta con la herramienta de la Agenda Local 21, así como tener en cuenta criterios de sostenibilidad y participación.
Angulo mostró su preocupación por el hecho de que en los pueblos cada vez vive menos gente, una tendencia que es preciso frenar. Ente las interesantes propuestas que expuso, destacaron las del apoyo a emprendedores en sectores como el turismo, la jardinería, la atención infantil y geriátrica, el pequeño comercio local o los servicios en general, así como el fomento de la agricultura ecológica, en fincas propiedad de los concejos, apuntando la idea de creación de Bancos de Tierras.
Desde Aragón llegaron para intervenir en esta jornada la socióloga Alexia Sanz y Manuel Ramos, técnico de gestión de proyectos en la comarca de Gudar-Javalambre (Teruel). A partir de su experiencia, concluyeron que en Aragón se han hecho las cosas de arriba a abajo, al contrario de cómo debería ser, sin contar con los pueblos. Ambos incidieron en la importancia de las nuevas tecnologías, abogando por una “ruralización del ciberespacio”. En cuanto a la ruralidad, pusieron el énfasis en la fragilidad demográfica, la redefinición identitaria o la contraposición aldeano versus ciudadano. Desde el convencimiento de que los talentos están en todos los grupos y en todos los espacios, se preguntaron cómo hay que gestionar todo ello.
Además, constataron que, a su juicio, ha cambiado el modo en el que se relacionan los pueblos y las ciudades, con una cierta ruralización urbana, poniendo como ejemplo los nuevos huertos urbanos y una revalorización de lo rural, entre otras cosas como elemento compensador de desequilibrios medioambientales, como el exceso de CO2 en la atmósfera.
Manifestaron que los pueblos deben ser apreciados no sólo como escenario, sino por su contenido, entendiendo la ruralidad como un valor, echando de menos la falta de dinamizadores, como existían antaño, con figuras como el maestro, el cura o el médico, que han ido desapareciendo, por lo cual ven la necesidad de crear liderazgos en los pueblos, así como de revalorizar en ellos los perfiles profesionales.
Beatriz Calvo, periodista y directora de la revista Agendaviva, sorprendió a los asistentes con un enfoque inusual del problema, al afirmar que “la crisis del mundo rural tiene unas raíces espirituales”, afirmación basada en las tesis del pensador Félix Rodrigo Mora, quien ve los orígenes del mundo rural en el sistema de concejos y en la institución del monacato medieval, que él califica de revolucionario. El futuro de la vida rural estaría basada, desde esos presupuestos, en la recuperación de las raíces espirituales y el sentido de lo comunal.
Además, la jornada contó con varias intervenciones que ejemplificaron casos prácticos de actividad económica en el ámbito rural, como la de Gustavo Fernández, presidente de la Cuadrilla de Salvatierra, quien resaltó la importancia de la comarca como unidad en la que se desarrollan las acciones orientadas al desarrollo. Resaltó su convencimiento de que “es la cooperación lo que nos lleva al éxito” y expuso como ejemplo de iniciativa surgida de los pueblos la experiencia del economato de Ozaeta, en Barrundia.
Fernando Cristóbal de Molinilla, del municipio de Lantarón, presentó el proyecto Molinilla Vive; Diego Gastañares, alcalde de Asparrena, expuso el proyecto en marcha del Parque Micológico de Asparrena-Apota; Eli Gorrotxategi, el proyecto de la quesería La Leze, y Davide di Paola, presidente de la Junta Administrativa de Trespuentes, presentó sus proyectos acerca de las colmenas y la miel.