gasteiz es una ciudad diversa y se siente orgullosa de ello. Su corazón, el Casco Viejo, constituye el mejor ejemplo de esta realidad. Miles de personas mayores, niños, euskaltzales y un alto porcentaje de población inmigrante, entre otros colectivos, conviven armoniosamente a lo largo y ancho de la colina, un crisol de culturas y maneras de vivir que ayer protagonizó un emotivo encuentro. La idea surgió de la Plataforma de Mayores, un colectivo compuesto por distintas entidades dinamizadoras que trabajan en el centro de la ciudad, y por supuesto tuvo como protagonistas de excepción a decenas de octogenarios vitorianos, pero también a jóvenes y no tanto de muy distintas procedencias. “Se trata de promover la convivencia y la vecindad y mejorar la calidad de vida de los mayores del barrio”, explicaba Olga Cruz, una de sus organizadoras.

La herramienta elegida para conseguirlo fue la grabación de un lip dub, un vídeo musical en el que un amplio grupo de personas sincroniza sus gestos y movimientos al ritmo de una canción popular. Macaco, con su conocida Una sola voz, puso la partitura musical. Y la trasera de la calle Fray Zacarías, junto al antiguo nevero de la almendra, ejerció de improvisado escenario. La iniciativa resultó todo un éxito de participación, ya que en ella tomaron parte más de 150 personas de dos centros socioculturales de mayores, de la residencia Los Arquillos, del colectivo Zaharraz Harro!!, así como educadores de calle, voluntarios de Cáritas, de Saregune... Vecinos de todas las edades, ideologías y culturas que volvieron a demostrar que Vitoria quiere seguir viviendo como lo ha hecho hasta ahora. La iniciativa iba a realizarse en primera instancia durante las fiestas populares del Casco, pero en aquella ocasión “llovió a mares”, según recordó la propia Cruz. Todo lo contrario a la soleada mañana de ayer, que también sirvió para promover el envejecimiento activo de los participantes de más edad.

Varios ensayos precedieron a la grabación definitiva del lip dub, que podrá visionarse en los próximos días, tras su pertinente edición, en la popular web YouTube. Cada grupo tomó un motivo diferente para coincidir con la parte de la canción que le correspondiese y el cámara comenzó su trabajo, como si de una road movie a pequeña escala se tratase. Una batucada da inicio a la grabación, por la que luego pasan varios grupos de niños del barrio, inmigrantes, mayores... Mejor verlo que contarlo. “Estamos cansados pero ha sido una maravilla. Veremos el resultado, pero la participación ha sido muy alta. El objetivo de fomentar la convivencia entre todos lo hemos cumplido, ha sido muy bonito”, celebró tras el encuentro Cruz.

Lola Gómez de Balugera, voluntaria de Cáritas que tomó parte en la divertida iniciativa, también mostró su satisfacción por “todas las personas tan diversas” que tomaron parte en la grabación. “Muchos no saben que inmigrantes marroquíes, pakistaníes o argelinos a los que ayudamos luego se unen a Cáritas”, recordaba en alusión al incendio generado por el alcalde de Gasteiz en torno a la gestión de la RGI. La fiesta terminó con un lunch popular en el polideportivo El Campillo.