desfiles de moda, ferias de oportunidades, noches mágicas, tiendas outlet, rutas de la cerveza y hasta del gin tonic, semanas de la cazuelita, decoración de escaparates de locales vacíos para hacer más atractivas las calles para la apertura de negocios, campañas de descuentos y premios... Todas las opciones de dinamización comercial se antojan escasas para intentar competir desde los pueblos frente a las grandes amenazas que llegan desde las ciudades. En Álava, el gremio comercial se concentra en Vitoria fundamentalmente, al igual que el resto de sectores económicos. Sin embargo, hay municipios con tejidos terciarios que no se dan por vencidos y que quieren sobrevivir y trabajar desde sus establecimientos. Un buen ejemplo de esta lucha es la protagonizada por los profesionales del Valle de Ayala que, además de sufrir la macrocefalia gasteiztarra y su poder de atracción a la hora de hacer las compras, padecen la originada por Bilbao, sito a escasos kilómetros de esta comarca y que, por su condición, es el referente comercial del norte de España. Y más si las posibilidades legislativas que se avecinan liberalizan los horarios de apertura de los establecimientos de ciertas urbes, como la vizcaína, que podrían incluso abrir los domingos. Frente a estos condicionantes, los minoristas agrupados en las asociaciones Apill (Llodio), Apymca (Amurrio), y Aeme (Artziniega) apuestan por fidelizar a sus clientes. Consumir en casa beneficia a todos, resumen.

La situación económica ha aminorado de forma alarmante la capacidad de gasto de cada hogar. Por consiguiente, se ha generado una cadena imparable de menor gasto que, per se, se ha traducido en el cierre de negocios. “Aunque en el Valle de Ayala no se han producido tantas bajadas de persiana como en otras zonas, la crisis sí ha traído consigo la huida de clientes hacia las grandes superficies de las capitales, donde el precio de los productos es menor, y una apuesta cada vez más secundada por otros formatos de compra, a través de Internet o teléfono, que es donde está el mayor peligro para el comercio tradicional”, explica Jon Aspuru, presidente de la Federación Alavesa de Comercio y de Apymca, así como vicepresidente de la recién creada Federación Ayalesa de Comercio (Aeko).

Su compañero en la presidencia de Aiaraldeko Enpreseen Koordinaziorako Federazioa y representante principal de Apill, Iñaki Vivanco, lo matiza. “Hay menos dinero para consumir, y la gente compra menos cantidad y lo más barato, sin fijarse en la calidad, en las condiciones laborales de los trabajadores que están detrás de la fabricación de ese producto o si el IVA repercute en nuestro país, porque la evasión de este impuesto por compras por Internet es un problema muy grave del que la sociedad no es consciente y ante el que el Gobierno no esta diciendo nada. Ése es el peligro más importante de esta crisis, el cambio de hábitos que se está generando”.

Ambos portavoces del sector comercial van más allá, haciendo ver lo que se esconde detrás de la nueva Ley de Afluencia Turística. “La excusa de atraer turismo a las grandes ciudades, con la manida apertura de tiendas en domingo, encierra intereses enmascarados que en nada benefician al comercio tradicional, sino todo lo contrario”, apunta Aspuru. Y es que la cadena de distribución se está centralizando en las grandes marcas, que no en el ya caduco formato de las grandes superficies. Y para ello “necesitan recalificaciones urbanísticas en el centro de las ciudades, como la Gran Vía de Bilbao, por poner un ejemplo, donde ya hay grandes firmas que se han posicionado adquiriendo grandes edificios”, advierten.

De hecho, Vivanco opina que de aquí a cinco años este nuevo fenómeno va a implicar que las tiendas tradicionales del entorno cierren, porque “no van a tener forma humana de competir, y ya no digamos las de los pueblos. ¿Pondrán autobuses para que podamos ir a hacer las compras a la ciudad? ¿Queremos realmente este modelo de consumo que nos están imponiendo las grandes firmas, porque necesitan que la gente acuda a comprar a sus nuevas macrotiendas en los centros de las ciudades y, en festivo, para no tener competencia con las nuestras que es su día libre?”, se pregunta.

Los gobiernos de países como Alemania y Dinamarca ya han tomado cartas en el asunto y sus comercios tienen prohibido abrir en festivos. “El domingo no es necesario para que nuestro comercio viva. Esto más que una crisis económica es política, porque el poder económico está por encima del político, y las grandes firmas van a ser cada vez más ricas y el comercio tradicional cada vez más pobre”, indica Aspuru.

Para poner freno al incierto futuro que sobrevuela el comercio tradicional, “hay que legislar para poner en valor lo nuestro, y así se lo vamos a pedir al Gobierno Vasco, y estamos dispuestos a ayudarle. Hay que plantarse ante las imposiciones del Gobierno central, e implantar un modelo de comercio para Euskadi. No se puede legislar lo mismo, en cuanto a horarios comerciales o rebajas, para el clima que tiene Andalucía que para el nuestro, por poner un ejemplo muy simple. ¿Por qué no afecta todo esto al sector hostelero? Simple y llanamente porque ya tiene su normativa definida y es un sector que no interesa a las grandes firmas, y hay que decirlo”, matiza Vivanco.

Unión comarcal De momento, en el Valle de Ayala ya han dado un primer paso al frente con el viejo método que dice que la unión hace la fuerza. Se llama Aeko. Es la Federación Ayalesa de Comercio y agrupa a las tres asociaciones de comercio existentes (Apill, Apymca y Aeme), y está integrada por más de trescientos comerciantes, hosteleros y responsables de empresas de servicios. Algo que implica al 80% del sector en el valle. “Nos unen los mismos objetivos en nuestra lucha contra las grandes superficies y la nueva moda de venta por Internet y teléfono. La idea es trabajar proyectos en común que cada asociación de forma individual no puede abordar”, informa su presidente, Iñaki Vivanco.

Así, ya han puesto en marcha un concurso de escaparates comarcal de cara a esta Navidad, que otorgará un primer premio por municipio y otro a nivel de todo el valle. “Nos lo subvenciona la Cuadrilla de Ayala. También hemos mantenido un encuentro con el diputado general de Álava, Javier de Andrés, para apostar y dar un nuevo empuje a la Ruta del Txakoli. El proyecto ha sido visto con muy buenos ojos, y esperamos su ayuda para lanzarlo el año próximo”, adelanta Aspuru. En concreto, se trataría de crear un producto exclusivo en torno al caldo estrella del valle ayalés. “Un menú de txakolinería, al estilo de lo que ya hacen las sidrerías guipuzcoanas”, matizan.

Además, Aeko realizará campañas conjuntas en toda la comarca y actividades en común. Para todo ello, seguirán apostando por la tarjeta de comercio de Álava, y el ogerleko. Una moneda local que permite hacer descuentos a los compradores que la utilizan. En definitiva, “todo lo que esté en nuestras manos para concienciar a la gente de nuestro problema, que es de todos, y que se queden, disfruten y consuman en la zona, por la supervivencia de nuestro comercio, cercano y de calidad”, sentencian.

En el parlamento vasco Parte del trabajo y del discurso de los comerciantes ayaleses quedó ayer reflejado en una intervención pública del grupo parlamentario de EH Bildu. Éste denunció que el anteproyecto de Ley de cuarta modificación de la Ley de Actividad Comercial, presentada por el Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco, incluye una normativa “laxa” con la que busca introducir “por la puerta de atrás” la “plena” liberalización de los horarios comerciales en “prácticamente cualquier municipio” de Euskadi.

En rueda de prensa celebrada en el Parlamento vasco, los parlamentarios de la coalición Dani Maeztu e Iker Casanova presentaron una proposición no de ley en el Parlamento para pedir al Gobierno Vasco la retirada “inmediata” de su anteproyecto de ley de modificación de la Ley de la Actividad Comercial.

Para los parlamentarios, con esa iniciativa “Lakua pretende ir más lejos aún que Madrid” en la apuesta por liberalizar los horarios en el comercio para posibilitar la apertura en festivos “en prácticamente cualquier municipio” de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. Casanova y Maeztu denunciaron “el doble juego del Ejecutivo autonómico” porque “de palabra rechaza la nueva regulación liberalizadora de los horarios comerciales del Gobierno español, pero en la práctica maniobra para introducir por la puerta de atrás la liberalización plena de horarios por la puerta de atrás” . “Más allá de sus declaraciones públicas, es claramente favorable a la liberalización de horarios. En esta cuestión el PNV adopta una posición más neoliberal que el PP”, insistieron.

Los parlamentarios de la coalición recordaron que la nueva regulación de horarios “impuesta por Madrid” busca extender la apertura de comercios en festivos en las llamadas zonas de gran afluencia turística. “En el caso de Euskadi, obliga a Bilbao y Donostia a determinar el ámbito de esas zonas turísticas”.

Asociaciones. Llodio, Amurrio y Artziniega cuentan con agrupaciones de minoristas asociados.

AEKO. La federación comercial ayalesa agrupa a 300 tiendas y bares y locales de servicios.