Gasteiz - El PP quiere adquirir para Tuvisa siete nuevos autobuses articulados con el fin de dar servicio a los barrios de la ciudad con una mayor demanda de transporte. El equipo de gobierno apuesta por la fórmula del renting para hacerse con los vehículos, lo que supone un desembolso de poco más de 500.000 euros en 2015 que ya figuran en el proyecto presupuestario popular de Tuvisa para el próximo año.

Se trata de vehículos de 18 metros de longitud y una capacidad para 150 personas, que también disponen de letreros de tecnología led para personalizar las letras y el fondo por tamaños y colores, del tal forma que sean más visibles para el usuario. Esta tecnología está a modo de prueba actualmente en la línea 6.

Además, según explicaba ayer el equipo de gobierno, los nuevos autobuses contarán sistemas de eficiencia en consumo energético y emisión de gases, y ampliarán el derecho al acceso universal al transporte público. Así, los vehículos dispondrán de dos o tres plazas más para sillas de ruedas de las existentes en los actuales autobuses, y contarán además con dos rampas (eléctrica y manual) de acceso. Asimismo se dispondrá de dispositivos hidráulicos que permitan el arrodillamiento lateral.

También se pretende seguir, a la hora de adquirir los vehículos, criterios de sostenibilidad económica. De esta manera, la fiabilidad, durabilidad, y facilidad de limpieza y mantenimiento del interior y exterior de los vehículos guiarán las compras.

Motores diésel Eso si se llegan a realizar. Para empezar, los Presupuestos del PP carecen ahora mismo de apoyos en la Corporación para salir adelante. Aunque las decisiones sobre Tuvisa se toman en el seno de la empresa, el único partido con el que el Partido Popular está intentando pactar las Cuentas de 2015, el PNV, criticó ayer duramente el anuncio del equipo de gobierno. El malestar de los jeltzales se debe a que el PP ha realizado el anuncio público antes de presentar su propuesta en el consejo de administración de la sociedad pública, y a que hay materias ya decididas, como que los motores elegidos para los autobuses sean diésel.

Según el consejero Borja Belandia -que hace sólo unos meses asumió las funciones de gerente interino de Tuvisa hasta que llegó María José Ajuriaguerra- la actual presidenta de la sociedad, Idoia Garmendia, “ha comenzado a comportarse como su antecesora, Marian Castellanos, que acabó siendo cesada”. Para Belandia, los “modos de actuación y decisiones unilaterales” de Garmendia “empiezan a recordarnos a tiempos pasados; no es admisible esa deslealtad hacia el consejo de administración”.

Belandia mostró su sorpresa por haber conocido esta noticia cuando el consejo de administración de la sociedad municipal de transporte está a la espera de recibir un informe técnico sobre la renovación de la flota. “Aún está por definir el tipo de vehículo a utilizar -si debe ser de gas, híbrido o gasoil- y la financiación de los mismos”, recordó Belandia. “Pese a no haber recibido todavía la información, la presidenta ya ha anunciado por su cuenta y riesgo que piensa comprar siete autobuses de motor diésel; habrá que recordarle que esas decisiones se toman por mayoría en el consejo de administración”.

El concejal del PNV insistió en que la “falta de lealtad de la actual presidenta empieza recordarnos a la anterior”. Marian Castellanos fue destituida hace ahora un año como máxima responsable de Tuvisa, y posteriormente dejó la concejalía de Seguridad Ciudadana. La política popular generó una crisis en el consejo de administración cuando se negó a asumir la gerencia de la empresa en sustitución del destituido Javier Latorre. A ella, en calidad de vicepresidenta y presidenta en funciones, le tocaba dirigir la empresa, tal y como estipulan los estatutos de la sociedad. Para Belandia, la decisión de anunciar la compra de los autobuses antes de llevarla al órgano rector de la sociedad supone iniciar un “mal camino, cuando no se ha debatido ni pactado la dotación económica para abordar una inversión de este calado”.

Reacción “sorprendente” La presidenta de Tuvisa salió al paso de las críticas del PNV y señaló que ya en la nota de prensa emitida por el equipo de gobierno se señala “bien claro que se trata de un asunto que hay que someter a la consideración del consejo de administración”. Por ello, Garmendia calificó de “sorprendente” la reacción de los nacionalistas.

La renovación de la flota de Tuvisa es una de las principales reclamaciones de los chóferes de la sociedad, después de que se diera vía libre a la reordenación de las rutas que cubren los autobuses. El gran problema que existe es que Tuvisa es una sociedad deficitaria, que depende de las inyecciones económicas del Ayuntamiento, y en ese sentido se hacía muy complicado lograr el dinero necesario para costear los 350.000 euros que cuesta un autobús articulado.

En una entrevista concedida a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA el pasado 8 de octubre, la nueva gerente de la empresa afirmaba que se estaban “buscando las fórmulas que nos permitan, no sé si a corto plazo, pero sí a medio, empezar a sustituir la dotación que tenemos actualmente”. El renting, según asegura el equipo de gobierno, permitirá disponer de las siete unidades mencionadas por sólo medio millón de euros.

Las obras de la línea 10 Esa falta de fondos en Tuvisa ha obligado a trabajadores y gerencia a trabajar a fondo para diseñar una reorganización de las líneas que no supusiera coste económico. La saturación de la línea 6 de Zabalgana exigía una actuación urgente que se pondrá en marcha en diciembre. Tuvisa ha creado una nueva línea, la 10, que unirá este barrio con Salburua parando en el nuevo Ayuntamiento de San Martín. Para ello ha disminuido las frecuencias en las líneas con menos demanda, las que atraviesan la ciudad de norte a sur.

Actualmente se están realizando obras para acondicionar el itinerario de esta L-10 para el paso de los autobuses articulados, una actuación que ha supuesto un coste de alrededor de 100.000 euros, y que se desarrolla principalmente bajo el viaducto de Pedro Asúa.